"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

lunes, 18 de junio de 2012

LA DÉBIL FRONTERA ENTRE EL ESPAÑOL Y EL FACHA


            Como comprenderéis hace ya algunos días que me apetecía escribir esta entrada, aunque reconozco que viene de lejos, concretamente de hace ya unos cuatro años.
            Me da la sensación de que “la débil frontera entre un español y un facha”, tiene la fortaleza y grosor de un balón de fútbol. Partiendo de la base de que me encantaría que España ganase la Eurocopa, aunque no sea de los que se sientan delante de la tele exprofeso para ver el partido. En mi humilde y modesta opinión existen muchísimos más motivos que llaman mi atención, que ver jugar a una serie de futbolistas (profesionales, es decir, que cobran, y bien, por lo que hacen).
            Lo que verdaderamente me llama la atención es la cantidad de banderas españolas que pueblan los balcones, ventanas, antenas de coches, jardines, etc., etc. etc. ¿Si España no pasa de cuartos (San Iker, San Iniesta, San Xabi, San Niño Torres, etc. no lo permitan) seguirán manifestando nuestra españolidad las banderas?, sinceramente no lo creo, volveremos al fatalismo y a las miles de excusas, pero en el mejor de los casos nuestro símbolo patrio se irá a dormir al armario en espera de futuros tiempos gloriosos.
            Para terminar de explicar mi título os quiero hacer una nueva reflexión. Si se nos ocurre poner la bandera de España en el balcón y no estamos en periodo de Mundial, Eurocopa (de fútbol o baloncesto), no gana Nadal, Fernando Alonso o Contador,  realmente ¿somos españoles o “los fachas del barrio”?
            Como os he dicho antes, me siento a ver el partido si no tengo nada mejor que hacer; así, el otro día, contra Irlanda, llegué al final del mismo, cuando ya perdían por 4-0, pero yo no conocía el resultado y lo primero que vi fue un montón de irlandeses cantando y animando a su selección como si fuesen ganando, me consta, por amigos que tengo en ese bello país que es de esa manera a todos los niveles, y tuve mucha envidia, porque independientemente de los resultados, sienten y defienden sus colores con una alegría y una sana deportividad modélicas.
            Entre otros motivos, porque me gusta sentirme español, lejos de cualquier connotación independentista, federalista, particular, etc. Esperemos que la bandera siga ondeando hasta el final de la competición.
¡¡ AUPA ESPAÑA !!


lunes, 4 de junio de 2012

WALABONSO, LA PERSONA, SAN WALABONSO, EL PATRÓN



Debo reconocer que San Walabonso siempre ha tenido algo de especial para mí. No hablo desde el punto de vista exclusivamente religioso, aunque mi primer acercamiento al mismo es ese segundo plano en el que pienso que siempre ha estado en las vocaciones iliplenses. En mi opinión, la Virgen del Pino siempre ha tenido un protagonismo mayor que nuestro paisano, no malinterpretéis estas comparaciones, porque como manda el dicho “las comparaciones son odiosas”, supongo que en Niebla habrá personas más devotas de San Walabonso, así como las hay del Señor de la Columna, Padre Jesús Nazareno o la virgen de los Dolores, por citar las advocaciones propias del pueblo más fuertes.
Realmente, desde niño, siempre me extrañó que las fiestas patronales, las grandes y fastuosas, valga la redundancia, la romería, etc. poseían un carácter festivo que sobrepasaba a las del patrón; puede que por coincidir a veces con el Corpus, quizás porque al celebrarse en su día, las probabilidades de que fuese día entre semana eran mayores, o por cualquier otra cosa. Lo cierto es que esa pequeña “desventaja” lo hacía más próximo a lo que yo pensaba debía ser un santo de pueblo: sencillo, humilde, local…
Hoy tras haber estudiado un poco la historia de nuestro santo, mi admiración no ha hecho más que aumentar. Os contaré como yo lo veo; un niño que junto a su hermana pasó su infancia entre personas de otras religiones en su propia ciudad, por motivos que desconocemos se marcha a la capital del Califato, Córdoba, que por aquel momento era el centro de al-Andalus, quizás la situación familiar, quizás su propia vocación (probablemente esto último es lo único que explicaría su final) hace que se forme como religioso. Pero lo que más me sorprende es el grado de convicción, la capacidad para defender las ideas que cree, en este aspecto veo menos al iliplense y más al de la creencia popular que se sacudió las alpargatas en el pretil del puente romano al salir de Niebla, para no llevarse ni su polvo (esto pertenece a los chascarrillos locales de nuestros antepasados). Sinceramente me siento orgulloso de ser paisano de este personaje histórico, en su más estricta definición,  antepuso sus ideas a la vida misma.
Hace ya unos años, me llamó la atención el texto que tiene escrito el libro que San Walabonso porta en sus manos, está en latín y el mío andaba muy oxidado, así que recurrí a mi amigo Carlos que tardó un rato en llamarme y traducírmelo, os lo pongo porque viene muy al caso:
Si alguien quiere venir detrás de mí, renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga
Mateo, 16,24

