"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

jueves, 26 de septiembre de 2019

LA VIRGEN DEL PINO EN LOS DOCUMENTOS ( Y IV)) DEVOCION Y CONCLUSIONES


      EL TERREMOTO DE LISBOA Y EL PATRONAZGO.

Tradicionalmente el famoso terremoto que se produjo el día 1 de noviembre de 1755, ha sido el “cupable” de la destrucción de la mayor parte de los edificios importantes de Niebla; cierto es que el alcázar y algunos edificios del cabildo sufrieron importantes daños, además de las iglesias de San Martín, Santiago, Santa María y el convento de Santo Domingo.
No obstante la ermita de Lavapiés apenas sufrió daños, de hecho, en el informe que solicitó el rey Fernando VI a todas las poblaciones afectadas por el terremoto, en el de Niebla se recoge:
en cuya ermita con la casa de su santero y hospedería no se ha visto que dicho terremoto ocasione quiebra alguna ni el más leve desconchado no siendo sus fundamentos los más fuertes.
De hecho y en agradecimiento, se manda traer la virgen desde su ermita y se le hace un novenario, acompañada por los dos patronos de Niebla, Santo Domingo y San Walabonso.
Años más tarde, en 1759, comienza un largo pleito de 9 años sobre el patronazgo de Niebla; el prior del convento de Santo Domingo reclama para su titular la exclusividad del patronazgo de la ciudad, mientras que el cabildo también reconoce y discute tal patronazgo para San Walabonso y Nuestra Señora del Pino. Lo que nos interesa en esta presentación son los muchos testimonios que ambas partes en litigio presentan en el largo proceso; en ellos cargos civiles, eclesiásticos y personas del pueblo manifiestan que la virgen del Pino fue nombrada patrona de la ciudad en hacimiento de gracias por haber librado de la villa en el destructivo terremoto.
En honor a la verdad no hemos encontrado en las actas capitulares del año 1755 ninguna referencia a tal nombramiento, por lo que tuvo que ser una aclamación popular y reconocimiento de todo el pueblo.



  Súplicas y agradecimientos

Son bastantes las idas y venidas de la virgen desde su ermita a la villa, sabemos que al menos hacía una al año, probablemente en agosto para celebrar sus fiestas en septiembre, muy parecido a como se hacen hoy día.
Nos centraremos ahora en los traslados extraordinarios, aquellos que se realizaban con un objetivo concreto, bien como peticiones, bien como agradecimientos.

PETICIONES O SÚPLICAS.
La economía de Niebla se basaba fundamentalmente en la agricultura y la ganadería, por lo que las condiciones climáticas eran fundamentales para la siembra y los pastos; no nos debe extrañar pues, que en los años de intensa sequía se recurriese a la ayuda divina de Nuestra Señora del Pino para que trajera agua. De hecho los traslados se hicieron casi siempre en los meses de marzo y abril, implicaban la procesión desde la ermita y un novenario en la iglesia mayor, a la que tenían obligación de asistir miembros del cabildo, al fin y al cabo, la economía de la villa era fundamental para el funcionamiento de la vida municipal (y el cobro de impuestos). Como anécdota, nos consta que en el novenario que se hizo en 1726 tuvo que repetirse o reiniciarse en el convento de Santo Domingo por falta de asistentes, concretamente sólo había 5 personas en la iglesia: 2 mujeres, dos capitulares y el oficiante.
Aunque no es directamente una petición o súplica, nos llama poderosamente la atención el papel de refugio que tuvo el paraje de Lavapiés y las dependencias de la ermita frente a las epidemias de peste. Niebla se cerraba herméticamente cuando tenía noticias de peste en las villas y ciudades cercanas, para cualquier persona; como ejemplo tenemos el del corregidor del duque (publicado en nuestro blog), quien tuvo que estar 30 días de cuarentena alojado en las dependencias de la ermita hasta que el médico del cabildo certificó que no era un peligro de contagio. También en el mismo contexto de la epidemia de peste de mediados del siglo XVII, Pedro Valenciano, un ciudadano de relevancia de la vecina San Juan del Puerto se traslada al paraje de Lavapiés huyendo de la epidemia que afectaba a su villa, de hecho, se muda con toda su familia y parte de su servidumbre, las noticias que llegan a Niebla no son halagüeñas, ya que una sirvienta negra de Valenciano murió estando en Lavapiés, y provoca una investigación del cabildo quien obliga a marcharse a Valenciano y su familia por seguridad de los ciudadanos de Niebla.



