En casa siempre ha habido un ejemplar del Romancero
Gitano, son esos símbolos de patria chica que mi padre conservaba de su tierra
granadina. Reconozco que leí algunos poemas a duras penas cuando en el colegio o
en el instituto nos obligaban a hacerlo. Luego, con vocación tardía encontré en
la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla un profesor de Literatura que me
hizo entender y por tanto querer la poesía, el teatro… un verdadero lujo.
De esta forma Lorca se abrió paso en mi ideario. Como recuerdo
de su obra, hoy 18 de agosto, aniversario de su muerte, he elegido un poema que
me gusta especialmente, uno que habla de una luna que probablemente lloró
cuando fue vilmente asesinado.
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