En numerosas ocasiones hemos oído o leído que Niebla es “muy antigua”, que “aquí vive gente desde los romanos”, pero ¿realmente conocemos a nuestros primeros paisanos?
Hoy por hoy no podría poner fecha a los primeros pobladores de estas tierras, los estudios históricos se han centrado en otras épocas más llamativas o monumentales como la romana o la musulmana y, desde el campo de la Arqueología tampoco se ha excavado lo suficiente como para establecer una cronología general de los primeros “niebleros”; es un problema de investigación muy común en nuestra provincia, no sólo en Niebla, por lo que tendremos que esperar a nuevos proyectos serios de excavaciones.
Aún así os voy a hablar un poco de lo que sí se puede considerar el asentamiento humano más antiguo de nuestra ciudad, o al menos en las cercanías del mismo: se trata de La cueva de los Bermejales.
Que se sepa sólo ha sido excavado en una ocasión, en octubre de 1924 por Elena Wishaw, los materiales procedentes de la misma se llevaron al museo donde ocuparon 3 vitrinas y 15 cajones, pero el único estudio publicado hasta la fecha es el realizado por ella misma, quedando supeditada toda la investigación a las técnicas arqueológicas del momento y al interés único y exclusivo por la descripción y tipología de los artefactos que imperaba a principios del siglo XX. De esta manera la cronología que “La inglesa” da para este yacimiento es de 5000-2800 a.C., ya que la ubica en el Neolítico, sin más especificaciones y es un periodo muy amplio de tiempo. La única forma de especificar un poco más sería realizar un nuevo estudio de los materiales que hoy están depositados en los fondos del Museo de Huelva.
Así pues tenemos unos habitantes de estas cuevas, al menos de una de las dos que hoy existen, que ocuparon la orilla izquierda del río Tinto hace al menos unos 5000 años.
Actualmente se conservan en bastante mal estado, su suelo está completamente cubierto de excrementos de animales, ya que se han utilizado como cercado para vacas y ovejas principalmente, de hecho, una de las aberturas de acceso ha sido parcialmente cubierta con mampostería reciente; aún así merece la pena visitarlas y contemplar las vistas que, desde allí, se tienen de Niebla por su parte sur, con el río, que al fin y al cabo es el eje vertebrador de la presencia humana en nuestra ciudad.
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