AGRADECIMIENTOS
Son varios los traslados que se hacen de la Virgen para hacerle agradecimientos, como siempre, en forma de novenario.
A veces eran consecuencia de las súplicas y rezos por lluvias benefactoras, como en 1726. Otras ocasiones los agradecimientos venían precedidos de situaciones complicadas como pudo ser el ya referido terremoto de Lisboa de 1755, que no causó ninguna desgracia humana en la villa y además fue el detonante para confirmar una situación que probablemente ya estaba en el sentir de los iliplenses, tan sólo se oficializó: el patronazgo de la Virgen del Pino. En este mismo contexto de agradecimientos podemos ubicar la epidemia de peste de 1801, significativa porque no hubo muertes entre la población local, aunque sí fallecieron 3 soldados del Regimiento de Hibernia que se encontraban en Niebla, uno fue enterrado en la iglesia de Santiago y los otros dos en el paraje de Lavapiés. Especialmente significativo es el reconocimiento que hace el propio duque de Medinasidonia en 1675, en el ámbito de la Guerra de los Treinta Años, concretamente en el enfrentamiento franco-español, el duque, como noble al servicio del rey, participa en la guerra; y siendo amparado de muchos peligros ordena al cabildo se le haga un novenario a la Virgen en la iglesia mayor.


soldados del Regimiento de Hibernia



2     FIESTAS DE SEPTIEMBRE.

Hemos aprovechado estas fiestas de septiembre para hacer la presentación y sospechamos que no serían muy diferentes, al menos en fechas, las que se vienen celebrando desde hace siglos, casi 400, en 1625 ya se mencionan las Fiestas de Nuestra señora de Septiembre, dados todos los antecedentes devocionales y de patronazgo posterior todo indica que serían en honor a la Virgen del Pino, más aún cuando sabemos que en agosto se hacía un traslado anual desde su ermita en Lavapiés a la villa. Estas fiestas no sólo eran religiosas, ya la tradición de los toros es una constante en las fiestas patronales, sean de la Virgen, sean de Santo Domingo o San Walabonso. Las capeas, pues, van ya por su cuarto centenario al menos.
Sobre la fecha exacta del día de la Virgen tenemos bastante más dudas; a principios del siglo XX, en 1928 se hizo la función principal el día 16 de septiembre, mientras que al año siguiente la festividad de la Virgen fue el día 22 del mismo mes.



      NUESTRAS “PINOS” EN LA ONOMÁSTICA.
Hoy día son comunes nuestras “Marías del Pino”, pero tardaron un tiempo los iliplenses en nombrar a sus hijas como la patrona del pueblo. Tenemos constancias y transcritos los padrones de vecindario desde 1767, con algunas lagunas hasta principios del siglo XIX, pero no es hasta 1845 cuando encontramos las primeras “Marías del Pino”. No ocurre lo mismo con los “Walabonsos”, encontrando en 1659 un presbítero que ya luce el nombre de su patrón.

legajo 166, año 1845 

     CONCLUSIONES.

La primera gran conclusión que sacamos de nuestro trabajo es que tenemos poca información, hemos intentado hacer un discurso coherente y continuado en el tiempo, pero son varios los factores que hacen nuestro trabajo incompleto: hasta el momento sólo hemos transcrito las Actas Capitulares correspondientes a los años 1580-1759, con lo que esperamos que pueda aparecer más información local que amplíe nuestro conocimiento sobre la Virgen del Pino. Lo mismo ocurre con el archivo del obispado de Huelva, hasta que no agotemos los legajos no sabremos qué información adicional podremos utilizar, en este caso sin saber siquiera lo que contienen los legajos. Por último hay dos archivos que aún no hemos podido consultar pero que están esperándonos, el de Medinasidonia, en Sanlúcar de Barrameda y el del Arzobispado de Sevilla, especialmente la parte correspondiente a los libros de visita. Es un hándicap pero también un aliciente para continuar trabajando.

