"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

domingo, 8 de septiembre de 2019

LA VIRGEN DEL PINO EN LOS DOCUMENTOS (II) SANTA MARÍA DE LAVAPIÉS


1.    LA VIRGEN DEL PINO.

1.1                  Santa María de Lavapiés
El documento más antiguo encontrado no corresponde al AHN, sino a la Colección diplomática del Monasterio de Santa Clara de Moguer (VILAPLANA, 1975), concretamente es un testamento realizado por una vecina de Niebla, Urraca Fernández, de la collación de Santiago de Niebla, que dona para la obra de la eglesias de Santa María de Lauapiés… e de Santa María de las Rozinas, dos marauedís a cada una… Así pues en 1349, menos de un siglo después de la conquista de Niebla por Alfonso X, existía una ermita bajo la advocación de Santa María de Lavapiés, no sabemos si es fruto de la cristianización del reino de Niebla o si sobre una construcción previa y más antigua se levantó la ermita.

            Tuvo que ser una advocación reconocida porque el primer conde de Niebla, don Juan de Guzmán, en un documento fechado el 3 de octubre de 1396,  dos días antes de su muerte, dona igualmente en su testamento 20 maravedíes a las ermitas de San Christoual de Niebla y Santa María de Lauapiés, que son término de la dicha villa… (ANASAGASTI y RODRÍGUEZ, 2006)


1.2                  Ermita extramuros.

4.2.1 Ubicación.
            Sabemos que el arroyo de Lavapiés, vierte sus aguas en la margen derecha del río Tinto desde el norte del actual término municipal, algunas citas nos podrían acercar más a la ubicación de la ermita; aunque muy posterior, concretamente en 1755, no tenemos razones para pensar que el edificio del siglo XIV hubiese sido desplazado de su localización primitiva, por lo que en la relación que se envía al monarca sobre los efectos del terremoto de Lisboa de 1755, el alcalde manifiesta que:
La felicidad de no haberse experimentado en esta villa la desgracia de persona alguna ni el estrago que se ha oído de otros pueblos inmediatos, se atribuye al benigno patrocinio de la devota Imagen de Nuestra Señora del Pino, singular abogada en cuantos desconsuelos han afligido a este pueblo, que se venera en su ermita que está a distancia de medio cuarto de legua en un valle, inmediata a un arroyo que llaman Lavapiés
También fray Felipe de Santiago recopiló en su libro de 1715 una serie de leyendas sobre apariciones marianas de la provincia, concretamente la séptima (en el capítulo XXII) es la Virgen del Pino, de la que dice que su ermita se encontraba a dos mil pasos.




4.2.2   Vinculación religiosa.

El carácter extramuros de la ermita de Lavapiés puede ser también significativo a la hora de aparecer vinculada, o al menos referidas en documentos junto a la iglesia de San Lorenzo, que suponemos en las inmediaciones del lugar que ahora ocupa el cuartel de la guardia Civil de Niebla.
Principalmente es el documento donde Alonso Hidalgo, Hermano Mayor de la Misericordia, presenta las ordenanzas de la Hermandad de la Santa Caridad y Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo y alabamiento de la Santa Trinidad, que fue principiada en 1495. En su capítulo 9 recoge lo siguiente:
Cap. 19, del enterramiento de los hermanos cofrades.
y si algún hermano se mandare enterrar en alguna iglesia o / monasterio fuera de la villa, que lo acompañen hasta la puerta de / la villa. Escepto si se enterrare en la iglesia de San Lorenzo o en / Santa María del Pino,porque fasta allí lo han de acompañar.
No podemos inferir más vínculo que el de ser tenidos en cuenta a la hora de enterrar a los hermanos de la citada hermandad, pero es significativo que todo un cortejo fúnebre pudiese acompañar un cuarto de legua al difunto hasta la ermita de Lavapiés.


