Por circunstancias vitales diversas voy conociendo la situación actual de nuestro pueblo, especialmente de las personas necesitadas, y de los que ni lo son ni lo aparentan.
Pero igualmente por avatares de la vida he comprobado que
la necesidad no es exclusiva de nuestro pueblo, de hecho, pertenecemos a lo que
incorrectamente se denomina Primer Mundo y que se caracteriza entre otras
muchas cosas por no tener personas que se mueren de hambre en la calle.
No es la primera vez que encuentro un argumento “especial”
cuando participo más o menos directamente en algún tipo de evento, campaña
solidaria, actividad relacionada con ayudas a los demás… en definitiva CARIDAD,
pero no en el sentido exclusivo y vinculado a la Iglesia que tradicionalmente
se le da. Cierto es que la primera acepción del diccionario de la RAE es clara:
caridad.
(Del lat. carĭtas, -ātis).
1. f. En la religión cristiana,
una de las tres virtudes teologales, que consiste en amar a Dios sobre todas
las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos.
Pero me refiero preferentemente a las entradas:
3. f. Limosna que se da, o
auxilio que se presta a los necesitados.
Cuando me refiero a un argumento “especial”, es cuando te
topas con la supuesta justificación, de antes
que a los de fuera ayudo a los de Niebla, así como suena, una “caridad con
denominación de origen”… y yo me pregunto ¿realmente es esta una actitud
solidaria?, en mi opinión no. No quisiera generalizar porque sería injusto,
pero en multitud de ocasiones nuestras limosnas o auxilios se hacen más de cara
a la galería que por verdadera solidaridad, no importa lo que ayude, lo
importante es que se me vea, por ese motivo vivimos en una falsa solidaridad, a
mí me gusta más la expresión “haz bien y no mires a quien”.
Me gusta pensar en el ser humano, como un todo, en una
fraternidad universal, pero los nacionalismos mal entendidos y mal encauzados tienden a jerarquizar los “más
prójimos” por encima de los “menos prójimos”, por eso me indigna cuando los de
aquí tienen más derechos que los de allí, quizás la perspectiva cambie cuando
la pregunta sea ¿quién tiene más oportunidades?
Reconozco
mi situación de privilegio, pero intento ser consciente de la misma, por eso me esfuerzo ver más allá del documento de identidad del necesitado.
En este
mundo de hipercomunicación tan vecino es el de la Puerta del Buey como el de Bonares, el almeriense, el gallego o el de Benin, independientemente de que tengamos el mejor embajador allí.
Hay una cita que reza: El que da no debe recordarlo, y el que recibe no debe olvidarlo". Estoy contigo. Un abrazo amigo
ResponderEliminarNo dudaba de tu intervención, al fin y al cabo eres un "peregrino de la ilusión", aportando lo poco o mucho que sabes y de forma altruista para que se beneficien personas a las que en muchas ocasiones no llegarás a conocer. Sigue así amigo Juanma.
ResponderEliminarUn abrazo solidario