Sobre el culto y devoción para con nuestra patrona encontramos tres aspectos diferenciados:
El político local, dominado claramente por San Walabonso y Santo Domingo, los patrones “oficiales” de Niebla, esto se refleja en la cantidad de documentación encontrada, mucho mayor, y en las libranzas económicas del cabildo para con las fiestas de los dos patrones, muchísimo mayor que para la Virgen del Pino.
El político señorial. Como hemos dicho Santo Domingo de guzmán es el patrón de la casa ducal y por tanto el objeto, junto con la virgen de la Caridad de las prioridades del señor de Niebla; de ésta forma la Virgen del Pino queda alejada de las intenciones de la casa de Guzmán y por tanto su subvención y cuidado, tanto terrenal como divino.
El fervor popular. Creemos y pensamos que el pueblo de Niebla no sólo conocía la existencia de su Virgen y ermita, sino que celebraba en la medida de sus posibilidades la festividad de la misma; el problema radica en las posibilidades de un pueblo empobrecido y agobiado por las cargas fiscales (locales, reales y señoriales), el principal reconocimiento de la devoción iliplense a Santa María de Lavapiés o a la virgen del Pino es el reconocimiento por aclamación popular de su patronazgo, sin necesidad de órdenes del duque o del cabildo, es el pueblo quien elige a su patrona.

Carecemos de documentación personal de los iliplenses, la que disponemos es totalmente oficial, y sobre ésta podemos inferir que, como con otra advocación “Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”, en nuestro caso, el cabildo sólo se acordaba de la Virgen cuando la necesitaba por climatología, enfermedades o desastres naturales.

Si observamos fundamentalmente los siglos XVII al XX en la documentación religiosa del obispado, tampoco encontramos una población especialmente creyente, practicante y fervorosa. Niebla fue perdiendo sus cinco collaciones, con sus iglesias y un convento de dominicos poco a poco, por abandono y dejadez, cierto es que la población era realmente pobre, pero durante muchos años los cargos eclesiásticos de las parroquias iliplenses fueron poco más que un medio de lucrarse de personas que, en muchas ocasiones, ni eran ni vivían en nuestro pueblo, difícilmente podrían promover la devoción y el culto a ninguna de las imágenes locales. Hay verdaderos episodios de abandono de ritos y cultos religiosos por una población que entendemos desencantada con sus directores espirituales.



lunes, 16 de septiembre de 2019

LA VIRGEN DEL PINO EN LOS DOCUMENTOS (III) LOS ARCHIVOS


 LOS ARCHIVOS.

3.1                  Archivo Municipal de Niebla.

            Su gestión depende de la Mancomunidad de Desarrollo del Condado, que dispone un archivero a compartir con otros 7 pueblos, lo que hace que sólo podamos trabajar en el de Niebla cada 7 días laborales.

            Evidentemente es la parte correspondiente al Archivo Histórico de Niebla (en adelante AHN) la que nos interesa.

            Cuenta con unos 750 legajos (más los dedicados a Elena Whishaw), que son los verdaderos culpables de que hoy estemos aquí. El 1 de febrero de 2016 comenzábamos una serie de publicaciones con mayor o menor frecuencia, fruto del trabajo de fotografiado, clasificación y transcripción de los legajos de nuestro Archivo, empezando por los primeros números, que corresponden a las Actas Capitulares, luego y según las necesidades iríamos consultando otros legajos más específicos, atendiendo a la naturaleza de la información buscada.


            Las Actas Capitulares se corresponden con las reuniones del Cabildo, equivalentes al Ayuntamiento actual, es donde se tomaban las decisiones municipales, principalmente económicas y de gobierno, pero de vez en cuando aparecen pinceladas de la vida cotidiana de la Niebla del siglo XVI en adelante. Son estos pequeños apuntes que hemos ido tomando los que han ido alumbrando un poquito más los conocimientos que sobre la devoción a la Virgen del Pino y a San Walabonso tenemos y compartiremos en estas charlas.
           
      3.2                  Archivo Diocesano de Huelva.

            Evidentemente al referirnos a temas tan religiosos como los que nos ocupan, gran parte de la vida cristiana de Niebla se encuentra recogida en el Archivo Diocesano de Huelva, aunque los legajos aún llevan el nombre de Sevilla, ya que hasta la creación del Obispado de Huelva (1953) todo se regía y dirigía desde el arzobispado hispalense.
            La documentación antigua, procedente de Sevilla, se encuentra en el depósito denominado Archivo Histórico. Comprende cuatro secciones: Capellanías (1.300 cajas), Justicia (694 cajas), Gobierno (109 cajas), y Matrimonios Apostólicos (536 cajas)Conservan la clasificación original, salvo el de Gobierno o Asuntos despachados, que se ha pasado de clasificación cronológica a topográfica. Sin embargo, no sabemos cuántos de estos legajos corresponden a Niebla, lo que dificulta más aún su estudio.

