NOMBRE |
CARGO |
OBSERV |
Hermenegildo Muñoz Marín |
Jefe de Estación |
|
¿? |
Esposa Jefe Estación |
|
Antonia Muñoz Rico |
Hija Jefe Estación |
Fallecida
16:00 |
Juan Antonio Muñoz Rico |
Hijo jefe Estación |
Fallecido
19:00 |
Rafael Díaz Daza |
niño |
Fallecido día
13 |
Luis Díaz López |
Mozo de estación |
Fallecido día
16 |
Luis González Villar |
factor |
Fallecido día
24 |
Matías Padilla Pavón |
cantinero |
|
Dolores Galán Carrasco |
Trabajadora de la cantina |
De Bonares |
Juan Padilla Pavón |
Obrero ferroviario |
|
Juan prieto Carrasco |
Obrero de la madera |
|
Brigada |
Jefe del polvorín |
|
Antonio Pilar Marchena |
Maestro artificiero |
Fallecido |
Manuel Noguera Castillo |
Cabo 1º |
Fallecido |
Nicolás Rúa Barba |
artillero? |
Fallecido |
Andrés Adálvez Armada. |
artillero |
fallecido |
Antonio Bravo Caballero. |
artillero |
fallecido |
Inocencio Salado Benítez |
artillero |
fallecido |
Jacinto Medina López. |
artillero |
fallecido |
José Cejudo Sánchez. |
artillero |
fallecido |
José Hormigo Padilla. |
artillero |
fallecido |
José Torres Gómez. |
artillero |
fallecido |
Lorenzo Romero Franco. |
artillero |
fallecido |
Pancracio Cabrera Caballero. |
artillero |
fallecido |
Manuel García Muñoz |
artillero |
fallecido |
Manuel Martín Cruz |
artillero |
Fallecido
22:00 |
Manuel Cidres Martín |
artillero |
Fallecido día
14 |
Manuel Brenes Bohórquez |
artillero |
Fallecido día
21 |
Antonio García Guerrero |
artillero |
Del Arahal |
José Expósito Cruz |
artillero |
|
José Rufino Cruz |
artillero |
De Aracena |
Segundo Fernández Barragán |
artillero |
|
José Rebollo Rodríguez |
artillero |
|
Sebastián Maestre Bravo |
artillero |
|
Miguel Domínguez Tristancho |
artillero |
En Bonares |
Antonio villarán Hernández |
artillero |
En Bonares |
"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"
"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"
El blog de Pelayo Castillo Palacios
jueves, 9 de julio de 2020
EL POLVORÍN DE NIEBLA, 1943
Hace algunos días una lectora quería que le contásemos “qué
pasó con el polvorín”; le contesté que era muy moderno para ser mi
especialidad, pero que tenía alguna referencia y noticia que podríamos
desarrollar en este blog. Algunas lecturas después, un paseo caluroso para
actualizar el lugar donde se produjo el incidente y aquí tenéis un capítulo
triste de nuestra historia reciente.
Para ubicarnos en el tiempo y en el espacio tenemos que
irnos a la “Estación de Sevilla” de Niebla, en el paraje denominado
Cantarranas; el día 11 de agosto de 1943, sobre las 12:10 horas, lo que suponía
un momento de bastante calor, de hecho el día anterior se habían registrado 47
grados en la zona y unos 50 en Sevilla.
restos actuales del polvorín (muro y garita), fotos SEBASTIÁN BREVA RAMÍREZ.
La Estación de
Sevilla
Era
una de las dos paradas que tenía la línea de ferrocarril Sevilla-Huelva, siendo
la segunda (en dirección Huelva) la Estación de las Mallas, el apeadero Puerta
del Buey se pondría en servicio años después. Normalmente la población de
Niebla utilizaba la de las Mallas, quedando la de Sevilla para los vecinos de los
pueblos cercanos de la zona, Bonares y Rociana fundamentalmente; también era el
final de una pequeña línea privada de un ferrocarril maderero que venía desde
el coto Mingallete, término de Bonares y cercano al de Rociana, enlazaba aquí
con la referida línea Sevilla-Huelva (de esta línea hablaremos en otro artículo
más extensamente).
Al
trasiego de viajeros, trabajadores del ferrocarril, trabajadores de la madera,
etc. se les unía la guarnición de un polvorín del ejército que tenía sus
dependencias justo frente a la estación. Concretamente y en esos momentos había
38 militares, en su mayoría jóvenes haciendo el servicio militar, comandados
por un brigada, si bien en el momento de los hechos 4 estaban en Bonares
realizando compras y otro, el cartero, realizaba sus labores en Niebla.
Suponemos
que debería ser un lugar bastante transitado, lo suficiente como para que
hubiese una cantina regentada por Matías Padilla Pavón, cuyo hermano Juan era
obrero ferroviario en la estación.
fotografía de José García García
La explosión y el incendio.
Según
el artículo de JOSÉ MARÍA GARCÍA MÁRQUEZ en el que recoge declaraciones de
testigos presenciales se oyó un ruido fuerte como de un avión volando bajo,
procedente de una deflagración que salió de uno de los polvorines, tuvo que ser
muy rápido porque los mismos testigos oculares a pesar de que lo intentaron no
consiguieron escapar de la onda expansiva y de las quemaduras producidas por el
calor. A ésta gran explosión inicial se siguieron otras de menor entidad en los
distintos restos que iban siendo afectados por el incendio consiguiente.
fotos del interior del polvorín y del patio del recinto, GARCÍA MÁRQUEZ, J.M.