4.2.3   Dependencias, distribución y estado de la ermita.

Nuestra fuente principal son los libros de visitas del siglo XVIII, de ellos nos quedan descripciones más o menos someras que nos indican la existencia de un edificio principal, la ermita, alrededor del cual se organizan otros edificios y dependencias.
La de 1710 es la más completa, la ermita era de una sola nave, con suelos de ladrillos que se colocaron en 1620, sospechamos que hasta ese momento pudo ser de tierra apisonada; estaba poco iluminada, ya que tan sólo tenía dos aberturas al exterior, una ventana junto al altar mayor y una puerta lateral, cuya disposición hacía que entraran corrientes de aire que “apagaban las velas”; además la puerta era baja por donde “salía la Virgen con gran indecencia”, para procesiones y traslados, esta penosa situación se soluciona haciendo una puerta más grande de dos hojas y en madera de Flandes y colocándola a los pies de la ermita, una ubicación mucho más lógica y natural. Igualmente tenía una sacristía y un portal que 20 años más tarde, en 1730 estaba hundiéndose, creemos que éste se encontraba en los pies, dando protección a los fieles justo antes de la nueva entrada. Creemos que la Virgen se encontraba en una capilla, cubierta por una bóveda sustentada en arcos y adornada por un retablo de madera; en algún momento se menciona un “camarín dorado” que aún no sabemos si se refiere a la capilla, de dimensiones reducidas y al retablo (policromado). También nos ha llamado la atención la existencia de unas andas que se utilizarían para las procesiones y traslados de la imagen a Niebla.
Es en el año de 1730 cuando se repara, de nuevo, la estructura principal de la ermita, ya que al hundimiento del portal hay que añadir el riesgo de hundimiento de los muros laterales; se construye un cuarto corrido para oficinas, probablemente adosado a un lateral de la ermita para ayudar a sostener los muros laterales; también se reparan y elevan los techos de la casa de los santeros y ermitaños, ya que corrían gran riesgo de incendiarse al tener chimenea y techumbre baja.
Sospechamos que el mantenimiento de la obra (y probablemente su ejecución) no fue el más correcto, ya que sólo 10 años más tarde el altar mayor se encontraba arruinado y la imagen de la virgen sobre una mesa hecha con “restos del retablo”. Dejadez que se corrobora en 1787 cuando la pared de la sacristía está arruinada y se cambia la techumbre por el mismo motivo. Recordaremos más tarde como el terremoto de Lisboa de 1755 no produjo daño alguno en la ermita, por lo que su estado lo atribuimos a una falta grave de atención a de su cuidado y mantenimiento.
Es durante la dominación francesa de la Guerra de la Independencia cuando se le da un definitivo golpe a la ya maltrecha ermita, las fuentes achacan la ruina del edificio a las tropas invasoras, aunque creemos que tampoco tuvieron que esforzarse demasiado.
Nuestra señora del Pino estuvo en la única iglesia activa durante el tiempo de la invasión francesa, en la de Santa María, al menos hasta el año 1820, cuando se repara la ermita de Lavapiés con la caridad de los feligreses y Domingo Ponce Rivera, solicita tanto la bendición de la nueva ermita como su nombramiento de Mayordomo de la misma.
Tampoco este intento fructificó durante mucho tiempo, ya que en 1890 la virgen se encontraba de nuevo en la iglesia de Santa María, por encontrarse su ermita arruinada, parece ser que fue una constante esta situación ruinosa de Lavapiés.
El último intento de restaurar o reconstruir la antigua ermita se produjo en 1953, aprovechando una subvención estatal de 17000 pesetas y con la contribución “voluntaria” de todos los iliplenses (el alcalde ordena que deben prestar una peonada al menos), también se forman comisiones de obra, de prestación personal, de rifas y de toros. Las obras quedaron inconclusas y definitivamente abandonadas.
La nueva, y última ermita, se construye unos kilómetros más al norte de la original, acogiendo actualmente a Nuestra Señora.


