Debo
reconocer que San Walabonso siempre ha tenido algo de especial para mí. No
hablo desde el punto de vista exclusivamente religioso, aunque mi primer
acercamiento al mismo es ese segundo plano en el que pienso que siempre ha
estado en las vocaciones iliplenses. En mi opinión, la Virgen del Pino siempre
ha tenido un protagonismo mayor que nuestro paisano, no malinterpretéis estas
comparaciones, porque como manda el dicho “las comparaciones son odiosas”,
supongo que en Niebla habrá personas más devotas de San Walabonso, así como las
hay del Señor de la Columna, Padre Jesús Nazareno o la virgen de los Dolores,
por citar las advocaciones propias del pueblo más fuertes.
Realmente,
desde niño, siempre me extrañó que las fiestas patronales, las grandes y
fastuosas, valga la redundancia, la romería, etc. poseían un carácter festivo
que sobrepasaba a las del patrón; puede que por coincidir a veces con el Corpus, quizás
porque al celebrarse en su día, las probabilidades de que fuese día entre
semana eran mayores, o por cualquier otra cosa. Lo cierto es que esa pequeña “desventaja”
lo hacía más próximo a lo que yo pensaba debía ser un santo de pueblo:
sencillo, humilde, local…
Hoy
tras haber estudiado un poco la historia de nuestro santo, mi admiración no ha
hecho más que aumentar. Os contaré como yo lo veo; un niño que junto a su
hermana pasó su infancia entre personas de otras religiones en su propia
ciudad, por motivos que desconocemos se marcha a la capital del Califato,
Córdoba, que por aquel momento era el centro de al-Andalus, quizás la situación
familiar, quizás su propia vocación (probablemente esto último es lo único que
explicaría su final) hace que se forme como religioso. Pero lo que más me
sorprende es el grado de convicción, la capacidad para defender las ideas que
cree, en este aspecto veo menos al iliplense y más al de la creencia popular
que se sacudió las alpargatas en el pretil del puente romano al salir de
Niebla, para no llevarse ni su polvo (esto pertenece a los chascarrillos
locales de nuestros antepasados). Sinceramente me siento orgulloso de ser
paisano de este personaje histórico, en su más estricta definición, antepuso sus ideas a la vida misma.
Hace
ya unos años, me llamó la atención el texto que tiene escrito el libro que San
Walabonso porta en sus manos, está en latín y el mío andaba muy oxidado, así
que recurrí a mi amigo Carlos que tardó un rato en llamarme y traducírmelo, os
lo pongo porque viene muy al caso:
Si alguien quiere venir detrás de mí,
renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga
Mateo, 16,24
Quizás
todos deberíamos buscar nuestra cruz, cargar con ella y seguir el camino
marcado por San Walabonso, el de anteponer las causa justas a nuestra vida,
obviamente no en el sentido literal, pero si en cuanto a sentimientos egoístas, orgullosos y egocentristas.
Bueno,
para que todo esto no sea un discurso propio, os colgaré la transcripción del
documento que Raquel Zapata, nuestra archivera, publicó en la revista de las
fiestas de septiembre de 2005. Es un documento de 29 de abril de 1624 en el que
el Cabildo de Niebla se reúne para dar a conocer una decisión del Arzobispado
de Sevilla, sobre nuestro patrón.
A.M.N.
LEG. 3 LIBRO DE ACTAS CAPITULARES (1620-1630)
“En la villa de Niebla en veinte y
nuebe días del mes de/
abril
de mil y seiscientos y veinte y quatro años, se juntaron a cabildo/
el
Licenciado Diego de Çamora Vascones, corregidor desta villa; Juan Bau-/
tista
Moreno, alcalde ordinario; el capitán Esteban de Pa-/
rales,
alcalde de rentas; Juan Pérez Moreno, Don Luis de Aranda/
y
Angulo, jues de eredades; el Licenciado Francisco de la Calle/
Monsalve,
jues de menores; Marcos Félix Abendaño y José del/
Castillo,
regidores y; Antonio Pérez (…) síndico pro-/ curador (…).
“En este cabildo se acordó que por
quanto el Deán y Cabildo de la Ygle-/
sia
Mayor de Sevilla, a mandado y ordenado, se rese y selebre fies-/
ta
a siertos santos de este arsobispado, contenidos en un/
sumario que a enviado. Y en ellos es uno
natural de esta villa,/
que
se dise San Ubalabonso mártir; que su día se celebra a siete/
de
junio. Y porque esta villa tiene devoción y quiere haser/
le
fiesta, la que se debe y tiene obligación. Y para ello es el/
tiempo
corto y no puede haser la demostración que quisie-/
ran
y deben. Dixeron que lo que este año sea de haser sea/
en
esta forma: Que las comedias que an de benir a esta villa/
a
representar la fiesta del día del Corpus Christi que se/
detengan
hasta otro día siguiente que es el día antes./
Y
así mismo los ministriles se queden para este día del santo/
Y
para ello se les haga notorio a los comediantes y mi-/
nistriles.
Y aquel día aya sermón y proçesión con bíspe-/
ras
y misa y se traygan para la noche antes seis docenas de/
cohetes
con lo cual se haya la celebración desta/
fiesta
por este año; en el entre tanto que esta/
villa
prebiene mayores fiestas como debe. Y que/
si
los comediantes y ministriles no quisieren haser/
esta
fiesta se les de una ayuda de costa de este cabildo/
y
que los diputados de las fiestas del Corpus/
lo
sean de esta fiesta y busquen predicador (…)”
No hay comentarios:
Publicar un comentario