Ante todo debemos rechazar el manido argumento religioso
de Reconquista, principalmente porque no se está recuperando ningún reino
antiguo, la España visigoda dejó de existir como unidad política más o menos
coherente en el siglo VIII con la entrada de tropas musulmanas desde el norte
de África. Si nos paramos a observar, no es un bloque cristiano que recupera
para la fe las tierras usurpadas por los infieles, no hace tanto que leíamos
estas justificaciones en los libros de texto, incluso Aznar, cuando era
Presidente del Gobierno soltó la famosa perla de que “a mí nadie me ha pedido
disculpas por habernos invadido durante 8 siglos”, no se me ocurre otra mejor
perla que la que se oyó en el Congreso de los Diputados “¡manda cojones!”.
Historia contemporánea aparte, hemos visto cómo era y
evolucionó la frontera del reino de Niebla, cuál era la relación entre Ibn
Mahfuz y los reyes castellanos, ahora nos toca analizar un poco los motivos que
llevaron a Alfonso X a tomar una decisión unilateral: la conquista del último
reino taifa de occidente.
Herencia
paterna.
Ya
hemos mencionado la intención de Fernando III de continuar con su labor
conquistadora tras la caída de Sevilla, cuando promete a Axafat de Sevilla
entregarle en feudo Niebla “cuando la gane”, evidentemente no cumplió su
palabra, aunque sí involucró a su hijo, el infante Alfonso en la política
portuguesa y occidental que tenía a Niebla justo en el medio.
Fernando III
El
Imperio Hispánico
Una
de las características más valoradas de Alfonso X fue su visión política más
allá de la mera conquista de territorios, llegando a destacar en facetas tan
diversas como la cultura (lo que le llevaría a recibir el sobrenombre de “el
Sabio”. Llegó a manifestar su intención de recuperar el Imperio Hispánico,
aunque no debemos confundirlo con la unidad territorial que más o menos,
consiguieron los Reyes Católicos 2 siglos y medio, realmente es la idea de unidad
la que promulga, la de sentimiento de pertenecer a una tierra heredera del
Imperio Romano y de la unidad Visigótica. Esta intención unitaria se ve
claramente en todos sus movimientos, como por ejemplo el casarse con Violante
de Navarra, la concesión de Niebla a su hija Beatriz en dote vitalicia para su
unión con Portugal, etc. Evidentemente dentro de esta unificación está la
conquista de Niebla.
Las Cantigas a Santa María, obra en verso de Alfonso X
Cruzada
de occidente.
Igualmente debemos recordar que durante el siglo XIII se
desarrollaron las últimas cruzadas, de hecho la VIII comenzará en 1269, poco
después de caer Niebla. Este hecho cruzado ha tenido su paralelo en otros
ámbitos como el de la Península Ibérica, en el caso de Alfonso X con una visión
incluso más internacional, ya que manifestó en diversas ocasiones llevar la
guerra contra los musulmanes incluso al norte de África. Evidentemente para
poder realizar esta campaña africana necesitaba asegurarse el control de al
menos una orilla del Estrecho, sobre todo para la cuestión logística. La
conquista de Niebla le daría la posibilidad de dominar la costa desde Cádiz
hasta el Algarve portugués incluido (éste último como parte de Niebla).
imagen de la VII cruzada
La
cuestión del Algarve y Portugal.
Probablemente
sea la razón de más peso, la denominada por los historiadores “cuestión del Algarve”.
Recordemos que casi nunca existe un solo motivo y/o explicación para las cosas,
suele ser una conjunción de situaciones y hechos que acaban desembocando en una
realidad nueva, con esto quiero decir que debemos dejar atrás el motor único de
“Reconquistar la península de manos de los infieles para volver a la
cristiandad como religión única”. No hace tanto que en este bendito pueblo
nuestro, se me reprochaba la defensa que hice de Ibn Mahfuz por el hecho de “defender
al moro en vez de al cristiano”, son argumentos caducos y propios de otros tiempos
más de UNA, GRANDE y LIBRE.
Cuando
vimos el avance de las tropas portuguesas, ayudadas por las órdenes militares
ya se vislumbraba una dirección lógica de la corona lusa, una vez llegados al
sur oceánico en el Algarve, la única posibilidad que tenía Portugal de seguir
con su avance era cruzar el Guadiana hacia el reino musulmán de Niebla. En
estas circunstancias Alfonso X prefiere perder un vasallo y ganar una razón de
peso para negociar con el reino vecino, así que conquista Niebla y, de paso, se
apoya en la antigua titulación de Ibn Mahfuz como “emir del Algarbe”, reclamando
esta parte de Portugal para la corona castellana. Será una situación de tiras y
aflojas que se dilucidará con la definitiva frontera en el Guadiana.
Ya
lo he dicho muchas veces, la complejidad de la Historia, incluso en la Edad
Media, hace que se revisen posiciones continuamente, lo que hace apenas 30 años
estaba claro y era tan sólo las misiones de los reyes de recuperar el
cristianismo en la península, hoy día los motivos son más numerosos y
enrevesados, además mezclados entre ellos y apoyándose los unos a los otros.
Estos
son, según las lecturas que hasta ahora he hecho las razones fundamentales que
llevaron a Alfonso X a tomar una decisión personal fura de los que se denomina “casus
Belli”, es decir, el enfrentamiento por motivos puramente militares, que se
sepa, nunca hubo declaración de guerra por parte de Ibn Mahfuz, quien hasta
poco antes del asedio había firmado como vasallo del rey castellano, es decir,
admitía su sumisión. Las consecuencias lógicas de la decisión de Alfonso X se
verán en el capítulo correspondiente a la post-guerra.
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