            Hemos optado por seguir un criterio numérico, según están ordenados los legajos, que se encuentran mezclados en cuanto a temática y fechas, lo que supone un trabajo añadido de inventario para facilitar la labor de posteriores investigadores.





3.3               Hemerotecas.

Los periódicos antiguos, algunos de finales del siglo XIX también son una fuente donde bucear, aunque normalmente se refieren en el caso de la Hermandad a la celebración de fiestas en honor a alguno de los patronos. Para este trabajo tan sólo hemos encontrado referencias en el desaparecido DIARIO ODIEL.



            3.4                  Tratamiento de la documentación.

Depende del archivo que estemos tratando:

ARCHIVO DEL OBISPADO.

Consultamos en sala los legajos tomando apuntes; clasificamos los documentos, inventariándolos para una más rápida consulta, siempre bajo criterios propios; se informatiza el inventario y entrega el mismo a la archivera.
Se han leído 9 legajos, lo que supone unos 3200 folios leídos

ARCHIVO HISTÓRICO DE NIEBLA

Coordinamos con el archivero el día que estará en nuestro pueblo.
La mañana la dedicamos a fotografiar legajos y volcar en nuestros ordenadores las fotografías de ambos. Una vez distribuidos los legajos sobre los que va a trabajar cada uno procedemos a la clasificación y ordenación de las fotografías, consistente en enderezarlas imágenes (que normalmente van giradas) y numerarlas según la propia del documento, es decir 1rº, 1vº, 2rº, 2vº…Una vez clasificados y ordenados procedemos a la transcripción de los documentos, o lo que es lo mismo, a “traducir” un lenguaje y ortografía propia de los siglos XVI-XVII, a mano de múltiples escribanos, respetando toda la normativa de transcripción paleográfica. Ya leídos o transcritos pasamos a informatizar un inventario mucho más exhaustivo y específico que volcamos en un archivo de Excel, donde referenciamos contenido, fecha y  ubicación de la información, de ésta forma nos es mucho más fácil encontrar todo lo referente a cualquier término que nos interese (por ejemplo, para el presente trabajo nos hemos basado en la búsqueda de términos como “Pino”, “Virgen”, “ermita”, etc.)



Por último, los pasos que creemos más sentido dan a todas las horas de trabajo que llevamos invertidas: la disposición y publicación de la información. O lo que es lo mismo, pasamos todas las fotografías clasificadas y numeradas al archivero para que, en caso de futuros investigadores interesados por nuestra historia, tengan disponibles los legajos sin que estos sufran los daños de ser manipulados una y otra vez; además de la facilidad que supone poder descargar imágenes con las que trabajar en casa, toda vez que como hemos referido la disponibilidad del archivero es muy limitada. A veces (muchas, gracias a Dios) encontramos temas que nos parecen suficientemente interesantes como para publicarlos en el blog que compartimos (“Sentimiento Iliplense”), con lo que ponemos también a disposición de todo aquel interesado en la historia iliplense información inédita en su mayoría. Quizás la publicación de artículos se la que más recompensas nos ha proporcionado ya que son numerosos los historiadores, lingüistas, escritores y personas de variada índole que han contactado con nosotros para consultarnos e intercambiar datos; nuestra última colaboración es con el equipo responsable de la investigación documental del actual proyecto de restauración del castillo y murallas de Niebla.

El patrimonio no es propiedad privada ni individual, es el resultado del devenir histórico de los iliplenses que nos precedieron y pensamos que no hay mejor homenaje para con ellos que darlos a conocer.

Hasta la fecha llevamos trabajados aproximadamente
12000 folios / 24000 paginas / 50000 fotografías
6500 folios / 13000 páginas leídas y/o transcritas

domingo, 8 de septiembre de 2019

LA VIRGEN DEL PINO EN LOS DOCUMENTOS (II) SANTA MARÍA DE LAVAPIÉS


1.    LA VIRGEN DEL PINO.

1.1                  Santa María de Lavapiés
El documento más antiguo encontrado no corresponde al AHN, sino a la Colección diplomática del Monasterio de Santa Clara de Moguer (VILAPLANA, 1975), concretamente es un testamento realizado por una vecina de Niebla, Urraca Fernández, de la collación de Santiago de Niebla, que dona para la obra de la eglesias de Santa María de Lauapiés… e de Santa María de las Rozinas, dos marauedís a cada una… Así pues en 1349, menos de un siglo después de la conquista de Niebla por Alfonso X, existía una ermita bajo la advocación de Santa María de Lavapiés, no sabemos si es fruto de la cristianización del reino de Niebla o si sobre una construcción previa y más antigua se levantó la ermita.

