Recientemente
se ha producido un verdadero atentado contra el Patrimonio Histórico de Huelva,
concretamente en el yacimiento del Seminario.
El
Arqueólogo diego González Batanero, con quien tuve el placer de comenzar mis
estudios de Historia explica con meridiana claridad y, en mi opinión más que
acertadamente, quiénes “somos” culpables de estas situaciones.
Por
razones más que obvias no puedo evitar comparar la situación onubense con otra
que me duele desde más cerca, la de mi pueblo. No nos engañemos, el del
seminario no es un hecho aislado, por desgracia es mucho más común de lo que
parece. Si no son los profesionales de la Arqueología, de la Historia, del
Arte, del Patrimonio… nadie mueve un dedo por denunciar situaciones a todas
luces ilegales.
¿Cuántas
veces se nos llena la boca al hablar de “las murallas de Niebla”?, ¿del “Pueblo
con más Historia de la provincia”?¿de dónde se “inventó la pólvora”?¿de un
largo etcétera que la mayoría de las veces conocemos de oídas?
Crearemos
muros en Facebook, se recogerán firmas para salir en numerosas clasificaciones
(que por cierto no aportan más que ego), pretenderemos ser Patrimonio de la
Humanidad, pondremos fotos de nuestros monumentos en las redes sociales, etc.
etc. etc. Pero a la hora de la verdad, cuando hay que proteger nuestro
patrimonio y “mojarnos” ya no es tan nuestro, ya pasa a ser del Ayuntamiento,
de la Junta de Andalucía o incluso de esas Bellas Artes que vienen y te quitan tu casa como encuentren
algo.
Cuenta
la leyenda popular que un vecino encontró algo raro en la obra que estaba
haciendo y rápidamente lo tapó con su hormigón correspondiente, pero claro, el
vecino no hizo más que lo que lleva viendo en su pueblo desde siempre,
incluidas obras municipales (en estos casos el hormigón también se puede
cambiar por árboles). Forzando un poco el dicho creo sinceramente que “la
incultura mató al patrimonio”; no soy tan ingenuo como para pensar que con una
buena formación se solucionarían los
problemas, hace falta mucho más, por supuesto que mano dura también, pero claro
¿con qué argumentos convencen nuestros ediles al pueblo soberano de que el
patrimonio es público?
Hoy
los onubenses se rasgan las vestiduras e incluso hacen manifestaciones, mañana
todo habrá pasado y volveremos a dejar indolentes que se cometan las
barbaridades que, día a día, se repiten por nuestra geografía local.
Cada
día me suenan más falsas todas esas vacías palabras que, copiadas de cualquier
otro sitio, defienden su milenaria Ilipla a capa y espada.
Estoy
totalmente de acuerdo con Diego en su afirmación de que “Todos somos culpables
de lo que ha pasado”, pero mi sexto sentido me dice que seguiremos siendo
culpables de lo que va a seguir pasando.
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