4.2.4   Economía.

No tenemos nada claro de quién dependía directamente el mantenimiento y sustento de la ermita. Inicialmente podría pensarse que era autosuficiente, contando con un mayordomo que hacía las veces de administrador, pero, en casos de necesidad urgente el ermitaño recurría al cabildo; nos constan varias peticiones (1621, 1622, 1624, 1630) de dinero o tela para vestirse porque considera su situación “indecente”, incluso tras cuatro años de solicitarlo sin respuesta municipal llegó a manifestar que va “desnudo”, quizás una exageración, pero que manifiesta la precariedad en la que vivía el ermitaño y su familia.
Independientemente de la responsabilidad económica del sustento de la ermita e imagen, sabemos que tenía dos fuentes de ingresos principales: las donaciones y las propias.
Las donaciones son pocas, probablemente reflejo de la situación económica de la población, ya hemos visto como algunas provienen de testamentos, destacaremos el de Walabonsa Toronjo, que en  1895 donó en el suyo 500 pesetas, una cantidad nada desdeñable para la época, destinadas a un manto para la virgen, pero el párroco del momento, don Cristóbal Jurado, los destinó a otros menesteres por considerar tal manto innecesario. También en 1627 Pedro López Molinero hace una cuestación popular para comprarle una corona de plata al niño de la Virgen, pidiendo ayuda al cabildo que, en este caso, si colabora. Aunque no tenemos relación de ella, sabemos que el mayordomo controlaba un libro de alhajas y ornamentos, probablemente y como ocurre hoy día, fruto de donaciones populares.
Los bienes propios eran los que sustentaban la mayor parte de gastos de la ermita y de la imagen. Al igual que el resto de la economía iliplense eran de carácter agropecuario, aunque en el caso de la ermita sólo nos constan dos pedazos de tierra próximos a Lavapiés y no demasiado grandes, uno de ellos con 36 pies de olivos y el otro suponemos que para sembrar cereales. Es el ganado su fuente de ingreso principal, sabemos que en 1744 el patrimonio ganadero constaba de 7 bueyes de arada, 4 vacas grandes, 2 novillos de tres años que llaman utreros, 1 novilla de tres años, 1 becerro de dos años que llaman eral, 1 becerra de tres años que llaman erala, 1 becerro de un año que llaman añojo. Un total de 17 animales que intentaban mantener en número, lo que también implica dependencias y cuidador de los mismos, ¿acaso el propio santero o su familia? Este ganado se subastaba públicamente para las dos épocas principales del año, la sementera y el barbecho, cuando más se necesitaban para trabajar la tierra.



4.2.5   Antiguas romerías.

No hemos sido capaces de encontrar una fecha exacta para estos traslados populares de la población iliplense a la ermita de Lavapiés, los denominaremos romerías por la similitud que tienen con la actual que se realiza en mayo.
La romería duraba al menos un día y una noche ya que a los curas que realizaban el pregón se les invitaba a una comida, un almuerzo, una cena y un desayuno; también sabemos que se hacía una procesión con la virgen, probablemente sobre las mismas andas que se utilizaba en sus traslados de ida y vuelta a Niebla. Las veladas festivas tuvieron que ser notorias y “excesivamente festivas” ya que en 1714 los visitadores del arzobispado de Sevilla prohíben dichas veladas por los “escándalos en el santuario del Pino”, también hay que reconocer que los valores y costumbres espirituales de la España Moderna eran un tanto diferentes a los actuales y que los enfrentamientos entre instituciones religiosas y civiles eran muy frecuentes, por lo que hemos leído en el archivo del obispado de Huelva, quizás este contexto magnificó la situación.
Durante la romería se hacía la “subasta del ramo”, que ayudaba a pagar las fiestas. Actualmente se conserva en la provincia de Huelva dos tipos de actos denominados de la misma forma y en el mismo contexto patronal y de romerías, uno consiste en una cesta o ramo que se llena de viandas y se subasta entre los fieles; la segunda y la que pensamos corresponde a la antigua romería de Lavapiés consiste en subastar el ramo de flores que la Virgen había llevado en su mano durante toda la romería, el ganador de la subasta era nombrado mayordomo para el año próximo y contribuir a la maltrecha economía de las fiestas, el problema radica en que la cantidad a veces no llegaba y el cabildo tenía que aportar parte de los gastos para hacerlas con “dignidad”.


4.2.6   Los ermitaños negros.

En una charla personal con Manuel Vázquez León, quien pudo trabajar con el legajo de prioratos y ermitas y de cuyo libro hemos  extraído mucha información nos indicó el gran fervor que la población negra tenía por ciertas advocaciones marianas, es el caso de Niebla y la Virgen del Pino. Nos consta que casi una quinta parte de la población iliplense en el siglo XVIII estaba compuesta por “morenos” o de “color pardo”, tal y como se recoge en los padrones respectivos, no es de extrañar pues, que también hubiese una alta proporción de negros, mulatos, pardos o morenos entre los ermitaños y santeros que cuidaban de las dependencias, el ganado y la ermita, de hecho, en las fuentes a veces no se recoge el nombre del mismo pero sí el color de su piel y el de su familia.



descendiente negro de Gibraleón (LARREA PALACÍN)

lunes, 2 de septiembre de 2019

LA VIRGEN DEL PINO EN LOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS (I) INDICE, AGRADECIMIENTOS Y PONENTES


Como prometimos, especialmente para aquellos que no pudisteis asistir a la conferencia, vamos a ir publicando la misma, en el mismo orden y formato en el que nos basamos para exponerla. Esperamos sinceramente que le deis un buen uso.