            Tuvo que ser una advocación reconocida porque el primer conde de Niebla, don Juan de Guzmán, en un documento fechado el 3 de octubre de 1396,  dos días antes de su muerte, dona igualmente en su testamento 20 maravedíes a las ermitas de San Christoual de Niebla y Santa María de Lauapiés, que son término de la dicha villa… (ANASAGASTI y RODRÍGUEZ, 2006)


1.2                  Ermita extramuros.

4.2.1 Ubicación.
            Sabemos que el arroyo de Lavapiés, vierte sus aguas en la margen derecha del río Tinto desde el norte del actual término municipal, algunas citas nos podrían acercar más a la ubicación de la ermita; aunque muy posterior, concretamente en 1755, no tenemos razones para pensar que el edificio del siglo XIV hubiese sido desplazado de su localización primitiva, por lo que en la relación que se envía al monarca sobre los efectos del terremoto de Lisboa de 1755, el alcalde manifiesta que:
La felicidad de no haberse experimentado en esta villa la desgracia de persona alguna ni el estrago que se ha oído de otros pueblos inmediatos, se atribuye al benigno patrocinio de la devota Imagen de Nuestra Señora del Pino, singular abogada en cuantos desconsuelos han afligido a este pueblo, que se venera en su ermita que está a distancia de medio cuarto de legua en un valle, inmediata a un arroyo que llaman Lavapiés
También fray Felipe de Santiago recopiló en su libro de 1715 una serie de leyendas sobre apariciones marianas de la provincia, concretamente la séptima (en el capítulo XXII) es la Virgen del Pino, de la que dice que su ermita se encontraba a dos mil pasos.




4.2.2   Vinculación religiosa.

El carácter extramuros de la ermita de Lavapiés puede ser también significativo a la hora de aparecer vinculada, o al menos referidas en documentos junto a la iglesia de San Lorenzo, que suponemos en las inmediaciones del lugar que ahora ocupa el cuartel de la guardia Civil de Niebla.
Principalmente es el documento donde Alonso Hidalgo, Hermano Mayor de la Misericordia, presenta las ordenanzas de la Hermandad de la Santa Caridad y Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo y alabamiento de la Santa Trinidad, que fue principiada en 1495. En su capítulo 9 recoge lo siguiente:
Cap. 19, del enterramiento de los hermanos cofrades.
y si algún hermano se mandare enterrar en alguna iglesia o / monasterio fuera de la villa, que lo acompañen hasta la puerta de / la villa. Escepto si se enterrare en la iglesia de San Lorenzo o en / Santa María del Pino,porque fasta allí lo han de acompañar.
No podemos inferir más vínculo que el de ser tenidos en cuenta a la hora de enterrar a los hermanos de la citada hermandad, pero es significativo que todo un cortejo fúnebre pudiese acompañar un cuarto de legua al difunto hasta la ermita de Lavapiés.


