Continuamos
con el paseo a partir de la Puerta del Buey, lo primero que nos
encontraremos son unos diseños un poco extraños en el tapial del
primer lienzo de muralla.
Corresponden
a un edificio que se adosó a esta parte y que, junto con la
estructura de la puerta y la placita de la que hablamos, conformó el
primer museo arqueológico de la provincia de Huelva. Ya de por sí
sería reseñable por su estilo y contenidos, pero quizás lo más
significativo es que lo fundó una persona extranjera, culta, durante
muchos años denostada por la propia población iliplense y… mujer.
Elena en 1899
Elen
Mary Williams y Windsor, más conocida en el mundo de la
investigación histórica como Elena Whishaw, o “la inglesa” como
la denominaban sus contemporáneos de Niebla. Llegó viuda para afincarse en 1916, fundando su museo el año siguiente, es el momento en
que comienza a conocerse Niebla en el mundo intelectual de la época,
gracias a esta mujer culta y luchadora que también acabó sus días
en Niebla, concretamente en 1937, con 80 años de edad; pero no
ahondaré más en este personaje tan importante para Niebla y su
patrimonio, tan sólo os aconsejo que leáis la tesis doctoral o los
libros derivados de ella que Juan María Acosta Ferrero ha publicado
en varias ocasiones.
el museo en 1954, ya muerta E. Whishaw
Poco
a poco iremos subiendo por el nuevo paseo que rodea la muralla hacia
el oeste, cuando alcancemos el final de una pequeña ascensión un
torreón un tanto peculiar, está totalmente construido en piedra,
con sillarejos de la calcarenita iliplense. Es un claro ejemplo de
una mala restitución, no sabemos cuándo se hizo, pero sí que en
1909 ya tenía esta construcción pétrea que además comprendía una
puerta, lo que nos lleva a un término muy iliplense, los “muretes”.
Estos “muretes” no eran más que viviendas horadadas en los
torreones o en la propia muralla cuando disponía de grosor
suficiente, suponemos que fue un uso muy común desde centurias
atrás, ya que el declive de Niebla en cuanto a población y sociedad
fue especialmente fuerte en los siglos XVII y XVIII. Algunas veces,
cuando se quieren contabilizar los torreones que componen la muralla
de Niebla se dan cifras muy “exactas”, pero no se tienen en
cuenta los que fueron reconstruidos de la nada o aquellos que cayeron
y nunca fueron restituidos.
En
este lugar volveremos la vista hacia el río, bueno más allá, y nos
encontramos con una elevación en su orilla izquierda que comprende
lo que desde antiguo se han denominado el paraje de los Bermejales.
Igualmente nos vamos a detener un poquito en el paseo virtual para
compartir con vosotros una teoría, sin más base que la propia
intuición actualmente, sobre tal nombre. Como he dicho desde el XVI,
en las actas más antiguas aparece ya el nombre de “Bermejales”,
pudiese tener el nombre en su etimología un origen vinculado a la
muralla musulmana, ya que, si suponemos que viene de bermejo (o
rojo), además de ser el lugar preeminente de suministro de piedra
caliza, esbozado por el doctor Juan Clemente Rodríguez Estévez en
una visita hace relativamente poco a este paraje en el que le
acompañamos buscando las posibles canteras romanas de Ilipla,
encontrando
en los Bermejales algunas posibles localizaciones. No olvidéis esta
referencia al bermejo/rojo poruqe tendrá mucho que ver más adelante
en el paseo.
Independientemente
de la vinculación bermeja con la muralla si tenemos constancia de un
yacimiento de bastante importancia casi olvidado por la
investigación. Lo que E. Whishaw denominó en 1924 la “Mina de los
Bermejales”. Se trata de dos oquedades en la ladera de la
elevación, actualmente abandonadas y utilizadas como refugio de
animales que han ido cubriendo el suelo de deposiciones; como hemos
dicho la primera persona que realizó una excavación en la misma es
Elena, depositando sus materiales en una serie de vitrinas en el
museo, cuando éste se clausuró definitivamente, los materiales
pasaron a los depósitos del Museo Arqueológico de Huelva. En su
cronología se la ubicó en el Calcolítico, pero sin estudios
posteriores y con la más que probable destrucción de los estratos
arqueológicos de las dos cuevas, tan sólo podemos apoyarnos en los
referidos materiales y sus tipologías, abarcando inicialmente un
periodo que transitaría entre la llamada Edad del Cobre y la Edad
del Bronce, o lo que es lo mismo el Tercer y Segundo mileno a.C.
¿Estamos ante los primeros pobladores del entorno iliplense? Según
el registro actual sí, pero también nos constan bastantes
yacimientos prehistóricos en las cercanías del río Tinto. Lo que
no se puede negar son las maravillosas vistas de Niebla que desde las
cuevas se tiene.
material lítico de los Bermejales con anotaciones manuscritas en inglés de E. Whishaw.
Niebla desde los Bermejales
No
nos paremos más que lo necesario y continuamos caminando hasta la
esquina suroccidental de la muralla, allí nos
detendremos
para volver a indagar en nuestra Historia.
Pelayo
Castillo Palacios y Antonio Bonilla Giles.
Interesantes comentarios que ayudan a comprender parte del devenir histórico Iliplense.
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