INDICE.
1.    Agradecimientos.
2.    Ponentes y su motivación.
3.    Los Archivos.
3.1 Archivo Municipal de Niebla.
3.2 Archivo Diocesano de Huelva.
3.3 Hemerotecas.
3.4 Tratamiento de los documentos.
4.    Virgen del Pino.
4.1 Santa María de Lavapiés.
4.2 Ermita extramuros.
4.2.1  Ubicación
4.2.2  Vinculación religiosa.
4.2.3  Distribución, dependencias y estado.
4.2.4  Economía.
4.2.5  Antiguas romerías.
4.2.6  Los ermitaños negros.
5.    El terremoto de Lisboa y el patronazgo
5.1  Suplicas y agradecimientos
6.    Fiestas de septiembre.
7.    La onomástica, las “Pinos”.
8.    Conclusiones.
9.    Bibliografía y fuentes.
10. Ruegos y preguntas.


1.    AGRADECIMIENTOS.

Nuestro más sincero agradecimiento a:
La ILUSTRE HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL PINO Y SANTOS MÁRTIRES WALABONSO Y MARÍA, por ser continuadores de un patrimonio histórico de siglos  y permitirnos mostrarlo a los iliplenses orgullosos de sus patrones. Junto con el resto de HERMANDADES Y ASOCIACIONES de Niebla.
Don JUNAR BAGARIANG como anfitrión de este marco al que tanto nos referiremos en la presentación, además de representante de la Congregación del Verbo Divino, que tanto bien lleva haciendo por la Iglesia iliplense, aprovechamos para agradecer a Don CARLOS IRISARRI algunas de las imágenes que veremos.
LOS REPRESENTANTES MUNICIPALES DE NIEBLA, responsables y obligados a proteger y fomentar esta parte tan olvidada de nuestro Patrimonio.
Dña. MACARENA TEJERO RIOJA, archivera del Obispado de Huelva, por su buena disponibilidad y mejor trato
Don ALFONSO LARA y Don JUAN JOSÉ FRANCO BARRERA, archiveros, anterior y actual, del Archivo Histórico de Niebla, generosos en sus limitaciones temporales y celadores de nuestra documentación histórica.
A los Doctores don JUAN CLEMENTE RODRÍGUEZ ESTÉVEZ, de la Universidad de Sevilla, don JUAN LUIS CARRIAZO RUBIO, de la Universidad de Huelva y don ENRIQUE INFANTE LIMÓN, autor de una tesis doctoral inédita sobre el patrimonio arquitectónico de Niebla; por la colaboración mutua en nuestras respectivas investigaciones.
Dña. MONIKA RASKO PARRA, autora del cartel anunciador que tan bien ha captado la esencia de nuestro trabajo.
A NUESTRAS FAMILIAS, especialmente a CHARI y NURIA, que han sufrido horas de ausencia e investigación sabiendo que es nuestra pasión.
A VOSOTROS PAISANOS, especialmente aquellos que con sus vivencias, fotografías, escritos y cualquier ayuda nos habéis permitido iluminar parte de nuestro pasado.
A LA VIRGEN DEL PINO, verdadera protagonista del trabajo; quisimos que esta presentación se hiciese bajo su amparo y atenta mirada. Si erramos en nuestras apreciaciones que nos lo perdone y si acertamos que nos bendiga como hace con sus fieles niebleros desde tantos siglos atrás.
Con su permiso y el vuestro comenzamos.