Según
el informe exhaustivo que realizó el propio ejército había casi 500.000 kilos
de pólvora que explosionaron casi en su totalidad. La virulencia de la misma
tuvo que ser tan devastadora como para destrozar las instalaciones interiores,
hacer irreconocibles a muchos de los soldados que murieron, incluso lanzar a 40
metros de distancia una puerta de hierro forjado de más de 180 kilos.
puerta reutilizada en Bonares, foto JOSÉ GARCÍA GARCÍA
Como
hemos dicho las explosiones acabaron produciendo un gran incendio que dificultó
más aún las labores de rescate de heridos y fallecidos, tanto es así que los
vecinos de Bonares no pudieron acercarse a menos de un kilómetro y los de
Niebla tuvieron que hacer detenerse el tren que venía desde Huelva hacia
Sevilla, tanto en un pueblo como en otro hemos recogido testimonios del fuerte
estruendo y la intensa humareda visible desde las localidades.
Causas y consecuencias.
Hay
dos versiones sobre la posible causa de la explosión:
Un
sabotaje realizado por guerrilleros activos desde la finalizada Guerra Civil,
esta versión se apoya en el propio horario de trenes que permitiría realizar un
atentado en el polvorín: llegar en tren, aprovechar las paradas del mismo,
colocar algún tipo de mecha lenta, volver al tren y marcharse hacia Huelva.
Esta versión fue alentada por medios clandestinos de comunicación que en 1943
quedaban en España, pero carece de datos constatables para hacerla creíble.
La
versión oficial, basada en la investigación que realiza el propio ejército; en
la causa 655/43 instruida a tal efecto. Los factores fundamentales son pólvora
en mal estado de conservación, además de ser muy inestable como la gran
cantidad de pólvora negra almacenada, probablemente sobrantes de la Guerra
Civil, de hecho parte de la misma se retira a un almacén distinto donde no
había ni puerta. El mal estado de las instalaciones también contribuyó, incluso
se habla de uno de los techos de los polvorines que había sido sustituido por
una lona debido a su deterioro (imaginemos un toldo a 47 grados de
temperatura); JOSÉ GARCÍA, refiere en su blog que normalmente refrescaban el
suelo de tierra de los polvorines con el agua de los pozos de la zona, pero que
en esas fechas se hallaban secos y por tanto no había posible refresco de los
explosivos. Por último la excesiva pero normal alta temperatura de agosto,
tanto es así que los propios conductores de los trenes tenían indicaciones
expresas de reducir la marcha 200 metros antes de llegar a la estación para
evitar posibles chispas (el muro de los polvorines está a escasos 15 metros de
las vías).
sobre el plano, en verde la garita que queda actualmente, en amarillo los restos de dos de los muros exteriores; fotos SEBASTIÁN BREVA RAMÍREZ
Las
consecuencias fueron nefastas: 21 fallecidos y una gran cantidad de heridos,
principalmente por quemaduras de diversa consideración. Por su cercanía la
mayor parte de heridos fueron conducidos rápidamente a Niebla, que en esos
momentos sólo contaba con un médico, Casiano López quien les realizaba una
primera cura de urgencia y los mandaba trasladar a Huelva. Las personas mayores
de Niebla refieren vívidamente los gritos de dolor y peticiones de ayuda de los
heridos, principalmente jóvenes soldados, semidesnudos por efectos de la propia
explosión. Tal fue la sensación de pánico ante la llegada de heridos y la
visión del incendio que la mayor parte de la población abandonó Niebla para
dirigirse al campo, huyendo de posibles repeticiones, sin coger siquiera
enseres, cargaron las bestias, los carros o andando huyeron en dirección
contraria a la Estación (fundamentalmente a los parajes de Lavapiés y el Moro);
el propio juez municipal da fe de este abandono a toque de campana (el medio
más efectivo y rápido de comunicación de la época, unido al boca a boca).
El 13
de agosto se celebró un funeral en la parroquia de la Concepción de Huelva y
todos los soldados fallecidos fueron enterrados en el cementerio de la Soledad
de la capital, incluso contra la petición de algunos familiares de poder
enterrar a sus hijos en las localidades natales (muchos de ellos de pueblos
cercanos), pero suponemos que la imposibilidad de reconocer a gran parte de las
víctimas por el estado de los mismos hizo tomar esta decisión “general”.
fosa común del cementerio de Huelva con los nombres y restos de los fallecidos
Los nombres.
Os dejamos
una relación de fallecidos e implicados en el accidente, no están muchos de los
heridos, pero es una muestra del gravísimo accidente que golpeó nuestro pueblo.
Para
ahondar más en el tema os dejamos un par de referencias fundamentales.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES:
- GARCÍA GARCÍA, JOSÉ. El polvorín de Niebla. En
http://pinceladasdelahistoriadebonares.blogspot.com/2016/04/el-polvorin-de-niebla.html
-
GARCÍA MÁRQUEZ, JOSÉ MARÍA. 74 años de una catástrofe inolvidable. La
explosión del polvorín de Niebla. En http://www.todoslosnombres.org/
- Entrevistas
personales varias.
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