Hace Muy
poco nos encontramos con un documento que nos ha llegado de pleno, que ha
sacado nuestra cara más reivindicativa, por sentirnos plenamente identificado
con el mismo.
Pongámonos
en situación, el documento se inserta en el legajo 15 que corresponde a los
libros de Actas Capitulares, está fechado el 6 de octubre de 1769 y se refiere
a una carta-orden que remite la duquesa de Medina Sidonia a dicha villa y su condado (Niebla).
Haremos un pequeño inciso para reivindicar el carácter iliplense del mal
llamado “Condado de Huelva” en tiempos modernos, amparándose en intenciones más
políticas que documentales e históricas.
A la
sazón, la duquesa de Medina Sidonia en ese momento es doña Mariana de Silva
Álvarez de Toledo, casada con el XIV duque de Medina Sidonia y XXI conde de
Niebla, don Pedro de Guzmán y Pacheco, el último duque que llevó en sus
apellidos el originario de la casa de Guzmán, ya que murió sin descendencia y
sus títulos y bienes pasaron a sus sobrinos vinculados a la casa de Alba, a la
que pertenecía su esposa Mariana.
"Retrato de Pedro de Alcántara Alonso Pérez de Guzmán" después de 1771. Palacio de los duques de Medina Sidonia, Sanlúcar de Barrameda.
Curiosamente
es la duquesa la que envía la carta-orden a la villa cabecera del condado, en
ella refiere lo siguiente:
se digna su excelencia manifestar / los perjuicios
que se han causado en los / documentos y papeles del archivo desta dicha /
villa, faltando muchos de éstos por la desidia y / negligencia que se ha
padecido por sus justicias, / capitulares y escribano; y confundiéndose otros,
por no / estar bien ordinados; y que siendo asunto de / la mayor atención de
permanecer dichos papeles / sin método ni cohordinazión, se daría lugar a / que
con el tiempo apenas se encontrasen / muchos que al presente existen, como son
privilegios / executorias y otros en que funda esta dicha / villa sus derechos
y prerrogativas
Por
todo lo que llevamos investigado, podemos hablar de una villa en condiciones
más que lamentables en el sentido socioeconómico, con numerosas casas en ruinas
y abandonadas; recordemos que el padrón de 1767 recoge tan sólo 199 vecinos, lo
que ascendería en el más optimista de los casos a menos de 800 habitantes. Igualmente
podemos suponer que la funcionalidad del cabildo como órgano de gobierno
estaría acorde a una pésima situación local; el problema radica en que Niebla,
como cabecera de su condado, regía muchos aspectos de las poblaciones
dependientes de ella, por lo que ejercía cierto papel de administración
superior y, por tanto, de órgano de decisión y consultivo. También nos
encontramos con muchas poblaciones cercanas en continuo litigio con Niebla
(Trigueros y Moguer principalmente), lo que supone tener que estar continuamente
consultando la documentación “antigua” que acredite los derechos de Niebla
sobre lindes, baldíos, ganados, dehesas, jurisdicciones, etc. Es una
preocupación obvia la de la casa ducal porque la ausencia de documentación
podía conllevar la pérdida de algunos de los derechos y/o posesiones referidas.
Continúa
el cabildo con la lectura siguiente:
ordena su excelencia se proceda sin dilazión
a el / reconozimiento, cohordinazión y buena disposizión / de los referidos
papeles, veliéndose para ello de / personas de suficiencia e inteligencia, espesialmente
/ para los antiguos, y que de forma solemne y / cronológico inventario de todos
ellos por donde / se haga cargo a el escribano de cabildo que / subcesivamente
fuere, y a las justicias y capitulares en / cuyo poder pararen las llaves del
dicho archivo, / remitiéndose otro igual a la cámara de dicha / señora excelentísima.
Y en vista de la referida carta orden / y de contar a sus mercedes que en
vuestra villa / está desordenado y mal cuidado, de que resulta / no poder defender
sus derechos, en promover y restau- / rar los que tiene descuidado en grave
perjuicio / de su común.
Archivo Histórico de Niebla, legajo 15, folio 204rº
Es la
parte en la que nos vemos reflejados, aunque en nuestro caso no es por orden
ducal, sino por mera vocación histórica y documental del pueblo que tanto nos
interesa. Evidentemente no somos especialistas, pero lo intentamos suplir con
voluntad y dedicación, en el caso actual del archivo histórico de Niebla, los
especialistas son los archiveros que vienen cada 7 días laborables, a todas
luces insuficientes para el ingente trabajo que hay, pero (y léase con toda la
ironía del mundo) los presupuestos no están para “papeles viejos”. Tan sólo
tenemos la opción de poder acceder a la historia de nuestro pueblo cuando los
voluntariosos y eficaces archiveros pueden abrir, pero son a todas luces
insuficientes, su profesionalidad no puede suplir las carencias de personal, ni
mucho menos las de instalaciones, como ejemplo la sala de consultas en Niebla
es la biblioteca que no tiene uso por la mañana, con unas instalaciones
eléctricas que fallan a la vez que el tiempo empeora.
Sinceramente
llegamos a echar de menos un duque, o duquesa, que se preocupe por sus papeles
y que tenga la autoridad suficiente para ordenar que sean cuidados y ordenados.
Por suerte, el estado actual de los mismos no tiene nada que ver con aquel
abandono a su suerte, animales y humedades en los altos del actual Ayuntamiento
de hace años, pero un documento que se pierde es un trozo de Historia que se
olvida.
En este
caso la frase de “el roce hace cariño” nos llega de pleno ya que, después de
tanto tiempo luchando con palabras casi ilegibles y papeles que huelen a tiempo
pasado les hemos cogido mucho cariño y, claro está, nos duelen.
Antonio
Bonilla Giles
Pelayo
Castillo Palacios