2.    PONENTES, PRESENTACIÓN Y MOTIVACIÓN.
Pelayo Castillo Palacios y Antonio Bonilla Giles nos empezamos a conocer a raíz de la labor que compartíamos en la Junta de Gobierno de la Hermandad de los Dolores de nuestro pueblo, lo que significa que la tradición cristiana iliplense ya había comenzado hace años a modelar este trabajo que hoy presentamos, la Virgen nos llevó de su advocación dolorosa a ésta del Pino, más local e histórica.
No se trata de realizar una exposición antropológica ni cultural en el sentido etnológico de la palabra, es decir, no vamos a hablar de las romerías de nuestros padres o las recogidas en la tradición oral; rememorando las palabras de un buen amigo que inició el camino del Verbo Divino en nuestro pueblo, el estimado Carlos Irisarri, cuando alguien planteaba que las cosas se hacían de alguna forma “desde siempre”, él cuestionaba “¿Qué o cuándo es desde siempre?”, pues ese es nuestro objetivo, poner fechas a fiestas, advocaciones y tradiciones locales lo más certeras posibles
Queremos establecer nuestras propias conclusiones a través de la documentación que hemos ido extrayendo de diversas fuentes, en la mayoría de los casos original y sin transcribir. Por desgracia, o por suerte, la información es muy sucinta, pero deseamos poder seguir con este proyecto durante muchos años más y que nos arroje luz a las numerosas lagunas que aún tenemos.

miércoles, 28 de agosto de 2019

LA VIRGEN DEL PINO EN LOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS


     Mañana jueves iniciamos la andadura de presentaciones, esperamos que sean muchas, pero eso sólo depende de vosotros, lo que es indudable es que pondremos todo nuestro cariño en daros a conocer otro poquito de historia de Niebla, un poco especial porque nos centraremos en Nuestra Patrona, que se encuentra inmersa en sus fiestas principales. Os esperamos con toda la ilusión del mundo en la iglesia de Santa María después de la novena.

viernes, 7 de junio de 2019

FELIZ DIA DE SAN WALABONSO


“Si alguien quiere venir detrás de mí, renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga”
San Mateo 16,24

Hace ya unos años, cuando el querido Carlos Irisarri era el párroco de Niebla, le pedí que me tradujese el texto en latín que lleva escrito el libro que porta la imagen de San Walabonso. No conocemos vinculación histórica del texto bíblico con el mártir iliplense, pero sí que lanza un mensaje muy a propósito de esta entrada.
Vaya por delante que nos mueve fundamentalmente la puesta en valor histórica de nuestro patrón, no queremos entrar en devociones más o menos fuertes, cada uno siente la religiosidad con una intensidad y forma distinta al de su vecino. Por supuesto que tampoco buscamos ningún tipo de enfrentamiento con absolutamente nadie, algunos buscarán en nuestro argumentario un intento de minusvalorar la otra gran fiesta que durante estos días se celebra muy cerca de Niebla, en antiguas tierras de su condado; a nuestros vecinos y amigos rocieros sólo les deseamos la mejor celebración posible de su devoción mariana y un feliz fin de semana.
Ya el 29 de abril de 1624 el cabildo instituyó la festividad de San Walabonso como oficial para la villa de Niebla, de cuya transcripción sólo entresacamos unas frases:
Y en ellos es uno natural de esta villa,/ que se dise San Ubalabonso mártir; que su día se celebra a siete / de junio. Y porque esta villa tiene devoción y quiere haser- / le fiesta, la que se debe y tiene obligación.
Un poco más tarde, en el mismo Archivo Municipal de Niebla, legajo 4 folio 268rº:
En 8 de mayo de / 1634 (nota al margen)
En este cabildo se vido (sic) una carta de Su excelencia el / duque de Medina sidonia, mi señor, su fecha de el siete de henero / deste año, que --- de como se sigue: /
Al concejo, justicia y regimiento de mi villa de Niebla, noticia tenéis / de Su Santidad[1] a días que santificó al bienabenturado / santo mártir Ubalabonso, natural de esa mi villa / de que a tenido muchísima alegría y vosotros la  debeis / tener y esteis mui agradesidos y gozosos de que aya nasido en ella este / santo mártir a quien deuen respetar y onrar y festejar / con particulares demostraciones y porque yo quiero ayudar / a esto con mucho gusto, os ordeno que me digáis con que fiestas / espirituales y temporales os parece que podieis selebrar /  su festiuidad que es lo que sobre esto acordaréis en vuestro / cabildo, me auisaréis para que yo os ordene executéis lo que sea / más de seruicio de nuestro señor que os guarde de salutar. / 7 de enero del 34. El duque de Medina Sidonia. /
Cumpliendo en todo lo que Su Excelencia manda / y este cabildo los tiene obligación acordaron de / botar fiesta por el santo mártir Ubalabonso // (268vº) como la tiene botada para siete de junio / de cada un año que es su día, haziéndole proseción / pública con su misa cantada con diácono / y subdiácono y con ministriles por ser na- / tural y patrono de Niebla, y se agan / las demás demostrasiones de alegría que se pueda. / y que el domingo que biene se aga cauildo / auierto para que todos los vezinos guarden / su día por de precepto.
            Son sólo dos pequeñas anotaciones de la inmensa cantidad de referencias que en los archivos (los de Niebla y el diocesano) hemos encontrado, pero un trabajo más extenso quedará para más adelante.
            Aunque el festejo “oficial” se hace a partir de 1624, es fruto de una “tradición inmemorial” como se recoge en un pleito de 1759 entre el desaparecido convento de Santo Domingo y el clero de Niebla por la denominación de “patrono principal”. Así pues no hay duda, el 7 de junio es el día de San Walabonso, es una fiesta fija, recordemos que otras fiestas y celebraciones del calendario litúrgico son móviles, como, por ejemplo, la propia Semana Santa.
Esta entrada queremos que sirva para mayor reconocimiento de una fiesta no sólo local, sino tan propia como la de un personaje histórico natural de la propia Niebla, evidentemente las decisiones le corresponden a quienes asumen la responsabilidad de tomarlas, pero no es óbice para que nuestra opinión como investigadores de la historia local sea tan válida como la de cualquier iliplense orgulloso de su patrón.
Prometemos poner a disposición de nuestros paisanos todo nuestro trabajo de años en cuanto sea posible, en estos momentos estamos inmersos en un proyecto similar sobre Nuestra Señora, la Virgen del Pino y que, Dios mediante, verá la luz el septiembre próximo.
Simplemente recordar el pasaje de San Mateo con el que comenzamos y que, quien quiera seguir a San Walabonso que lo haga, pese a lo que suceda en ese momento.
Felicidades a toso aquellos que lucen el nombre de nuestro patrón, los “Walos” y “Walas”



