Reconozco
que estuve a punto de retirar la imagen reivindicativa de mi blog acerca de la
incineradora cuando desde la alcaldía se nos vendió a bombo y platillo su gran
labor al conseguir que la Junta rechazase la petición de la fábrica.
La
verdad es que el despliegue fue tan convincente que casi cuela (de ahí el
título) en la web oficial del Ayuntamiento, en el Facebook oficial del
Ayuntamiento, oficial pero no público porque algunos seguimos estando vetados;
incluso en la página oficiosa del Ayuntamiento (esa donde se cuentan “cosas de
Niebla”, algunas, no todas, que 12000 euros no dan para tanto) pudimos leer un
autocomplaciente LA JUNTA DICE NO el 12 de abril. Luego en los Plenos se
tachará a los opositores de alarmistas y con afán de protagonismo.
Pues
mire usted por donde la Junta habrá dicho no, pero la fábrica insiste (lo que
tampoco debería sorprendernos); cosa a todas luces lógica ya que es un empresa
privada y como tal tan sólo le interesan sus beneficios, por encima de las
personas a las que pueda perjudicar.
Es
evidente que tal reacción de la cementera no tendrá tanta difusión, o al menos
no tan rápida, porque primero hay que ver cómo reacciona la ciudadanía. Tampoco
creo que interese mucho porque conociendo la justicia española y la velocidad a
la que se mueven los recursos y contrarrecursos, con un poco de suerte y
apurando los plazos, se celebran antes las siguientes elecciones locales y “si
te he visto no me acuerdo”: que gano, pues cuatro años más de sopa boba; que
pierdo, “ya es problema de otro”.
Sinceramente
no entiendo de leyes ni de papeleos, por eso me pierde la boca muy de vez en
cuando, así que mi planteamiento es totalmente independiente de lo que diga la
Junta o un Ayuntamiento.
Poco
me importa a mí lo que diga un papel, puede ser lo más legal del mundo, pero si
el pueblo dice NO es que ¡NO!, y armas legales para hacer la vida imposible
tenemos todos. Ahora bien esto es Niebla y salir en la foto no está bien visto.
Ojalá
vuelvan a denegarlo, aunque sigo dudándolo casi como al principio, ojalá no
haya que echarse a la calle o a la carretera, pero tan sólo es cuestión de
testículos o de ovarios (dependiendo del coeficiente intelectual, según Cañete).
A Niebla y a sus ciudadanos les debería importar un comino lo que digan
personas que no tendrán que sufrir un aire, un campo, unos alimentos, un todo
cada vez más envenenado.
PD.
A pesar de tener el artículo preparado desde anoche, pensaba esperar un poco a
que los gabinetes oficiales tuvieran el permiso para publicar, pero un
comentario de JosÉ Antonio Díaz Acevedo en Facebook me ha hecho temer por el
futuro de los habitantes de Niebla; dolor, rabia y resignación contenida, no
puedo estar más de acuerdo. ¡AMÉN amigo Antonio!
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