Con el
carnaval a la vuelta de la esquina publicaré otra entrada musical… con
retranca.
Evidentemente 6 años viviendo en “La Tacita de Plata”
hacen algo más que marcarte el compás. Reconozco que cualquier época del año me
sirve para oír letras y músicas de carnaval, igualmente me considero un fan
incondicional de Cádiz, tan parecida y tan diferente a nuestra Huelva, aunque
por suerte es una enfermedad que afecta a más de un iliplense (de quien envidio
sus visitas al Falla).
Parece que en Niebla van tomando cuerpo unas agrupaciones
cada vez más asentadas y maduras, el año pasado me las tuve que perder, pero
éste intentaré por todos los medios disfrutar del arte local.
En Cádiz aprendí mucho, quizás esa ironía y sarcasmo que
vuelco a menudo en mis escritos la pillé tomando cerveza en el barrio de la
Viña, pero también pude comprobar que las cosas se pueden decir con arte y
simpatía, que no es necesaria la burla zafia para mandar un mensaje, incluso
aprendí que allí no existe la censura (ni siquiera durante el régimen
franquista se suspendieron los Carnavales). Es quizás éste último punto el más
difícil de conseguir, por eso cuando me entero que bajo presiones y amenazas
más o menos veladas se tienen que retirar letras en Niebla, no puedo dejar de
recordar la inteligencia del gaditano, tanto el que escribe como el que recibe
la crítica con elegancia.
En
Facebook he encontrado esta mañana un pasodoble del 2011, maravilloso, espero
que disfrutéis como yo lo he hecho releyendo la letra.
2011- Los defensores de Luis –
Pasodoble- Cada vez que digo
Letra y música:
Luis Rivero Ramos
Cada
vez que digo que yo soy creyente
aparece
algún valiente que me juzga
con
la voz cobarde del intransigente
que
surge siempre de la censura.
Esos
que presumen de ser inteligentes
y
van buscando su razón en la incultura,
porque no entiende que la Fe me haga más
fuerte,
que simplemente es un invento de los curas.
Que surge
nada más,
que
surge por el miedo hacia la muerte.
Y
hay quien se ofende si le doy gracias a Dios,
y
hay quien se ofende si le pido protección.
Qué
más da quién me comprende,
si
el creer me hace más fuerte
y me hace ser mejor persona.
Si a Dios lo encuentro solamente en el amor
y no
en las manos indecentes
que se justifican si le adoran,
ni
en las manos pederastas,
ni
de aquellos que mataran
y
juraran en su nombre.
Dios
está en las manos del que ayuda,
del que
no pregunta nunca y que perdona los errores.
Ése
es el Dios que me llena,
ése
es el Dios que me ilumina.
Y si
en el mismo día en que muera,
compruebo
de verdad que no existiera,
la
misma Fe que muchos tirarían,
si
me hizo ser feliz toda mi vida,
ya
habría valido la pena,
ya
habría valido la pena.
no lo pueden decir mejor
ResponderEliminarY encima da gusto escucharlos, hasta tres veces seguidas
saludos
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