No
puedo empezar esta nueva y sustanciosa entrada sin agradecer al otro “loco de
los papeles viejos” que lleva ya unos meses dejándose la vista en el
inabarcable Archivo Histórico de Niebla. GRACIAS NICOLÁS por esta pista que me
diste y que me ha tenido buceando en la historia de nuestro pueblo, en sus
habitantes que tanto tiempo atrás vivieron y, como en este caso, murieron dejando
su huella para que unos enamorados de su pueblo los rescataran casi 500 años
después.
Nos iremos
hasta 1528 y cruzaremos un océano casi recién dominado por marineros españoles
a las órdenes de un visionario italiano. Por tierras americanas se encuentra un
personaje que pasará a la historia como uno de los grandes conquistadores
españoles, Hernán Cortés, y con él uno de sus capitanes y considerado como su
lugarteniente, Gonzalo de Sandoval, natural de Medellín, igual que Cortés, con
quien algunos cronistas emparentan a Gonzalo.
Es
Gonzalo de Sandoval quien nos ocupa en esta entrada; no nos detendremos en sus
peripecias y conquistas americanas, sino en sus últimos días en Castilla. Es en
el año 1528 cuando Carlos I ordena a Cortés que vuelva a Castilla, y éste junto
con sus hombres parte a mediados de abril, llegando al puerto de Palos en mayo
siguiente. Durante la travesía Gonzalo de Sandoval enferma, motivo por el cual
no llega (ni llegará) a Sevilla con Cortés, quien lógicamente debió seguir la
misma ruta que los desembarcados en Palos hacia la Casa dela Contratación
sevillana, pasando por la primitiva ruta romana que atravesaba Niebla y cuyo
uso se ha prolongado hasta tiempos actuales.
Grabado del siglo XVIII con la imagen de Sandoval
Inicialmente
Gonzalo se aloja en Palos, pero a los pocos días, concretamente el 23 de mayo
de 1528 toma aposento en las casas mesones que Pedro de Toro tiene en los
arrabales de Niebla. Lamentablemente no tenemos constancia de documentos en el
Archivo de Niebla de esa antigüedad, y tampoco aparece el nombre del mesonero
en el padrón de 1503, aunque sí es significativo la existencia en estas fechas de
3 mesoneros, acaso motivado por esta ruta Palos-Sevilla que, a 30 kilómetros de
la primera hacía de Niebla un buen lugar para detenerse a descansar e incluso a
pernoctar, dependiendo del medio de transporte utilizado. Tampoco debemos
descartar la gran crisis local que produjo el saqueo de 1508 de Niebla, que
hizo emigrar a la mayor parte de la nobleza iliplense del momento.
Réplica dela nao "Victoria" 1522, similar a las usadas en los tornaviajes
Fuese
como fuese es muy lógico que, enfermo de gravedad como estaba, el viaje fuese
más lento que el normal de sus compañeros, tan grave se suponía Gonzalo que el
mismo día de su llegada a Niebla redactó su testamento ante una serie de
testigos entre los que se encontraba Miguel Ximénez, clérigo de la iglesia de
San Martín y su último confesor, a quien también nombró albacea de sus bienes
(principalmente con objeto de sus exequias fúnebres).
Tradicionalmente
se ha publicado erróneamente y basándose en las crónicas de Bernal Díaz del
Castillo que Gonzalo de Sandoval murió en Palos y fue enterrado en la Rábida,
incluso con la presencia de Cortés en su óbito, pero María del Carmen Martínez
Martínez desmonta toda la versión de Bernal Díaz en una publicación de la que
hemos extraído lo principal de esta entrada (ver bibliografía consultada)
supuesta espada de Gonzalo de Sandoval en el monasterio de la Rábida
Martínez
refiere cómo sus albaceas fueron Miguel Ximénez y los padres de Gonzalo, Juan
de Sandoval y Cecilia Vázquez:
Establesco
por mis albaceas y ruégoles que los sean mi padre e madre y al padre Miguel
Ximénez, mi confesor, clérigo cura de la dicha iglesia de San Martín desta
dicha villa de Niebla, a los cuales doi poder complido para cumplir este mi
testamento…
El día
de su muerte el alcalde de Niebla y el escribano de cabildo hacen un inventario
de sus bienes, que quedan depositados en manos del mesonero Pedro del toro a
espera que los padres de Sandoval los reclamen, cosa que hacen en los primeros
días del mes de junio, cuando Juan de Sandoval que se encontraba en Sevilla
manda por ellos, pero se encuentra con el problema que la Casa de la
Contratación de Sevilla, por medio de sus oficiales había requisado el oro
americano que Gonzalo traía en dos arcas, por no haberlo declarado al embarcar;
esta situación provocará un pleito cuya documentación y testimonios han servido
a Martínez para aclarar los últimos días y el enterramiento de Gonzalo de
Sandoval.
Los
restos de Sandoval se ubican en la iglesia de San Martín de Niebla, tal y como
recoge en su testamento recién redactado.
