Reiterativa, una pregunta que he tenido que oír en numerosas ocasiones; a veces por curiosidad, otras por verdadero interés, las menos por cumplir, pero durante mi periplo vital esta cuestión me ha acompañado siempre.
Por motivos profesionales he conocido muchas y muy variadas personas (el ser humano es maravilloso). Un denominador común a todos nosotros es la fijación que tenemos con el lugar donde nacimos, hay algo bajo ese suelo que nos llama poderosamente por muchos kilómetros que pongamos de por medio; esta vinculación a “nuestra tierra” se hace más patente cuando compartimos nuestras raíces con los demás.
Es obvio, y por tanto usual (por pura estadística) escuchar grandes lugares de origen –Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, se llevan la palma a nivel nacional- otras veces son lugares que nos suenan por esto o por aquello, pero reconozco que cuando respondo “soy de Niebla” la respuesta más utilizada es ¿de dónde dices que eres…?
Los más ingeniosos, en un alarde de humor “inteligente” te dicen “pues habrá mucha niebla en Niebla ¿no?”. En ese momento la respuesta se adecua al nivel de ironía del compañero de tertulia, y le hablo de un origen antiguo y romano, de una ciudad inmemorial; suele surtir efecto el graciosillo de turno se queda con un palmo de narices y con todo su chovinismo,
Para que podáis presumir de nombre ilustre y con una solera de dos mil años largos os dejo una presentación con las diversas teorías sobre el nombre de Niebla.
Que la disfrutéis como lo hago yo mismo.
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