Con motivo de las Fiestas Patronales de este septiembre,
el Exmo. Ayuntamiento publica y entrega la revista anual en la que,
tradicionalmente se inserta algún artículo histórico. En el presente año
tenemos que explicar nuestro desacuerdo con el dedicado a la Ermita de la
Virgen del Pino, evidentemente no con su última y actual ubicación que, por
motivos obvios no trataremos, pero sí con la afirmación de que la denominada “hermita arruinada” del croquis que en
mayo de 1810 realiza Josef Ibañez, dentro del marco de la Guerra de la
Independencia sea la ermita antigua de la patrona iliplense. Aspecto con el que
no podemos estar de acuerdo, al menos hipotéticamente y sobre una serie de
razones que enumeraremos; por supuesto, sobre la base de indagaciones propias y lecturas de otros
investigadores, adelantamos que no hemos encontrado ninguna ubicación exacta de
la referida ermita, aunque sí bastante aproximada.
SANTA MARÍA DE LAVAPIÉS
Pensamos
que la advocación de la Virgen del Pino, procede de otra más antigua, la de “Santa
María de Lavapiés”, como se atestigua en el testamento de Urraca Fernández,
vecina de Niebla, quien el 10 de febrero de 1349 dona dos maravedíes:
“E mando
a las obras de las / eglesias de Santa María de Lauapiés,” (ANASAGASTI y RODRIGUEZ,
2006) (VILAPLANA, 1975).
En 1396 (3 de octubre), el I conde de Niebla, Don Juan de
Guzmán, otorga testamento en el que se indica:
“E mando
a la hermita de San Christóual de Niebla e a Santa María de Lauapiés, que son
término de la dicha villa a cada vna dellas veinte maravedís”
VIRGEN
DEL PINO
Si
damos veracidad a Fray Felipe de Santiago (1714) quien nos narra la aparición
de la Virgen en un pino en julio de 1480 y que daría su nombre actual a la
patrona iliplense (ALZOLA, 1991), consideramos que se produce un cambio en el
nombre de la advocación de Santa María de Lavapiés por el de Virgen del Pino,
debido a la mencionada aparición. Aunque hay autores que justifican el cambio
de advocación a motivos estilísticos, relacionando la talla de una imagen
barroca con el mismo (GONZÁLEZ y CARRASCO, 1981).
Independientemente del motivo, la referencia más antigua
que hemos leído en el Archivo Histórico Municipal[1] nos retrotrae a 1641:
“Que se traiga
nuestra / señora del Pino (nota
al margen) / En este cabildo se acordó se traiga Nuestra Señora del
Pino / de su ermita a la yglesia maior desta villa y se le diga un / nouenario
de misa cantadas por los temporales / y para que cuiden desto nombraron por
diputados / a los dichos Gonzalo de Baldelomar y Diego / Alonso Coronel /”
A.M.N. leg nº5 fol. 179 vº
Desde este
siglo XVII ya se usa con seguridad y plenamente la advocación de Virgen del
Pino.
El 10
de diciembre de 1755, al alcalde Mayor de Niebla envía una relación de los
desperfectos que el terremoto de Lisboa había causado en la jurisdicción de
Niebla, en la misma encontramos:
“La felicidad de no haberse experimentado
en esta villa la desgracia de persona alguna ni el estrago que se ha oído de
otros pueblos inmediatos, se atribuye al benigno patrocinio de la devota Imagen
de Nuestra Señora del Pino, singular abogada en cuantos desconsuelos han
afligido a este pueblo, que se venera en su ermita que está a distancia de
medio cuarto de legua en un valle, inmediata a un arroyo que llaman Lavapiés,
en cuya ermita con la casa de su santero y hospedería no se ha visto que dicho
terremoto ocasione quiebra ni el más leve desconchado no siendo sus fundamentos
los más fuertes”
Tomaremos
como medida la legua castellana en sus dos dimensiones más “oficiales”, la del
siglo XVI (1 legua = 6666,66 varas = 5572,7 metros) y la que establece en 1769
una Real Orden (1 legua = 8000 varas = 6687, 3 metros); de esta forma “medio
cuarto de legua” supondría una distancia entre 700 y 840 metros
aproximadamente, eso sí en un valle del Lavapiés.
Ubicación de las dos ermitas conocidas, antigua (S) y actual (N)
Si
reconocemos la misma devoción bajo dos advocaciones distintas, debemos suponer
igualmente que la ermita de la Virgen ha estado siempre vinculada al arroyo de
Lavapiés, retirado de la ubicación junto al río Tinto que se hace en la Revista
de las Fiestas. Ubicación que ha sido un continuo en la tradición romera
iliplense, de hecho, las antiguas romerías de las Cruces (que acabaron siendo
sustituidas por la actual de la Virgen del Pino) se realizaban a orillas del
Lavapiés donde se encuentran las ruinas de una ermita que nunca llegó a terminarse,
más cercana al pueblo que la actual.