4.2.3   Dependencias, distribución y estado de la ermita.

Nuestra fuente principal son los libros de visitas del siglo XVIII, de ellos nos quedan descripciones más o menos someras que nos indican la existencia de un edificio principal, la ermita, alrededor del cual se organizan otros edificios y dependencias.
La de 1710 es la más completa, la ermita era de una sola nave, con suelos de ladrillos que se colocaron en 1620, sospechamos que hasta ese momento pudo ser de tierra apisonada; estaba poco iluminada, ya que tan sólo tenía dos aberturas al exterior, una ventana junto al altar mayor y una puerta lateral, cuya disposición hacía que entraran corrientes de aire que “apagaban las velas”; además la puerta era baja por donde “salía la Virgen con gran indecencia”, para procesiones y traslados, esta penosa situación se soluciona haciendo una puerta más grande de dos hojas y en madera de Flandes y colocándola a los pies de la ermita, una ubicación mucho más lógica y natural. Igualmente tenía una sacristía y un portal que 20 años más tarde, en 1730 estaba hundiéndose, creemos que éste se encontraba en los pies, dando protección a los fieles justo antes de la nueva entrada. Creemos que la Virgen se encontraba en una capilla, cubierta por una bóveda sustentada en arcos y adornada por un retablo de madera; en algún momento se menciona un “camarín dorado” que aún no sabemos si se refiere a la capilla, de dimensiones reducidas y al retablo (policromado). También nos ha llamado la atención la existencia de unas andas que se utilizarían para las procesiones y traslados de la imagen a Niebla.
Es en el año de 1730 cuando se repara, de nuevo, la estructura principal de la ermita, ya que al hundimiento del portal hay que añadir el riesgo de hundimiento de los muros laterales; se construye un cuarto corrido para oficinas, probablemente adosado a un lateral de la ermita para ayudar a sostener los muros laterales; también se reparan y elevan los techos de la casa de los santeros y ermitaños, ya que corrían gran riesgo de incendiarse al tener chimenea y techumbre baja.
Sospechamos que el mantenimiento de la obra (y probablemente su ejecución) no fue el más correcto, ya que sólo 10 años más tarde el altar mayor se encontraba arruinado y la imagen de la virgen sobre una mesa hecha con “restos del retablo”. Dejadez que se corrobora en 1787 cuando la pared de la sacristía está arruinada y se cambia la techumbre por el mismo motivo. Recordaremos más tarde como el terremoto de Lisboa de 1755 no produjo daño alguno en la ermita, por lo que su estado lo atribuimos a una falta grave de atención a de su cuidado y mantenimiento.
Es durante la dominación francesa de la Guerra de la Independencia cuando se le da un definitivo golpe a la ya maltrecha ermita, las fuentes achacan la ruina del edificio a las tropas invasoras, aunque creemos que tampoco tuvieron que esforzarse demasiado.
Nuestra señora del Pino estuvo en la única iglesia activa durante el tiempo de la invasión francesa, en la de Santa María, al menos hasta el año 1820, cuando se repara la ermita de Lavapiés con la caridad de los feligreses y Domingo Ponce Rivera, solicita tanto la bendición de la nueva ermita como su nombramiento de Mayordomo de la misma.
Tampoco este intento fructificó durante mucho tiempo, ya que en 1890 la virgen se encontraba de nuevo en la iglesia de Santa María, por encontrarse su ermita arruinada, parece ser que fue una constante esta situación ruinosa de Lavapiés.
El último intento de restaurar o reconstruir la antigua ermita se produjo en 1953, aprovechando una subvención estatal de 17000 pesetas y con la contribución “voluntaria” de todos los iliplenses (el alcalde ordena que deben prestar una peonada al menos), también se forman comisiones de obra, de prestación personal, de rifas y de toros. Las obras quedaron inconclusas y definitivamente abandonadas.
La nueva, y última ermita, se construye unos kilómetros más al norte de la original, acogiendo actualmente a Nuestra Señora.


4.2.4   Economía.

No tenemos nada claro de quién dependía directamente el mantenimiento y sustento de la ermita. Inicialmente podría pensarse que era autosuficiente, contando con un mayordomo que hacía las veces de administrador, pero, en casos de necesidad urgente el ermitaño recurría al cabildo; nos constan varias peticiones (1621, 1622, 1624, 1630) de dinero o tela para vestirse porque considera su situación “indecente”, incluso tras cuatro años de solicitarlo sin respuesta municipal llegó a manifestar que va “desnudo”, quizás una exageración, pero que manifiesta la precariedad en la que vivía el ermitaño y su familia.
Independientemente de la responsabilidad económica del sustento de la ermita e imagen, sabemos que tenía dos fuentes de ingresos principales: las donaciones y las propias.
Las donaciones son pocas, probablemente reflejo de la situación económica de la población, ya hemos visto como algunas provienen de testamentos, destacaremos el de Walabonsa Toronjo, que en  1895 donó en el suyo 500 pesetas, una cantidad nada desdeñable para la época, destinadas a un manto para la virgen, pero el párroco del momento, don Cristóbal Jurado, los destinó a otros menesteres por considerar tal manto innecesario. También en 1627 Pedro López Molinero hace una cuestación popular para comprarle una corona de plata al niño de la Virgen, pidiendo ayuda al cabildo que, en este caso, si colabora. Aunque no tenemos relación de ella, sabemos que el mayordomo controlaba un libro de alhajas y ornamentos, probablemente y como ocurre hoy día, fruto de donaciones populares.
Los bienes propios eran los que sustentaban la mayor parte de gastos de la ermita y de la imagen. Al igual que el resto de la economía iliplense eran de carácter agropecuario, aunque en el caso de la ermita sólo nos constan dos pedazos de tierra próximos a Lavapiés y no demasiado grandes, uno de ellos con 36 pies de olivos y el otro suponemos que para sembrar cereales. Es el ganado su fuente de ingreso principal, sabemos que en 1744 el patrimonio ganadero constaba de 7 bueyes de arada, 4 vacas grandes, 2 novillos de tres años que llaman utreros, 1 novilla de tres años, 1 becerro de dos años que llaman eral, 1 becerra de tres años que llaman erala, 1 becerro de un año que llaman añojo. Un total de 17 animales que intentaban mantener en número, lo que también implica dependencias y cuidador de los mismos, ¿acaso el propio santero o su familia? Este ganado se subastaba públicamente para las dos épocas principales del año, la sementera y el barbecho, cuando más se necesitaban para trabajar la tierra.



