MEGALITOS (I)

LAS “PIEDRAS GRANDES”

Es la traducción literal de la palabra Megalito, es decir las grandes piedras que se utilizaron en un momento concreto de la Historia para construir monumentos, tradicionalmente vinculados a enterramientos de personas, aunque su funcionalidad puede ser otra (santuarios, delimitadores de territorios, etc.)

Niebla, como es natural, no es ajena a la erección de construcciones megalíticas, que se desarrollarán fundamentalmente alrededor del Tercer Milenio a.n.e.(antes de nuestra era), en lo que se ha dado a llamar como el Calcolítico o Edad del Cobre, por lo tanto estamos hablando de construcciones con unos 5000 años de antigüedad.

En esta primera entrega vamos a referirnos a los megalitos que aún se conservan y que pueden ser visitados en nuestro término municipal.

El conjunto más grande y por tanto espectacular es el de La Mesa de las Huecas, con 3 dólmenes. Situados en las cercanías del El Guijo, en una elevación del terreno, estudiados, que no excavados en la década de los años 40 del pasado siglo; numerados como 20, 21 y 22 por CERDAN MÁRQUEZ. Los sepulcros constan de una, dos y cinco cámaras respectivamente con una única entrada para cada uno, separados entre sí por pocos metros y, como ya he mencionado, no existen fuentes que nos hablen de una posible excavación de los mismos; en consecuencia no tenemos ni ajuares funerarios ni dataciones de ningún tipo para los mismos.

Curiosamente son los dólmenes que aún permanecen y, sin embargo, los menos conocidos. Ubicados en una zona conflictiva ya que son parajes de caza y (como se repite en Niebla una y otra vez) pensamos que “Bellas Artes”, “Cultura”, “Patrimonio” nos van a impedir cualquier tipo de actividad si se ponen en valor. Estos nombres citados ya no existen como entidades oficiales, pero en Niebla siguen causando verdadero pavor “¿y si me quitan mi solar?”, “¿y si me paran la obra para siempre?”, “¿y si nos impiden cazar en esta zona?”, son las continuas e infundadas preguntas que los iliplenses se hacen cuando ven aparecer la paleta de un arqueólogo.

Volviendo al tema estrictamente prehistórico es muy difícil, por no imposible, saber la función que tenían los dólmenes de La Hueca (tumbas, marcadores de territorios, lugares de culto, santuarios, etc.) sin tener acceso a los materiales que, o bien no se han excavado aún o, como me temo, ya han sido expoliados por personas sin escrúpulos o buscadores de “tesoros” que destrozan yacimientos por vender alguna pieza interesante en el mercado negro de antigüedades.

Hoy terminaré con una coletilla que repetiré bastante en estos artículos:

“RESPETA TU PATRIMONIO Y DARÁS ALGO A TUS HIJOS DE LO QUE SENTIRSE ORGULLOSOS”