Quizás todos deberíamos buscar nuestra cruz, cargar con ella y seguir el camino marcado por San Walabonso, el de anteponer las causa justas a nuestra vida, obviamente no en el sentido literal, pero si en cuanto a sentimientos egoístas, orgullosos y egocentristas.
Bueno, para que todo esto no sea un discurso propio, os colgaré la transcripción del documento que Raquel Zapata, nuestra archivera, publicó en la revista de las fiestas de septiembre de 2005. Es un documento de 29 de abril de 1624 en el que el Cabildo de Niebla se reúne para dar a conocer una decisión del Arzobispado de Sevilla, sobre nuestro patrón.

A.M.N. LEG. 3 LIBRO DE ACTAS CAPITULARES (1620-1630)

            “En la villa de Niebla en veinte y nuebe días del mes de/
abril de mil y seiscientos y veinte y quatro años, se juntaron a cabildo/
el Licenciado Diego de Çamora Vascones, corregidor desta villa; Juan Bau-/
tista Moreno, alcalde ordinario; el capitán Esteban de Pa-/
rales, alcalde de rentas; Juan Pérez Moreno, Don Luis de Aranda/
y Angulo, jues de eredades; el Licenciado Francisco de la Calle/
Monsalve, jues de menores; Marcos Félix Abendaño y José del/
Castillo, regidores y; Antonio Pérez (…) síndico pro-/ curador (…).

            “En este cabildo se acordó que por quanto el Deán y Cabildo de la Ygle-/
sia Mayor de Sevilla, a mandado y ordenado, se rese y selebre fies-/
ta a siertos santos de este arsobispado, contenidos en un/
 sumario que a enviado. Y en ellos es uno natural de esta villa,/
que se dise San Ubalabonso mártir; que su día se celebra a siete/
de junio. Y porque esta villa tiene devoción y quiere haser/
le fiesta, la que se debe y tiene obligación. Y para ello es el/
tiempo corto y no puede haser la demostración que quisie-/
ran y deben. Dixeron que lo que este año sea de haser sea/
en esta forma: Que las comedias que an de benir a esta villa/
a representar la fiesta del día del Corpus Christi que se/
detengan hasta otro día siguiente que es el día antes./
Y así mismo los ministriles se queden para este día del santo/
Y para ello se les haga notorio a los comediantes y mi-/
nistriles. Y aquel día aya sermón y proçesión con bíspe-/
ras y misa y se traygan para la noche antes seis docenas de/
cohetes con lo cual se haya la celebración desta/
fiesta por este año; en el entre tanto que esta/
villa prebiene mayores fiestas como debe. Y que/
si los comediantes y ministriles no quisieren haser/
esta fiesta se les de una ayuda de costa de este cabildo/
y que los diputados de las fiestas del Corpus/
lo sean de esta fiesta y busquen predicador (…)”




domingo, 3 de junio de 2012

LA CRÓNICA DE ALFONSO X

     Con el nombre de Crónica de Alfonso X, me refiero a lo que recoge esta obra en su capítulo VI acerca de la toma de Niebla por el rey castellano. La transcripción que el profesor González Jiménez publica en su libro con el mismo título Crónica de Alfonso X; os la copio y luego la analizamos un poco.




