En este año "peregrino" que estoy viviendo, me tocaba el camino de Lavapiés.
Las fotografías de esta vez las acompañaré con un texto de mi amigo de la infancia Nicolás Cáceres, al que copié (con permiso) del facebook; porque me parece que refleja todo aquello que los que no pueden estar en Niebla estas fechas sueñan con vivir, ya sabéis que los niebleros ausentes son mi debilidad, así que gracias amigo Nico porque los que leen esto desde fuera podrán sentirse un poquito más cerca de la Virgen del Pino.
Si, echo de menos los volantes rojos y el
clavel que no se cae.
Echo de menos el vaso y la medalla colgados al
cuello.
El desorden de caballos entre olivos ordenados.
Fulanito que
nunca canta, hoy lo hace sin reparos; algo tendra el agua cuando la bendicen.
Una mañana de
calor...,y frio, para salir a compartir Mayo con palmitos de camino y
tagarninas de potaje.
Ponys y
charres como rocines y calesas que cruzan mi campiña como si de Versalles nos
tratase.
He probado
caminos de asfalto, de terrones; y da igual cual sea, nadie recuerda cuando
piso cual; solo importa el fin de la prisa: un arroyo de olmos densos.
De varas de
eucalipto y hojas del mismo aroma arropábamos nuestra noche. El futuro nos ofrecía
metal y lona lejos de la espesura.
Hoy seguimos la esencia del origen sin reparar que nos falta alguien.
Alguien con nombre, apellidos y mote; que nos vigila para que mudemos el sabor que esa fruta de Mayo nos ofrece. Quiere que siga siendo como yo lo viví. "Sin caballos, sin charres, sin fuerzas he vivido este arrebato de farándula...no me lo cambiéis..."
Hoy seguimos la esencia del origen sin reparar que nos falta alguien.
Alguien con nombre, apellidos y mote; que nos vigila para que mudemos el sabor que esa fruta de Mayo nos ofrece. Quiere que siga siendo como yo lo viví. "Sin caballos, sin charres, sin fuerzas he vivido este arrebato de farándula...no me lo cambiéis..."
Hace tiempo
que respiro otros pinos, otro aire, otra vida.
El camino es siempre el mismo: del real a la alameda.
Un camino demasiado largo para poder disfrutar de la esencia del que me enseñaron a andar.
El camino es siempre el mismo: del real a la alameda.
Un camino demasiado largo para poder disfrutar de la esencia del que me enseñaron a andar.
Quiero volver,
y honrar a las mujeres que van detrás; las que me enseñaron a caminar, a vivir,
a beber, a amar, a volver a la que hoy me dice: Llévame y vuelve a la alameda!.
ESTE ES MI
CAMINO!
Gracias, Pelayo, mira si estoy despistada que al hablar tú de Lavapiés no he caído en que te referías a la romería, y al ver en la última foto la ermita, me he quedado... uau! ¡Qué rebonita es, la ermita y mi Virgencita del Pino! ¿Todavía se pasa la noche entera tocando el tamboril y las muchachas bailando sevillanas, o ahora ya hay equipos y otras cosas que lo sustituyen? Seguramente será así, claro, pero yo recordaré siempre la última romería que viví, la de mis trece años, que al día siguiente nos íbamos a la excursión de fin de curso, ¿recuerdas?: Salamanca y Madrid. Reventaditos de la romería, y a las 6 o antes había que subirse al autobús de la excursión. Margari y yo volvimos en la carroza del club Juventud, que eran dos sombrillas cruzadas, muy origninal y bonita, y cuando llegamos al local donde la habíamos estado adornando durante varios días, se les metió fuego a todos los adornos y bailamos a su alrededor, cogidas de las manos, cantando: "¡Viva la quemaíta!" Jo, qué recuerdos, Pelayo.
ResponderEliminarEl texto de Nicolás me ha gustado mucho, has hecho muy bien en ponerlo en el blog, es verdad que es hermoso venir desde lejos y visitar Niebla aunque sea así, de esta manera. Tengo muchas ganas de ir de verdad, igual en verano nos pasamos por allí un par de días, ya veremos, como digo siempre. Una copita de Málaga virgen en el pub de la plaza de la Feria, que ahora mismo no recuerdo el nombre...
Besos apretaos, qué nostalgia.
La cosa ha cambiado un poco Jana, pero no tanto, aun así te confesaré que yo no soy mucho de romería, me gusta el camino, su conversación, sus risas y los momentos íntimos. Hace unos años se tomó la decisión de aumentar en número de días y por tanto son dos noches las que se pueden pasar en Lavapiés, se organizan casetas, pero aún quedan los que montan sus "chozajos" en la alameda. no abundaré en detalles que Nicolás lo ha hecho muy bien.
ResponderEliminarComo siempre te esperamos en este pueblo tuyo también.
Besos apretaos.