[1] Urbano VIII fue Papa de 1623-44

jueves, 7 de marzo de 2019

PREDICADOR DE LA CUARESMA


La predicación es un elemento fundamental en la labor pastoral de la iglesia de la Edad Moderna, siendo los sermones una de las herramientas fundamentales en tal labor.

En la Niebla de los siglos XVI al XVIII (los que llevamos estudiados hasta ahora) también cobraban especial relevancia los sermones, de los que podemos diferenciar tres tipos fundamentalmente:
-       Los de Adviento.
-       Los de Cuaresma.
-       Los de ocasiones especiales y/o solemnes que requerían oradores preparados.

Dada la fecha en la que nos encontramos nos centraremos en los cuaresmales. Fundamentalmente buscaban, desde un punto de vista estrictamente religioso, combatir el pecado (los vicios) y promover la penitencia, pero también encontramos otra serie de factores que hacen un poco específicos a los de Niebla.

Lo primero que nos llamó la atención fue que es de los pocos actos religiosos que pagaba el cabildo, junto con las fiestas de los patronos y la del Corpus, normalmente a instancias del propio duque como podemos leer en el legajo 1:

(23vº)
Viernes, XVI días del mes de junio de 1581 años /
Provisión de / Su Excelencia  en razón  / de la limosna de los / predicadores (nota al margen) /
En este cabildo se prestó una provisión de su Excelencia del Du- / que mi señor por la qual Su Excelencia manda que en tanto que el conven- / to de Santo Domingo desta villa, no se poblare se les / de de limosna quando predicare algún predicador / del dicho convento la quaresma, se le de de limosna / treinta ducados y diez para el sustento /

Esta “predilección” por los predicadores del Convento de Santo Domingo de Guzmán es muy lógica, ya que el referido convento fue fundado por el duque de Medina Sidonia en 1579 para acrecentar su presencia no sólo política y señorial (con la construcción del alcázar), sino también efectuar un dominio moral y religioso imponiendo el patrono de la casa condal también como tal en la villa de Niebla. No debemos tampoco olvidar que en los sermones dados por  predicadores de conventos fundados por señores de la nobleza solían tener una parte de “alabanza y loa” a la bondad y religiosidad de los propios duques.