Mando
mi cuerpo a la tierra donde fue formado y si de mí acaeciere fallecimiento
desta enfermedad, que mi cuerpo sea sepolturado y depositado en la iglesia del
señor San Martín de esta villa de Niebla, en el más honrado lugar della, y que
después mis huesos sean trasladados y llevados a la dicha villa de Medellín, en
el lugar que a mi padre pareciere e a mi madre…
Iglesia de San Martín en la actualidad
Desgraciadamente
no sabemos si fueron sus restos trasladados a Medellín con posterioridad, ya
que cualquier registro documental de la propia iglesia de San Martín fue
expoliado y saqueado en 1931 por una turba
de mozalbetes y chiquillos, toda vez que el templo hacía tiempo que se
encontraba cerrado y abandonado para el culto. Tampoco el estudio arqueológico
nos puede ayudar, ya que en las intervenciones de urgencia realizadas en el año
2003 dieron como resultado un subsuelo excesivamente alterado y removido,
aunque alguna de las catas sí dio con sepulturas que necesitarían de un estudio
más exahustivo para fecharlas o de una excavación en extensión; lo que sí nos
consta es la utilización en el tiempo de los templos iliplenses como lugar de
enterramientos de fieles. Es el caso de Gonzalo de Sandoval, cuya tumba fue
visitada por algunos viajeros que venían de Indias hacia Sevilla, toda vez que
la importancia del finado era suficientemente conocida en la Castilla y en la
Nueva España de principios del siglo XVI.
Esta
pequeña joya que tan ilusionado me ha tenido los últimos días también ha
servido para confirmar varios aspectos de la historia de Niebla:
En primer lugar el grado de desconocimiento
que tenemos de la misma; salvo honrosos casos de investigación seria todo lo
que podemos leer sobre la misma se para en la concesión del título de condado
(hoy incluso usurpado sin justificación posible por organismos oficiales) en
1368, o, como mucho en el saqueo de 1508 y todo desaparece hasta la Guerra de
Independencia, cuando los franceses parece que tienen la culpa del deterioro de
300 años de olvido iliplense. Con nuestros granitos de arena pretendemos ir
llenando este enorme vacío de historia local, somos pocos, pero persistentes.
Para
continuar el papel de Niebla en la empresa americana; sin duda tuvo que tener
su protagonismo, y no son argumentos míos, sino escuchados y debatidos en las
jornadas Internacionales sobre el Descubrimiento que se vienen desarrollando en
San Juan del Puerto desde hace años. Parece que los iliplenses estaban tan
sojuzgados al duque y a su propia pobreza y desgracia que se quedaron en
tierras de su condado rumiando en silencio su desesperación. Hace tiempo que
cuestioné este anonimato nieblero en los documentos y, os puedo decir que Bernardino
de Flores (1511), Alonso González de Montemolín (1511), Cristóbal González
(1511), Antón Gómez (1514), Juan Gómez (1514), García Molina (1517), Hernando
Vallerino (1534), Antón Escobar y su hermano Juan (1534), María García (1534), Juan
Guillermo (1534), Juan de Jerez (1534), Catalina Sánchez (1535), Cristóbal
Fernández (1536), Francisco Álvarez (1538), Antona González (1539), Alonso de
Herrera y su hermana Ana (1539), el clérigo Gallegos (1552), Melchor Díaz
(1564), Alonso de Orta (1581), Diego García de Segura (1586), Cristóbal Cirre (1587)…
y otros más cruzaron el océano Atlántico quizás siguiendo las historias y
relatos que les contaban los viajeros que durante el siglo XVI pasaban por
Niebla camino de Sevilla. Pero todos estos iliplenses aventureros serán objeto
de nuestras publicaciones más adelante. Hoy sirva el homenaje a Gonzalo de
Sandoval, capitán y conquistador, que quiso enterrarse en Niebla.
Por
último la soledad del investigador, muchos son los que nos leen y que ofrecen
su ayuda y tiempo, pocos son los que aparecen en algún momento y os prometo que
trabajo hay para varias vidas de muchos enamorados de su pasado; los documentos
están ahí durmiendo desde hace siglos esperando que alguien los rescate del
olvido; puede que sea la pasión la que me lleve, pero os garantizo que en
ocasiones puedo sentir lo mismo que ese escribano del siglo XVI recogiendo con
su pluma las vicisitudes de una villa cabecera de l condado de su nombre.
Pelayo Castillo Palacios y Antonio Bonilla Giles
BIBLIOGRAFÍA
FUNDAMENTAL:
-
ANASAGASTI VALDERRAMA, ANA MARÍA y RODRIGUEZ LIAÑEZ,
L. Niebla y su tierra en la Baja Edad Media:
historia y documentos [Huelva]:
Diputación de Huelva, Servicio de Publicaciones, 2006, 2 v.
-
ARCHIVO DIOCESANO DE HUELVA. Niebla. Sección Gobierno.
Caja 1.
- ARCHIVO HISTÓRICO DE NIEBLA. leg 1 y ss.
- - MARTÍNEZ
MARTÍNEZ, MARÍA DEL CARMEN. Bernal Díaz
del Castillo y los últimos días de Gonzalo de Sandoval: relato y realidad. En
“Conflicto, negociación y resistencia en las américas” Izaskum Álvarez Cuartero
(ed.). Universidad de Salamanca. 2017. Pp. 95-106.
- - PARES. Archivo
General de Indias: relación de pasajeros a Indias; testamentos
- - RASTROJO LUNAR,
BELTRÁN PINZÓN Y GOMEZ TOSCANO. Intervención
arqueológica de urgencia en la plaza de San Martín (Niebla). Informe
preliminar. Universidad de Huelva. 2003.
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