Dejamos
a Murray y a su acompañante recién alojados en la pensión que tan mala
sensación le proporcionó, tampoco la imagen de Niebla se va a ver mejorada en
las palabras del súbdito inglés. Continuamos con el trabajo de Nicolás, en este
caso con imágenes casi contemporáneas del viajero.
Comieron
de lo poco que llevaban en sus alforjas. Tras acabar con las vituallas salieron
de lo que Murray califica como insoportable mansión
de Morfeo a dar un paseo por el pueblo
Nuestra comida no nos hizo detenernos
durante mucho rato y, puesto que no teníamos ninguna gana de soportar durante
más tiempo del necesario esta mansión de Morfeo, salí, acompañado por Juanito,
a dar un paseo por el pueblo. .
Ruinas
y desolación
Puerta
de Sevilla. Grabado de la Ilustración. Año 1890. Publicado cinco décadas
después de la visita de Murray.
Entraron
en el recinto amurallado por la puerta orientada al este, conocida como Puerta
de Sevilla.
"Entrando
por la puerta del lado este, bajo un arco de arquitectura árabe, nos metimos de
lleno en ruinas y desolación. Era un espectáculo muy triste de contemplar"
Murray sube por una escalera a
lo alto de las murallas e intenta localizar alguna zona de la villa en la que
no hubiera soledad y decadencia. Lo que ve es todo igual, calles enteras donde
solo se aprecian los inestables muros de las casas, todo parece que se va a
derrumbar de un momento a otro. Contabiliza cientos de hogares. La hierba crece
por todas partes.
"...me
giré hacia una escalera que conducía a todo lo alto de las murallas, pensando
en que podría divisar alguna zona de la que la vida no se hubiera alejado tan
completamente como lo había hecho de este escenario de soledad y decadencia.
Pero por todos lados era lo mismo; había calles enteras donde sólo los muros de
las casas se mantenían en pie y que ahora parecían largas filas de esqueletos
aferrados unos a otros para sostenerse; todo tenía el aspecto de estar a punto
de irse al suelo antes de que la primera ráfaga de viento que soplara sobre las
fortificaciones tocara con sus alas la alta hierba que crecía sobre cientos de
hogares de piedra y en los umbrales de las puertas".
La causa de tanta devastación
El viajero
analiza las causas del estado ruinoso y decadente que observa en su transitar
por el Niebla, extendiendo su análisis a todo el territorio de España.
"Si
todo esto hubiese sido provocado por los elementos, o por la guerra, o por
cualquiera de esas catástrofes que en un instante echan por tierra el trabajo
de años, uno lo podía haber contemplado con cierta pena y pesar aunque no sin
esperanzas de que todo volviera a prosperar; pero había sido un agente mucho
peor que esos el que había hecho que el pueblo estuviese tan destrozado como lo
estaba, y que había atacado con las más funestas consecuencias sus perspectivas
de futuro. Su ruina era fruto de la decadencia nacional con la que el
observador se encuentra por cualquier lugar por el que se mueva. La buena vida
en España ya no existe; su industria y vigor ya no son más que los débiles
esfuerzos de otros tiempos; su vitalidad se mueve sin energía por un marco
donde una vez reinaba la profunda avaricia, injusticia, ignorancia y
superstición, y por todo esto se extiende bajo la cancerígena sombra del mal
gobierno y la corrupción: España lleva a rastras su existencia con mucho dolor
y mucho esfuerzo; y, al igual que ocurre con brazos y piernas que son los
primeros en acusar la torpeza, así este apartado pueblo ha sido el primero en
participar de su falta de solidez y mostrar las primeras pruebas de
desintegración".
Continúa el recorrido por las murallas
El viajero
camina por las almenas. Continúa por la muralla y atraviesa las torres que
antaño sirvieron para el oficio de los centinelas. Llega a un punto donde se
divisa un valle por donde el rio se dirige al mar. Una enorme grieta impide su transitar
y baja a tierra, allí ve un lugar con chozas diseminadas, mujeres de piel
morena y niños desnudos.
Mientras tanto, yo estuve paseando a lo
largo de sus almenas: a veces resbalando entre la alta hierba que ondulaba
sobre ellas o atravesando con precaución el umbral de tambaleantes torres que
en su día habían soportado impasibles el caminar del centinela musulmán. Llegué
a un ángulo desde el que había una vista muy bonita del valle por el que el río
corría hacia el mar. Un poco más allá, una enorme grieta impidió mi avance y
bajé a tierra firme, donde la vista ya se limitaba a unas cuantas chabolas
míseras que albergaban una población de atezadas mujeres y niños semidesnudos.
Grabado
de la Ilustración. Año 1890
Se
supone, por las explicaciones que da del lugar que la zona por la
bajaron de la cerca es próxima a la puerta del Buey. Y por lo narra más
adelante, "De camino al pueblo, y
mientras recorría sus silenciosas calles", el lugar de las chabolas, a
pesar de estar dentro del recinto amurallado, no se ubica en el área urbana del
pueblo. Este hecho documenta la existencia de lugares despoblados y sin
urbanizar dentro del perímetro cerrado de Niebla.
Grabado
de la Ilustración. Año 1890
Se
encontraron con un niño de cinco o seis años, totalmente desnudo, paseando por
la calle. A pesar de su corta edad Murray lo califica como pilluelo y con el aspecto de un
haragán de las calles de Londres.
De los pocos que encontramos, uno era un
pilluelo de unos cinco o seis años quien, como Dios lo trajo al mundo –en
cueros, como se dice en España; venía paseando calle abajo con el aspecto de un
haragán de Bond Street de Londres. Se detuvo al vernos y cruzando sus bracitos,
se volvió y me honró con una mirada de la que la persona más elegante se habría
sentido orgullosa. Imagino que su inspección fue satisfactoria, ya que,
moviendo su cabecita con un gesto de aprobación, continuó su marcha y se alejó
de nosotros.
Puerta
del Buey. Grabado de la Ilustración. Año 1890.
Publicado cinco décadas después de la visita de Murray. Al fondo, el valle por el que transcurre el Rio Tinto,
el puente que lo salva y por el caminaba el ferrocarril minero de Riotinto que ya
está construido.
La
piel oscura
Murray
reflexiona sobre la causa del tono oscuro de la piel de las personas que se va
encontrando. Según observa se parecen más a mulatos que a europeos.
El pueblo, al igual que Palos y Moguer se
dice que está poblado por los descendientes de los esclavos que los
conquistadores del Nuevo Mundo se trajeron como botín conseguido con sus
espadas; y es cierto que los actuales habitantes más parecen mulatos que
europeos; pero a falta de una evidencia positiva para sostener esta afirmación,
también es probable que su tono oscuro se deba a que por sus venas corre más
cantidad de sangre árabe de la normal
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