PORQUE EL RECONOCIMIENTO NO SE CUELGA DE UNA PARED.
“El papel lo aguanta todo”, es una expresión que llevo
oyendo desde hace muchos años, en resumen no viene más a significar que no todo
lo que se escribe es absolutamente cierto, ni siquiera se aproxima a la
realidad en muchas ocasiones.
No quiero engañarme a mí mismo, son la educación y el cariño los que colman mis razones, de igual manera creo sinceramente que es
la amistad personal la que ha permitido cumplir con un trámite que, con el
corazón en la mano, no hubiese sido posible. Es la misma amistad la que me
mueve a obviar nombres, tanto en un lado como en el otro, pero sinceramente mis
sentimientos están igual o más encontrados que el día en que me propusieron
recoger el “escrito reconocimiento”.
Ahora, desde la distancia y con el trámite cumplido, es
hora del análisis.
¿Merecido?
Posiblemente, lo poco o mucho que realicé lo hice desde la más sana intención,
hasta donde pude y como respuesta a un compromiso adquirido para quien me hizo
la primera propuesta, de igual forma que el fin de este compromiso fue
respuesta a quien motivó mi último compromiso.
¿Sorprendido?
Bastante, porque vistas las condiciones que forzaron mi marcha no deja de
parecerme antagónico que quienes no hace tanto pedían tu cabeza, ahora te
feliciten y sonrían cuando hay público, pero quiero seguir pensando que quien
demostró sinceridad y amistad desde el primer momento ha obtenido esta pequeña
victoria.
¿Justo?
Decididamente no, porque, en mi modesta opinión, por el camino se quedaron otros
más merecedores que yo de tal reconocimiento, bien por injusto olvido de los
otorgantes, bien por valiente rechazo del otorgado; permitidme el farragoso uso
del lenguaje, porque es mi intención obviar nombres.
Aun
así, y para justificar la primera frase de la entrada, estoy seguro que el
verdadero reconocimiento no se podrá colgar de una pared, meter en una vitrina
o enmarcar. Vendrá probablemente sin esperarlo, en cualquier calle de Niebla,
con un simple apretón de manos, un breve comentario, un momento especialmente
recordado o simplemente una mirada cómplice. A todos vosotros, estos últimos,
os agradezco enormemente cada momento vivido y las experiencias compartidas que
me han hecho ser mejor persona.
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