4.2.5   Antiguas romerías.

No hemos sido capaces de encontrar una fecha exacta para estos traslados populares de la población iliplense a la ermita de Lavapiés, los denominaremos romerías por la similitud que tienen con la actual que se realiza en mayo.
La romería duraba al menos un día y una noche ya que a los curas que realizaban el pregón se les invitaba a una comida, un almuerzo, una cena y un desayuno; también sabemos que se hacía una procesión con la virgen, probablemente sobre las mismas andas que se utilizaba en sus traslados de ida y vuelta a Niebla. Las veladas festivas tuvieron que ser notorias y “excesivamente festivas” ya que en 1714 los visitadores del arzobispado de Sevilla prohíben dichas veladas por los “escándalos en el santuario del Pino”, también hay que reconocer que los valores y costumbres espirituales de la España Moderna eran un tanto diferentes a los actuales y que los enfrentamientos entre instituciones religiosas y civiles eran muy frecuentes, por lo que hemos leído en el archivo del obispado de Huelva, quizás este contexto magnificó la situación.
Durante la romería se hacía la “subasta del ramo”, que ayudaba a pagar las fiestas. Actualmente se conserva en la provincia de Huelva dos tipos de actos denominados de la misma forma y en el mismo contexto patronal y de romerías, uno consiste en una cesta o ramo que se llena de viandas y se subasta entre los fieles; la segunda y la que pensamos corresponde a la antigua romería de Lavapiés consiste en subastar el ramo de flores que la Virgen había llevado en su mano durante toda la romería, el ganador de la subasta era nombrado mayordomo para el año próximo y contribuir a la maltrecha economía de las fiestas, el problema radica en que la cantidad a veces no llegaba y el cabildo tenía que aportar parte de los gastos para hacerlas con “dignidad”.


4.2.6   Los ermitaños negros.

En una charla personal con Manuel Vázquez León, quien pudo trabajar con el legajo de prioratos y ermitas y de cuyo libro hemos  extraído mucha información nos indicó el gran fervor que la población negra tenía por ciertas advocaciones marianas, es el caso de Niebla y la Virgen del Pino. Nos consta que casi una quinta parte de la población iliplense en el siglo XVIII estaba compuesta por “morenos” o de “color pardo”, tal y como se recoge en los padrones respectivos, no es de extrañar pues, que también hubiese una alta proporción de negros, mulatos, pardos o morenos entre los ermitaños y santeros que cuidaban de las dependencias, el ganado y la ermita, de hecho, en las fuentes a veces no se recoge el nombre del mismo pero sí el color de su piel y el de su familia.



descendiente negro de Gibraleón (LARREA PALACÍN)

lunes, 2 de septiembre de 2019

LA VIRGEN DEL PINO EN LOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS (I) INDICE, AGRADECIMIENTOS Y PONENTES


Como prometimos, especialmente para aquellos que no pudisteis asistir a la conferencia, vamos a ir publicando la misma, en el mismo orden y formato en el que nos basamos para exponerla. Esperamos sinceramente que le deis un buen uso.