También podemos inferir que los sermones eran actos muy populares, en los que cada miembro de la sociedad iliplense tenía reservado su sitio en el protocolo, al igual que la procesión del Corpus, toda la sociedad de la villa estaba representada y jerarquizada según su status, por lo que era importante no sólo asistir, sino ocupar los sitios de privilegio si corresponde.



Exponemos varios nombres de predicadores que dieron sermones cuaresmales en Niebla, prácticamente todos los años hay asientos contables en los libros de actas librando cantidades para los predicadores, pero no siempre se recogían los nombres propios de los mismos.

Año
Predicador
Observaciones
1582
Francisco Pedro Navarro

1628
Reginardo Rendón
Vicario Sto. Domingo
1629
Fray Marcos de Salazar
Predicador de Sto. Domingo
1631
Raimundo de Gatica
Vicario Sto. Domingo
1649
Fray Juan de Beja
Predicador de Sto. Domingo
1651
Pablos Destrada

1652
Fray Juan Bravo de Quesada

1663
Fray Diego Hidalgo
Predicador de Sto. Domingo
1681
Fray Pedro de Aguilar

1682
Fray Francisco López
Prior de Sto. Domingo
1687
Fray Francisco
Prior de Sto. Domingo
1718
Fray Blas de Arriaga
Convento de la Vitoria (Huelva)

Como datos curiosos que completen esta entrada cuaresmal debemos decir que no sólo se pagaba en dinero contante y sonante, por ejemplo en 1583 el predicador pertenecía al Convento de Santo Domingo y se libró una fanega de trigo para el mismo, toda vez que solía encontrarse en situación precaria con bastante asiduidad.

            En cuanto al nombramiento del predicador en teoría correspondía al arzobispo de Sevilla, cabecera de la iglesia de Niebla, pero normalmente es un simple formulismo, ya que el duque propone normalmente a algún monje de su convento y el prelado hispalense lo autoriza. En ocasiones también se tiene que recurrir al provincial de la orden para que lo asigne, como en 1628 cuando este cabildo se acordó se escriba a Su Excelencia pidiéndole de merced nos / de carta para el padre provinçial del orden de Santo Domingo para que en- / vie a este convento un padre predicador de opinión para que predi- / que en esta uilla el adbiento y quaresma en considerasion de / que no tiene oy el dicho convento predicador por ser todos mosos /

            En otras ocasiones, normalmente cuando el predicador era foráneo, la limosna solía verse incrementada con algún “extra” como a fray Pablos Destrada, en 1651, cuando además de los cuarenta ducados por esta bez y se le de de raglo me- / dia dozena de gallinas por aguinaldo. /

O un año más tarde:
En este cauildo se acordó se le libre por esta bez sin que adquiera / costumbre a el padre predicador que lo a sido esta quaresma / el padre fray Juan Brabo de Quesada quarenta ducados / de uellon y por la limosna de aber predicado y en esta / uilla y que se le dé de regalo dos hamones y dos abes /

            El predicador normalmente se quedaba toda la cuaresma mientras duraba su labor, si era foráneo dependía de su orden, en caso de los dominicos se alojaban en el convento de Santo domingo, en otros casos se le solía dar alojamiento en casa de algún regidor municipal (quien posteriormente cobraba los gastos producidos).

fotografía de 1909, se puede observar un púlpito en el pilar de la izquierda de la imagen

En definitiva, todos los años por estas fechas las iglesias de Niebla recibían en sus púlpitos los predicadores de la cuaresma buscando la salvación de las almas iliplenses.


Pelayo Castillo Palacios y Antonio Bonilla Giles


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
-          AMN. Leg. 1 al 7
-          ATIENZA LÓPEZ, ÁNGELA. Nobleza,  poder señorial y conventos en la España Moderna. La dimensión política de las fundaciones nobiliarias. En “Estudios sobre señorío y feudalismo: homenaje a Julio Valdeón”, coord.: Esteban Sarasa y Eliseo Martín. 2010. Pp. 235-269.
-          ARANDA DONCEL, JUAN. Los dominicos y los sermones cuaresmales en el cabildo municipal de Córdoba durante el siglo XVII.  En “Revista de Humanidades” nº 17, 2016. Pp. 63-90.