>Capítulo VI. De commo el rey don Alfonso çercó a Niebla e la ganó por consejo de dos > frayles e de cómo ganó el Algarbe.
            En el anno quinto deste reynado deste rey don Alfonso, que fue en la era de mil e dozientos e nouenta e cinco annos et que andaua la era del nasçimiento de nuestro señor Ihesu Christo en mil e dozientos e çinquenta e syete annos, después que ouo asosegado algunas cosas que la estoria ha contado, cató manera por se trabajar en seruiçio de Dios et ensalçamiento de la fee católica e acresçentamiento de los sus reynos. E porque el Algarbe tenían todo los moros e a la cabeça desto era Niebla, de que era entoçes señor un moro que dezían Abén Mafod, el rey mandó llamar a los [ricos] omes de su reyno e a todos los fijosdalgo et los de los conçejos, e sacó su hueste e fizo çercar la villa de Niebla.
Et desque y llegó  mandó asentar los reales e pusyéronles muchos engennos commo quier que en algund tienpo la villa era muy fortalezida e bien çercada de buen muro e de buenas torres e labradas todas de piedra. Et otrosy estaua y este dicho rey Abén Mafod que esta villa tenía bien bastecida de muchas buenas viandas e de muchas buenas gentes. Et el rey [don Alfonso] por todo esto ouo de morar en aquella cerca luengo tiempo, dando gran acuçia en los engenios e con muchas peleas que los suyos avían con ellos.
Et acaesçió asy que el rey estando en aquella çerca veno en las gentes de los reales de los christianos tan gran tenpestad de moscas que ninguno de los de la hueste non podían comer ninguna cosa que luego non comiesen moscas, et con esto avían menasión et desta dolençia morían muchos omnes. Et el rey e todos los de la hueste acordaron de separtir de aquella çerca. Que avía syete meses que morauan ally.
Et en aquel tiempo avía en la hueste dos faryres, que dezían al vno fray Andrés et al otro fray Pedro, que venieron al rey e dixiéron[le] que en el tiempo que tenía la villa çerca de ganada se quería yr de ally, que lo fazía mal, que los moros basteçerse yan et labrarían lo que avían derribado con los engennos, de manera que cuando otra vez la quisiese venir a tomar que la non podría traer al estado en que entonçe la tenía. Et el rey dixo que non sabía qué fazer a la tenpestad que era en el real [de] que se murían las gentes. Et los frayres dixieron que ellos darían consejo a ello. Et mandaron luego apregonar por la hueste que qualquier que traxiese vn almud de moscas a la tienda de aquellos freyres que les darían por cada almud dos torneses de plata[i]. Et las gentes menudas tomauan omezillo con las moscas e por ganar aquellos dos torneses traxieron muchas dellas, de manera que finchieron dellas dos sylos viejos que estauan y de otro tienpo. E con esto menguó aquella tempestad e quedó aquella dolencia de que las gentes morían.
[Et] acuciando los christianos la cosa que conplía para tomar aquella villa, Abén Mafod, rey de Niebla, fue llegado a fincamiento de non tener vianda para sí nin para los que con él estauan. Et veyendo cómo los del rey porfiauan en aquella cerca, que se non quería dende partir a menos de tomar aquella villa, acabados nueue meses e medio que aquella villa fue çercada, el rey Abén Mafod enbió pedir merçed al rey don Alfonso que le dexase salir a saluo a él e a todos los que con él estauan con todo lo suyo, e a él que le diese heredades llanas en que se podiese mantener en toda su vida, et que le entregaría la villa de Niebla e la tierra del Algarbe. Et el rey don Alfonso tóuolo por bien e fuéle oorgada la villa de Niebla por esta manera.


[i] Tornés: tres cuartillos de real (nota propia)




        El primer problema que nos plantea tal descripción es que fue escrita durante el reinado de Alfonso XI, es decir, a mediados del siglo XIV y casi 100 años después de la conquista de Niebla. esto no significa más que su autor, por encargo del rey, probablemente consultó los documentos antiguos que se conservaban en la corte, incluso otras crónicas anteriores como la General Estoria de Alfonso X o la Historia dialogada hasta 1288. Según los estudiosos de las crónicas esta primera parte de las mismas es la más imprecisa, llegando incluso a la novelación fantasiosa de algunos capítulos, por desgracia debo decir igualmente que el correspondiente a Niebla está entre los menos fidedignos según los historiadores, de hecho y como podemos comprobar se refiere principalmente a una anécdota acaecida durante el asedio, sin poder afirmar la veracidad de los nombres y los hechos. Un dato a todas luces erróneo es la fecha que coloca en 1257, cuando está más que justificado ya el año 1262 como el de la conquista; incluso la duración del asedio (nueve meses y medio) se cuestiona por motivos que justificaré en otro momento.
      De todas formas e independientemente de la certeza histórica del mismo, no deja de ser un relato más que interesante para incorporarlo a nuestro bagaje local. Tampoco debemos tenerla muy lejos ya que las siguientes entradas se referirán en algún otro momento a la crónica alfonsí.