INDICE.
1.    Agradecimientos.
2.    Ponentes y su motivación.
3.    Los Archivos.
3.1 Archivo Municipal de Niebla.
3.2 Archivo Diocesano de Huelva.
3.3 Hemerotecas.
3.4 Tratamiento de los documentos.
4.    Virgen del Pino.
4.1 Santa María de Lavapiés.
4.2 Ermita extramuros.
4.2.1  Ubicación
4.2.2  Vinculación religiosa.
4.2.3  Distribución, dependencias y estado.
4.2.4  Economía.
4.2.5  Antiguas romerías.
4.2.6  Los ermitaños negros.
5.    El terremoto de Lisboa y el patronazgo
5.1  Suplicas y agradecimientos
6.    Fiestas de septiembre.
7.    La onomástica, las “Pinos”.
8.    Conclusiones.
9.    Bibliografía y fuentes.
10. Ruegos y preguntas.


1.    AGRADECIMIENTOS.

Nuestro más sincero agradecimiento a:
La ILUSTRE HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL PINO Y SANTOS MÁRTIRES WALABONSO Y MARÍA, por ser continuadores de un patrimonio histórico de siglos  y permitirnos mostrarlo a los iliplenses orgullosos de sus patrones. Junto con el resto de HERMANDADES Y ASOCIACIONES de Niebla.
Don JUNAR BAGARIANG como anfitrión de este marco al que tanto nos referiremos en la presentación, además de representante de la Congregación del Verbo Divino, que tanto bien lleva haciendo por la Iglesia iliplense, aprovechamos para agradecer a Don CARLOS IRISARRI algunas de las imágenes que veremos.
LOS REPRESENTANTES MUNICIPALES DE NIEBLA, responsables y obligados a proteger y fomentar esta parte tan olvidada de nuestro Patrimonio.
Dña. MACARENA TEJERO RIOJA, archivera del Obispado de Huelva, por su buena disponibilidad y mejor trato
Don ALFONSO LARA y Don JUAN JOSÉ FRANCO BARRERA, archiveros, anterior y actual, del Archivo Histórico de Niebla, generosos en sus limitaciones temporales y celadores de nuestra documentación histórica.
A los Doctores don JUAN CLEMENTE RODRÍGUEZ ESTÉVEZ, de la Universidad de Sevilla, don JUAN LUIS CARRIAZO RUBIO, de la Universidad de Huelva y don ENRIQUE INFANTE LIMÓN, autor de una tesis doctoral inédita sobre el patrimonio arquitectónico de Niebla; por la colaboración mutua en nuestras respectivas investigaciones.
Dña. MONIKA RASKO PARRA, autora del cartel anunciador que tan bien ha captado la esencia de nuestro trabajo.
A NUESTRAS FAMILIAS, especialmente a CHARI y NURIA, que han sufrido horas de ausencia e investigación sabiendo que es nuestra pasión.
A VOSOTROS PAISANOS, especialmente aquellos que con sus vivencias, fotografías, escritos y cualquier ayuda nos habéis permitido iluminar parte de nuestro pasado.
A LA VIRGEN DEL PINO, verdadera protagonista del trabajo; quisimos que esta presentación se hiciese bajo su amparo y atenta mirada. Si erramos en nuestras apreciaciones que nos lo perdone y si acertamos que nos bendiga como hace con sus fieles niebleros desde tantos siglos atrás.
Con su permiso y el vuestro comenzamos.

2.    PONENTES, PRESENTACIÓN Y MOTIVACIÓN.
Pelayo Castillo Palacios y Antonio Bonilla Giles nos empezamos a conocer a raíz de la labor que compartíamos en la Junta de Gobierno de la Hermandad de los Dolores de nuestro pueblo, lo que significa que la tradición cristiana iliplense ya había comenzado hace años a modelar este trabajo que hoy presentamos, la Virgen nos llevó de su advocación dolorosa a ésta del Pino, más local e histórica.
No se trata de realizar una exposición antropológica ni cultural en el sentido etnológico de la palabra, es decir, no vamos a hablar de las romerías de nuestros padres o las recogidas en la tradición oral; rememorando las palabras de un buen amigo que inició el camino del Verbo Divino en nuestro pueblo, el estimado Carlos Irisarri, cuando alguien planteaba que las cosas se hacían de alguna forma “desde siempre”, él cuestionaba “¿Qué o cuándo es desde siempre?”, pues ese es nuestro objetivo, poner fechas a fiestas, advocaciones y tradiciones locales lo más certeras posibles
Queremos establecer nuestras propias conclusiones a través de la documentación que hemos ido extrayendo de diversas fuentes, en la mayoría de los casos original y sin transcribir. Por desgracia, o por suerte, la información es muy sucinta, pero deseamos poder seguir con este proyecto durante muchos años más y que nos arroje luz a las numerosas lagunas que aún tenemos.