DEL SUBSUELO AL CIELO EN BUENA COMPAÑÍA

Son las cuatro de la tarde del domingo y llego tarde, sólo 10 minutos, pero el calor sofocante más propio de agosto que de mayo ha hecho que la salida de Mazagón y la carretera hasta la autovía fuese una romería de coches hacia Sevilla y otros pueblos que habían buscado los primeros baños playeros.

Perdonado el retraso, ya están esperándome en la iglesia los poquitos valientes que se han atrevido a salir de casa bajo este calor de justicia; ¡no hay color! La temperatura de nuestro templo hace que entre en un mundo completamente diferente, un motivo más para asombrarme de las construcciones antiguas con los medios técnicos tan inferiores a los nuestros actuales.

En el frescor del templo nos dirigimos a nuestro primer objetivo… perdonad, pero se me olvidaba lo principal: quienes somos. Realmente es una parte pequeña de la Pastoral de la Juventud de Niebla, tampoco es que seamos demasiados aún, pero espero que con actividades atrayentes y un buen trabajo se pueda dar otra alternativa a los jóvenes iliplenses; de hecho, como representante de la Pastoral iré publicando en el blog y en otros medios las propuestas y actividades que vayamos realizando durante el año. Desde aquí reitero mi invitación a uniros al grupo, sólo hay que estar, sin socios, cuotas ni mayor compromiso que querer pasarlo bien.

Como iba diciendo, a petición de alguno de los chavales, la primera “excursión” sería cerca, tan cerca como nuestro templo; tenían curiosidad por conocer algunos elementos no visitables y menos conocidos, el primero LA CRIPTA que existe bajo el altar mayor.

Primeras dudas y miedos, aunque al final todos para adentro, reconozco que el acceso impone un poco, pero una vez dentro es realmente interesante conocer un cementerio de los siglos XVIII y XIX que se encuentra más cerca de lo que pensamos, concretamente bajo nuestros pies. Allí dentro comienzan las preguntas, las lecturas de las pocas inscripciones que quedan, las historias que cada uno se monta con los nombres aún legibles, etc.

Tras un buen rato de charla subterránea, toca subir a lo alto. Era un trabajo que tenía pendiente, ya que carecía de fotografías desde la torre que existe junto a la sacristía y el altar, no tan alta como la otra, pero super interesante desde el punto de vista arquitectónico. Me traje unas cuantas de fotografías del diseño de la techumbre por arriba, de la escalera de caracol y de un adorno interesantísimo que si no llega a ser por Eli me lo pierdo y no lo habría fotografiado (no os lo diré para que así os apuntéis a la próxima).

En definitiva unas vistas de Niebla desde la posición elevada y privilegiada de la cabecera de la iglesia. Son esas sensaciones de exclusividad, de estar en lugares donde poca gente ha estado o donde hace mucho que no sube nadie (en mi caso calculo que unos treinta años más o menos), poder mirar nuestro pueblo desde otro punto de vista… todo esto hizo la sesión especialmente provechosa.

Para la próxima ya veremos dónde, pero os garantizo que Niebla tiene muchos lugares desconocidos y que nos pueden decir innumerables cosas de nuestro pasado.

Para vuestra envidia cuelgo alguna foto como homenaje a los primeros “pioneros” de la Pastoral de la Juventud, por cierto, falta Marcelino que disfrutó y preguntó como el que más, gracias por abrirnos las puertas necesarias amigo cura.