Todo
lo bueno se acaba alguna vez, igual que lo malo (o al menos no hay ninguno que
100 años dure) y esta mañana hemos aterrizado en Sevilla tras nuestras vacanze romane. Pero se me quedaron en
el tintero un par de días además de la despedida, así que heme aquí con los
recuerdos aún frescos en la mente para cumplir lo prometido.
En
el paréntesis obligado tras mi “cabreo Vaticano” se quedaron dos días
igualmente especiales, el primero, el 29 por ser el cumpleaños de mi mujer, ni
que decir tiene que intentamos que fuese distinto, menos frenético, así que
tocó la visita completa al Trastevere, despacito, parándonos en el puente sobre
el Tíber para comprobar que todas las grandes ciudades tienen su río Tinto, o lo
que es lo mismo, que el hombre siempre ha preferido el cobijo de una buena
orilla, fluvial o marina.
Habíamos hecho una primera y breve aproximación
nocturna el día anterior, pero su cara diurna la hace más popular aún, con
sabor a pueblo grande o ciudad pequeña, sus calles enrevesadas y estrechas
hacen que el tráfico no se note tanto y además facilita el caminar bajo la
sombra tan anhelada por los pedestres a ciertas horas. Es un barrio de esos que
se “pueden respirar”, con fachadas llenas de macetas e hiedras trepadoras, con
puestos en la calle y terrazas numerosas donde los precios son los mismos de la
otra orilla, pero hace unos años, o dicho de otra forma, bastante asequibles. Por cierto, y
hablando de precios, un consejo más: los
foros de viajes; ojo, no las guías por muy buenas que sean, respecto a
pequeños trucos y necesidades existen multitud de foros de los que se pueden
sacar información valiosísima, la gente habla de sus experiencias personales, por
ejemplo, había anotado para esta zona un restaurante, llamado CARLO MENTA,
hábilmente había estado dando vueltas hasta aproximar la hora de comer con la
calle donde está, cuando lo ves lo primero que se te ocurre es “aquí me clavan
seguro”, pero lo podía asumir como regalo de cumpleaños, ¡acierto pleno! puedes
gastarte lo que quieras, pero por 10 euros te ponen un menú con
antipasto(entrante a base de bruschetta)
+ primer plato a base de pasta + segundo plato fuerte (mejor carne, el
pescado es poco usual en Roma) + postre, sin incluir bebidas, pero al final con
dos menús y algo más para los cinco te vas harto por menos de 10 euros/persona,
copita de grappa amara incluida;
bueno también tiene un inconveniente, seguir caminando con la barriga llena al
sol se hace harto complicado. Por la noche continuamos con la celebración a
base de cultura gastronómica, ya os hablé de la promesa de Alessio (el de
Pizzaforum) y los postres sicilianos, nos regaló un pastel a base de pistacho y
almendra (Costretta creo que se
llama) y otro relleno a base de crema y distintos quesos, el Cannolo… acompañado de prosecco (champan
o cava italiano)… Mamma mia!, sin palabras… ve preparando el confesionario
Carlos que esto es pecado y de los gordos.
El
lunes 30 nos la jugamos y tras una hora de cola… Señores: El Coliseo de Roma.
Merece la pena, aunque sucede como con los grandes monumentos, tanto esperar,
tanto esperar, que al final te defrauda un poquito, quizás porque está muy
limitado en sus zonas visitables, quizás porque después de muchas películas de
romanos esperamos ver a Espartaco
luchando contra un retiarius, pero
arqueológicamente y en sus dimensiones impresiona, intentar comprender todo lo
que sucedía desde sus entrañas hasta las gradas más altas requiere un gran
esfuerzo y despliegue de imaginación. Además la entrada te permite igualmente
ver los foros y el palatino, con lo cual viene el siguiente consejo (yo lo
aprendí después) si sacas la entrada en el foro o en el palatino te ahorras la
gigantesca cola del Coliseo, la entrada es la misma y te sirve para dos días. A todo hay que añadirle que viviendo a escasos 200 metros del Coliseo, no haberlo visitado sería "pa matarme".
Para
terminar os hablaré de un número, el 84, son los escalones que tenía que subir
hasta el tercero sin ascensor donde vivíamos, una o dos veces por la mañana
para hacer la compra, otro par de ellas después de la excursiones han hecho que
¡venga con menos peso!, a pesar de los homenajes que me he metido entre pecho y
espalda; esto demuestra que la cultura no solo no ocupa lugar sino que bien
llevada te hace más sano. Bromas aparte, para no extenderme os daré mi último y
más personal consejo. Intentad huir todo lo posible de buses turísticos, tours
organizados, excursiones programadas, etc. en mi opinión un viaje no lo es sin
ese factor aventura que en ocasiones hará que te pierdas o incluso que
desesperes por no encontrar lo que buscas, pero que te regalará experiencias
propias y personales que no vienen en ningún libro o revista especializada en
viajes.
Antes
de que se me olvide le diré a mi amigo Antonio que busqué lo que me encargaste,
pero yo al menos no lo encontré y la guía que nos acompañó en el Vaticano
(además de oficial muy conocedora, como os escribí) tampoco creía que hubiese
ninguna inscripción en la Plaza de San Pedro.
No
os sigo aburriendo con mis batallitas, sinceramente os aconsejo que conozcáis
la CIUDAD ETERNA, a vuestro aire tres o cuatro días, más tiempo, como queráis,
pero conocedla… yo, al tirar la moneda a
la Fontana di Trevi, me “condené” a volver.
Bueno amigo Pelayo, segun e podido leer en tus relatos de tus vacaciones culturales en todos los sentidos,an sido muy aprovechadas.Como todo y por desgracia lo bueno pasa pronto,unos regresan y otros van.
ResponderEliminarQizas algun dia yo tambien pueda conocer italia, pero soy de los que piensan que primero hay que descubrir nuestra propia tierra, nuestro propio pais, aunque no dejo de reconocer que me encantaria visitar algunas ciudades de europa.
Algunos ahora dentro de poco empezaran creo el viaje de su vida gracias a la suerte, ya nos enteraremos de todo cuando regresen.Ya sabes a quien me refiero.
El otro dia me enseño el mapa de la ruta y es impresionante,menudo crucerito ehhh y ademas de cuello.
Escribiendo como escribes, yo estoy dispuesto a colaborar en la financiación de vuestro próximo viaje, sea donde sea...Florencia...
ResponderEliminarMuy agradecido,
Carlos
Amigo Antonio.
ResponderEliminarMe parece muy acertado lo de conocer tu propio país y tu tierra, es la mejor forma de apreciar lo que tenemos, pero el conocimiento de otros lugares distintos nos da una visión mucho más abierta de nuestra realidad, corremos el riesgo de quedarnos en nuestra jaula de oro, por muy bella que sea, una jaula.
Por lo del crucero no te preocupes que ya me he enterado que el barco se llama "Costa Concordia", ¿te suena?
Y yo estoy dispuesto a que vengas con nosotros, seguro que conoces la forma de abrir mil y una puertas, además dos bolígrafos mejor que uno.
ResponderEliminarGracias por tus motivaciones, amigo Carlos.