Se que voy a desilusionar a muchos, pero las cosas son como son, y el puente romano de Niebla tiene ya muy poco de romano.
Todo apunta e indica que, de escoger un lugar para pasar y controlar el río Tinto, el sitio idóneo es donde está el actual puente. A este razonamiento añadimos que se encuentra en una de las vías principales del suroeste de Hispania (como hemos visto hace algunas entradas). Sumémosle a la importancia de Niebla durante los siglos anteriores y posteriores al cambio de era, de hecho, quedan restos de grandes obras arquitectónicas de carácter público, tales como la muralla y acueductos… blanco y en botella… ¡romano! Pero en Historia y especialmente en Arqueología hay que ser todo lo estricto posible.
No os desesperéis que indicios reales haberlos haylos –como diría mi gallego amigo Pedro-. Podrían ser de factura romana, los arcos de medio punto de sillares (en oposición a los ojivales de ladrillo); igualmente aguas arriba los frentes y tajamares manifiestan diseño romano, así como prismas triangulares y semicilindros aguas abajo (FERNANDEZ CASADO).
prisma semicilíndrico y torre
detalle de tajamar
arcos cilíndricos y ojivales .
Podemos resumir que tenemos un puente que tanto en intencionalidad como en diseño original son romanos, muy modificado por obras, destrucciones y reconstrucciones posteriores, sin ir más lejos la voladura de parte del mismo durante la Guerra Civil española.
voladura de 1936
Lo que no negaremos es que tenemos un puente de lo más fotogénico, y quizás un poco de iluminación artística nocturna, con focos similares a los de las murallas terminaría de dar el toque perfecto.
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