Estamos
en crisis y no hace falta que lo escriba para enterarnos, el problema viendo
las Fiestas que se nos avecinan es ¿somos conscientes de ello?
Simplemente
con darte un paseo por el pueblo puedes palpar el pesimismo en el ambiente
respecto a las fiestas: hay quien plantea que no tendremos Coronación por falta
de Damas, otros se lamentan de que el número de casetas privadas es ridículo, quizás
la calidad de los eventos…
Sinceramente
y desde lo que creo la postura más coherente
reduciría los eventos (que no las Fiestas), las manifestaciones públicas que al
fin y al cabo cuestan dinero al erario público y al privado. Cuando manifiestas
esto la respuesta más repetida es que No
podemos acabar con la tradición, si lo quitas se acabará perdiendo. Puede
que fuese así, pero también tenemos tradiciones que se han recuperado más que
honrosamente, como por ejemplo nuestra Semana Santa. Incluso hubo una época en la que no había equipo de fútbol y ahora vuelve a jugar el Iliplense.
Quizás
estemos acostumbrados a medir la calidad de las Fiestas por el número de
bombillas, la cantidad de vacas, el caché de los artistas, los trajes de las
Damas, la calidad de la Revista del Ayuntamiento, el tamaño de la Caseta
Municipal o un sinfín de elementos
materiales que no dejan de ser eso, manifestaciones artificiales y pasajeras
que, además son periódicas.
Desde
mi ignorancia en cuanto a los presupuestos festivos se me ocurren algunos
cambios que contribuirían a una economía más acorde con la situación de muchos
iliplenses sin ingresos.
De
acuerdo que elementos intocables hoy por hoy son la Coronación y los encierros
y capeas, pero ambos son susceptibles de recortes (por mucho que nos duela la
palabra). En el primer caso por ejemplo, la actuación posterior a la Coronación
no deja de ser un complemento y respecto a las capeas si se trata de no perder
la tradición pues reducir su número a un par de días solamente.
Obvio
los cultos y la procesión ya que su coste no sólo lo veo asumible sino que sin
ellos no tendrían sentido las Fiestas, aunque si la asistencia a los actos
religiosos fuese igual que a los encierros también daríamos sentido y coherencia
a unas “Fiestas Patronales”. Si el recinto ferial se queda excesivamente grande
trasladarlo a la Ronda de Jerusalén, queda igualmente recogido y centrado, pero
a lo mejor ahorramos en alumbrado.
Quizás
alguien piense que voy contra la tradición o que no me gustan las Fiestas, que
con esos recortes se “deslucen”, pero mi concepto es un poco distinto. Las
Fiestas de Septiembre, así con mayúsculas, siempre me han proporcionado
ocasiones especiales y son éstas las que hacen que las considere
importantísimas para los niebleros. Normalmente siempre aparece algún paisano
que vive fuera y que aprovecha algún día de vacaciones para volver a su pueblo,
a bote pronto se me ocurren un par de nombres, que no citaré por lo del agravio
comparativo; una simple cerveza en cualquier rincón de Niebla y empezar con un ¿cómo
va todo? Hace que tome conciencia de Virgen del Pino, intercambiar situaciones
actuales y pretéritas, reírte de años más jóvenes…
La
Fiesta la hacen las personas, no los toros, las luces, la música o cualquier
otra cosa que se nos ocurra y esas personas siempre estarán ahí con un coste
mínimo y un rendimiento máximo.
Soy de tu misma opinión, lo que pasa que para hacer eso que tu dices hay que pensar, y no todo el mundo tiene esa capacidad... por eso no se paga. Un saludo
ResponderEliminarPues tenemos un Ayuntamiento lleno de "técnicos" y "encargados" a los que se le supone que cobran por pensar, el problema está en que decisiones supuestamente antisociales perjudican futuras elecciones, ya se sabe "panen e circensis".
EliminarUn saludo amigo Juanma.