"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

jueves, 18 de diciembre de 2014

SER FELIZ POR MEDIO EURO

Whatsups ingeniosos, mensajes de voz, villancicos y montajes, felicitaciones superelaboradas por Facebook o twiter… ¡estamos en Navidad!

Nos llegan felicitaciones de las Hermandades, del Ayuntamiento, de Asociaciones lúdicas o de cualquier otra índole, de El Corte Inglés, de la aseguradora de la casa o de esa tienda en la que compré algo de lo que no me acuerdo.

Pero no me acaban de llenar, son felicitaciones de plástico que saltan en el calendario de algún ordenador central recordando al trabajador de turno que toca mandar los papeles de la Navidad.

Sin embargo el año pasado un amigo propuso algo por Facebook que me gustó, pero de verdad, no para darle al botoncito (por cierto ¿alguien sabe porqué no ponen uno de “no me gusta”, porque ese sí que me inflaría a darle). Antonio quería enviar postales navideñas, en español, que christmas no se siquiera si lo escribo bien; lo siento, pero soy de Sus Majestades los Magos de Oriente y no de Papá Noel. Le envié mi dirección y recibí su postal…

Hasta ahí todo bien, bueno muy bien, porque un sobre con su sello y mi nombre escrito a mano hacía tanto tiempo que no recibía que me hizo retroceder a tiempos en los que las cosas tenían un valor diferente, y especial, debo añadir.

Este año he subido un peldaño y lancé la oportunidad a todos aquellos que quisieran recibir uno mío. Más de una veintena de postales, cada una distinta a la otra, escritas a mano y con su toque especial en el texto, dedicadas al remitente.




Es una experiencia maravillosa, porque con un coste económico mínimo (el lote completo puede salir por 50 céntimos aproximadamente) te proporciona un rato de confort y Navidad verdadera. El mero hecho de tener que pararte, pensar y escribir con un boli de toda la vida implica una mínima dedicación, no es un trabajo en cadena para darle al botón de imprimir y punto. Desde que te planteas “¿a este amigo/a qué le pongo?”, lo escribes, metes en su sobre, lo llevas a correos donde te miran raro porque esto ya no se lleva, lo franqueas y acto seguido te vas a casa visualizando el camino que correrán tus palabras, porque esas son todas tuyas, fruto de tu escritura con sus virtudes y defectos.

Luego los resultados te dan la razón y en casi su totalidad los receptores se han sentido apreciados, es más, han colocado sus postales en lugares de privilegio en los árboles o belenes.

Esa es la verdadera satisfacción, poder compartir un poquito de los hogares de las personas que aprecias. Quizás el año que viene sea yo quien las reciba y espero alegrarme tanto como cuando sé que mis misivas os han llegado.


Aunque sea repetitivo, porque algunos ya los tenéis en casa, os envío mis mejores deseos para estas Navidades y que se prolonguen al menos hasta diciembre del año que viene.

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