Parece
extraño que dos eventos tan dispares puedan ser a la vez tan parecidos y me
refiero a las actuaciones de agrupaciones carnavaleras en Diego Ramos y a la
posterior manifestación del sábado.
Aprovecho
las coincidencias para aunarlas en un solo artículo.
Ambas
son producto del trabajo duro de un grupo de personas en beneficio de sus
paisanos, los unos por horas y horas de ensayos, los otros por aguantar las
duras críticas de intransigentes manipulados e interesados. Ambos se han puesto
en su escenario, frente a todos y ninguno ha dejado indiferente al público.
Empezando
por el más reciente, por eso de dejar lo dulce para el final, debo reconocer
que me encanta estar equivocado a veces, ya que mis perspectivas de asistencia
se vieron superadas con creces; no tengo nociones de demoscopia ni soy capaz de
calcular el número de personas que asistimos a la manifestación, pero,
contrariamente a lo que yo esperaba (no
más de 200) hubo bastante más personas que hicieron oir su voz por nuestras
calles. Pero ¡cuidado! No es más que un pequeño paso, es sólo el comienzo,
porque a pesar de todo sigo siendo pesimista y con la actitud de los que nos
veían pasar desde la terraza de un bar o sentados al sol en la Ronda de
Jerusalén la unanimidad del pueblo no se garantiza. Cierto es que lo sucedido
ayer es algo inusual en Niebla, que no recuerdo una movilización de tal calado,
pero ¿cuántos habíamos? ¿500? Si tenemos en cuenta que bastantes personas
venían de fuera unos 400 iliplenses no dejan de ser la décima parte de la
población, y eso no es el pensamiento mayoritario de un pueblo. Me queda el
consuelo de que sea sólo el principio, pero no sé yo…
Ahora
con lo verdaderamente agradable, los carnavaleros de Niebla. Una grata
sorpresa, seis agrupaciones con un nivel mucho más que aceptable para el tiempo
que llevan, incluso algunas de las nuevas (aunque para mí todas eran nuevas)
parecieron llevar años en las tablas del 3x4. Todos y todas con un mérito increíble,
algunas destacaron en letras, otras en tipo, se oyeron guitarras muy bellas,
voces que apuntan un futuro magnífico… en definitiva una noche superagradable
donde disfrutar del arte. Evidentemente cada uno tiene sus preferencias, pero
no voy a valorar cuál me gustó más porque “no va a haber concurso” según los
presentadores y sin embargo pude compartir impresiones con el ¿jurado?, supongo
que responderá al doble sentido que se le da a las cosas en Carnaval, por tanto
mi opinión me la guardo… ¡qué narices! Cada uno tiene sus gustos así que: ¡AVE
CHIRIGOTA, LOS QUE HAN DISFRUTADO CON VOSOTROS OS SALUDAN!
Aunque
debo decir que si algo eché de menos era un poco más de “caña”, con la
elegancia que se desplegó en casi todo momento, eso sí, sin pasar la raya roja del insulto y
lo chabacano, pero es la época del año propicia para decir las verdades con
gracia. Quizás sea mi escritura crítica, pero me pareció un poquito light todo.
Lo que me lleva a un apartado especial, el de la censura, que la ha habido y
mucha, lo que sucede es que los efectos pretendidos son los contrarios. Es cierto
que en ningún momento se nombró "al que no debe ser nombrado" (me ha quedado como el Voldemort de Harry Potter) pero con sus amenazas nada
incubiertas el boca a boca popular a esta hora es consciente de su cultura
carnavalera, lo que hubiese sido un gag más dentro de la lógica ironía de
letras que se olvidarán en una semana ahora queda en los corrillos como la
prepotencia y bajas maneras de esa “consorte de periodista” a la que habrá que
aplicarle el refrán de quien algo teme,
algo debe.
Pero
en definitiva, las maneras que apunta el Carnaval de Niebla son magníficas y
prometen muchos años (ojalá) de arte y diversión. Mi más sincera enhorabuena a
todos los que lo habéis hecho posible, los del escenario y los que están detrás
y alrededor, que también son muchos.
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