La
tradición, aparte de ser un término muy recurrente en Revistas de las Fiestas,
pregones, discursos, redes sociales y cualquier tema relacionado con las
Fiestas Patronales que actualmente nos ocupan; es un arma peligrosa, que puesta
en manos incapaces pueden acabar con lo mismo que defienden: las propias
fiestas.
Anoche,
cuando cerramos la Tómbola (sobre las 2 y poco de la madrugada) el panorama del
“Recinto Ferial” era más que desolador; una caseta particular disfrutando
merecidamente de su costosa inversión a modo de oasis en medio del desierto y
la caseta municipal con no más de 60 personas (orquesta y camareros incluidos).
Cierto es que la noche de la Coronación (ahora vamos con esto) suele ser floja,
pero mucho tendría que mejorar para considerar los de Niebla una fiesta.
Retomando
el tema que nos ocupa, decir que me parece insuficiente y de poco peso el hecho
de mantener las cosas por tradición, para que no se pierdan; también está el
criterio temporal porque ¿Cuánto tiempo debe pasar para que algo sea
considerado “tradicional”? como es algo no reglado he escogido una definición
que me parece más que acertada, la de Wikipedia:
Tradición es cada uno de aquellos acervos que una población considera dignos de constituirse como una parte integral de sus usos y costumbres.
Es la población la que debe considerar o no “dignos” aquellos eventos que pasen a la tradición y el mejor indicador es la asistencia a los mismos.
Hoy
por hoy, y tal como están planteados, en mi humilde opinión sólo dos eventos
pueden considerarse tradicionales: las capeas y la Función Principal y
Procesión de Nuestra Patrona. El primero por ser el que consigue enganchar a la
mayoría de la población durante más tiempo y la Virgen porque es la que da
sentido a todo y sobre la que giran los demás.
Aun
así, para responder a todos aquellos que temen a la pérdida definitiva de
algunas tradiciones debo recordarles que las capeas estuvieron durante algunos
años sin celebrarse, recuperándose en 1955 (Periódico ODIEL, de 15 de
septiembre de 1955). Igualmente recuerdo cuando tras jugar en Regional
Preferente, El Iliplense desapareció durante años y Niebla era posiblemente uno
de los pocos pueblos de España sin equipo de fútbol, hoy día el Iliplense sigue
muy vivo y jugando. Otro ejemplo que me afecta directamente es la Semana Santa,
perdida en Niebla, se ha recuperado hace 15 años y actualmente luce con
bastante brillantez. Con estos ejemplos quiero decir que las tradiciones van y
vienen, tan sólo se necesitan ganas y personas para recuperarlas.
Otro
evento al que parece estemos inexorablemente abocados a celebrar es la Coronación
de las Damas y Reina de las fiestas, aunque no
haya Damas para realizarlo, como este año. Su antigüedad y por tanto “tradición”
remonta a 1971, ¿es tiempo suficiente para pensar en el sacrilegio de
suspenderlas? No es que las pequeñas que han sido ¿homenajeadas?, ¿investidas?,
¿coronadas? no se lo merezcan, pero debería ser en un evento distinto,
desligado de otro al que parecen ser solución de última hora; si no hay Damas
pues pregón, discurso y punto… ¡quedan inauguradas las Fiestas!
Lo
de la Caseta Municipal no sólo es deprimente, sino la crónica de una muerte
anunciada, particularmente llevo un mes escuchando que “estas fiestas van a ser
un desastre”, no sé si veo fantasmas o soy el único que presta atención a la
calle; ojalá las tres noches que quedan sean un éxito total y tenga que desdecirme,
pero lo dudo mucho.
Adaptarse
o morir, y Niebla necesita una adaptación urgente. Lo más triste es que hay
personas cuya labor (y sueldo) consiste en eso, en cambiar lo que no funciona. Pero
para ello hay que arriesgarse a que el experimento salga mal y la política es
inversamente proporcional a la valentía, un fiasco por querer mejorar podría
tener un coste en votos (el consabido “panem e circenses”). Por no hablar de
servilismos debidos, subvenciones amiguiles y ¿qué hay de lo mío? Me da en la nariz que muchas decisiones están
condicionadas porque los números están hechos (y me refiero a los económicos)
pasando por encima del verdadero destinatario de las fiestas, el iliplense de a
pie, y beneficiando al grupo de “elegidos”… una vez más.
Quizás
hay que mirar menos la Tradición y más las necesidades, y curiosamente lo dice
alguien enamorado de la Historia de su pueblo.
Deseo
que encontréis todo aquello que buscáis en las Fiestas de la Virgen del Pino,
mis particulares peticiones suelen ser amistad, conversación, reencuentros y
alegría; todo a un módico precio y hasta el momento Nuestra Señora me lo ha
concedido.
¡FELICES
FIESTAS!
Como todo en este nuestro pueblo, se va retrocediendo, en vez de avanzar, mejorar, como e dicho antes y repito y además esta vez con mayúscula VAMOS RETROCEDIENDO y además de una forma escandalosa.
ResponderEliminarNecesitamos Savia nueva, personas jóvenes con ganas de trabajar, con ideas, ilusiones, iniciativas y sobre todo que sean conscientes de la tarea que entre sus manos tienen y por la cual dieron ese pasito, que quiera y estén enamorados de su pueblo, que incentiven con el trabajo a los demás ciudadanos a la propia juventud que es el futuro.
Lo que tenemos esta desfasado, descatalogado, la foto para años venidero de su paso también esta echa por lo tanto todo ya cerrado a escepcion de que aun siguen.
Lo único en lo que estoy ligeramente desacuerdo amigo Antonio es que necesitemos personas jóvenes, son todos los iliplenses, desde los más pequeños a los mayores los que deben ponerse mano a la obra, unos con su empuje, otros con su experiencia, pero es el pueblo que nos ha tocado vivir y por el que sufrimos día a día viendo como, tú bien dices, RETROCEDE
EliminarUn abrazo y mejórate que se te ve poco.