Imagen del siglo XVII, tomada del muro de facebbok de Patrimonio Fotográfico y Documental Iliplense
HERMITA
ARRUINADA
Si
descartamos la “hermita arruinada”
como la de la Virgen del Pino ¿a qué corresponden tales ruinas? Pues tal y como
refiere el investigador Enrique Infante Limón en su tesis doctoral (inédita) o en
su artículo sobre las consecuencias de la Guerra de la Independencia en Niebla
(INFANTE, 2013), todos los indicios apuntan a que fueran los restos de la
parroquial de San Lorenzo, una de las cinco collaciones que hubo en Niebla con
posterioridad a su conquista por Alfonso X.
Tanto
en el mencionado testamento de Urraca Fernández como en otro posterior de Inés
Sánchez, de 1383, se menciona la iglesia de San Lorenzo del Arrabal, dicha
cercanía al arrabal hace mucho más plausible que las ruinas fueran de dicha
parroquia. En una visita arzobispal de 1685 se dice de ella que estaba de
Niebla “tan distante como está el
convento de San Diego de la Puerta de la Carne de Sevilla”. Mientras que
Rodrigo Caro puntualizaba que se levantaba “bien
lexana de la villa que hasta allí ocupava su arrabal, y se ven los fundamentos
de las casas y calles” (INFANTE, 2013). Actualmente no existe el convento
franciscano de San Diego, en su lugar hay una glorieta del mismo nombre que
dista unos 800 metros de la Puerta de la Carne, distancia que si se acerca
mucho más a la existente en el croquis entre la ermita y el casco urbano
iliplense. Ruinas que fueron definitivamente destruidas por los franceses según
se recoge en una visita arzobispal de 1817.
Como
conclusión al presente artículo queremos puntualizar que no conocemos
documentación original sobre la exacta ubicación de la ermita de la Virgen del
Pino (o de Santa María de Lavapiés en su caso), quizás los documentos del AMN
nos lo desvelen en un futuro, pero lo que conocemos acerca de San Lorenzo
extramuros nos hacen sospechar que la “hermita
arruinada” fueran los últimos restos de su parroquia.
Aprovechamos
igualmente para felicitar a todos los iliplenses en sus fiestas patronales.
Pelayo
Castillo Palacios
Antonio
Bonilla Giles
Bibliografía:
- - ALZOLA
GONZÁLEZ, JOSE MIGUEL. En “Revista de las Fiestas 1.991”
- ANASAGASTI VALDERRAMA, ANA MARÍA y RODRIGUEZ LIAÑEZ, L. Niebla y su tierra en la Baja Edad Media: historia y documentos [Huelva] :
Diputación de Huelva, Servicio de Publicaciones, 2006, 2 v.
- - CARO,
RODRIGO.(1634) Antigüedades y Principado
de la Ilustrísima ciudad de Sevilla y Chorografía de su convento jurídico o
antigua Cancillería. Sevilla. Capítulos LXXXI.
- - GONZÁLEZ
GÓMEZ, JUAN MIGUEL; CARRASCO TERRIZA, MANUEL JESÚS. Escultura Mariana onubense, Historia-Arte-Iconografía. Instituto de
Estudios Onubenses. Diputación Provincial de Huelva. 1981
- INFANTE
LIMÓN, ENRIQUE. Consecuencias de la
Guerra de la Independencia en el patrimonio cultural de Niebla (Huelva). En
“Laboratorio de Arte” num 25. 2013. Pp 643-647.
- - PEÑA
GUERRERO, MARÍA ANTONIA. El tiempo de los
franceses. La guerra de la Independencia en el suroeste español. Cuadernos
de Almonte, núm. extraordinario I. Almonte. 2000.
- - VILAPLANA
MONTES, MARÍA ASUNCIÓN. La colección
diplomática de Santa Clara de Moguer, 1280-1483. Universidad de Sevilla,
publicaciones de la Universidad nº 30. 1975.
-
- - VILLEGAS
MARTIN, JUAN y MIRA TOSCANO, ANTONIO. Diario
de las operaciones de la División del Condado de Niebla que mandó el Mariscal
de Campo D. Francisco de Copons y Navia. Edición facsímil. Universidad de
Huelva. 2011.
- AMN (Archivo Municipal
de Niebla)
[1] Los
legajos 3 y 4 del AMN no hemos podido aún consultarlos por motivos de
conservación, es por lo que no podemos asegurar alguna referencia más antigua a
la que aquí publicamos
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