"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

sábado, 28 de julio de 2012

PARTE II, UN AGUA DE NARICES, LA BOMBONIERA DE STENDHAL Y LA FAMILIA DE ALESSIO



Evidentemente recoger todo lo sucedido en estos dos días necesitaba de un título largo como este.
Empezaremos con un nuevo consejo, de esos que no aparecen en las guías normalitas. Que el agua es un bien escaso y necesario no es nada nuevo, que en el mes de agosto en Roma es motivo de supervivencia lo atestiguan las miles de botellas que cuelgan de las mochilas de los turistas; pero lo que no todo el mundo sabe es que no es obligatorio pagar 3 euros por una botella del preciado elemento fría. Existen muchas (muchísimas diría yo) fuentes por las calles de Roma que no paran de manar agua, los paisanos las llaman “i nasoni” (los narizotas o narigudos) debido a la forma del grifo, un simple tubo curvo de metal que mana y mana constantemente una agua entre fría y fresca que tiene la virtud de quitar la sed ¿habéis bebido alguna vez y al momento volvéis a tener sed? pues eso no pasa aquí, además parece ser que casi todas se nutren de fuentes y antiguos acueductos romanos y/o medievales que non han cesado de abastecer la ciudad imperial desde hace siglos, es decir vienen directamente desde los manantiales originales, un lujo vamos, tanto por lo saludable como por lo económico.
 un nasone

Otro día romano y a las 10 de la mañana nuestras expectativas por visitar el Coliseo se van al garete, la cola para entrar hace que o te dedicas a esperar bajo el sol 3 ó 4 horas, o dedicas la mañana a otra cosa. La segunda opción nos lleva al Campidoglio, monumento a Vittorio Enmanuelle, Circo Máximo, Santa María in Cosmedín; me detendré un poco en esta iglesia, por motivos tópicos, nos había llevado allí el poder meter la mano en la “Bocca della veritá” (otra de las fotos obligatorias en Roma), es una antigua alcantarilla medieval que cuenta la leyenda está colocada en la pared exterior de la citada iglesia para que las personas introduzcan la mano en el hueco central, de manera que los mentirosos son mordidos por la boca de la figura representada. Una vez más una cola inacabable en la que dominan los asiáticos (supongo que no sólo japoneses, porque es imposible que haya tantos, eso o han cerrado por vacaciones el país); en parte para no perder tiempo, en parte para evitar perder mi mano, entro en la iglesia donde, al contrario de la puerta estábamos no más de diez personas, sorprendente y una maravilla donde se celebra el culto ortodoxo griego, esto era lo que me sorprendía, somos capaces de esperar una o dos horas para hacernos una fotografía y, sin embargo, apenas dos metros más allá está la puerta de un templo precioso y distinto a todo lo que estamos acostumbrados, son los inconvenientes del “borreguismo turístico” en el que acabamos cayendo por la globalización de los medios.
La mañana termina en un monumento que para mí, simboliza más la grandeza de Roma que el propio Coliseo, si bien éste último es el referente de la ciudad y por ende del Imperio, las Termas de Caracalla, despliegan unas dimensiones tan impresionantes (aún estando descubiertas sólo en parte) que realmente dan idea de la monumentalidad e importancia de la ciudad eterna, es cierto que hay que realizar un esfuerzo imaginativo para ubicar cada dependencia en su lugar y en su correcta proporción, con salones de cientos de metros cuadrados que eran piscinas enormes pavimentadas de magníficos mosaicos, como diría Jesulín, en dos palabras Im-presionante, bromas aparte, pensar en ese complejo a pleno funcionamiento es   verdaderamente faraónico.

 esta es una piscina de las "pequeñas"

TERCER DÍA. FIRENZE
Cuando estudiaba italiano todos los lectores-as que venían a la escuela, acababan reconociendo lo mismo, “es la ciudad más bonita de Italia”. Tras una animada conversación con una compañera de viaje italiana en el tren me acaba confesando que los italianos la llaman “la bomboniera”. Quizás llegar al nivel de impacto que Stendhal llegó en su visita puede ser exagerado, pero en un resumen cortísimo diría que es asequiblemente pequeña, peatonal, limpia, tranquila, bellísima, imprescindible. En verdad es una caja llena de bombones que se deben paladear uno a uno, il Duomo, la Piazza della Signoría, Gli Ufizzi (sólo por fuera, entrar en los museos llevaría otro día), el Arno y su Ponte Vecchio, la Santa Croce y por último Santa María Novella.
No puedo evitar hablaros de dos de las iglesias, la Santa Croce, por su valor arquitectónico y especialmente por el personal, en el sentido de poder estar ante la tumba de personajes famosísimos, especialmente uno que siempre me ha parecido el más grande genio de los artistas Miguel Angel Buonarotti. En un bellísimo edifico en su conjunto destacan por su valor individual las tumbas de muchos personajes que contribuyeron a que pudiésemos entender mejor el arte de la pintura, escultura, literatura, música, incluso ciencia (el propio Galileo está enterrado en la Santa Croce). Santa María Novella nos dio la oportunidad de escuchar misa en italiano, creyentes o no, el mero hecho de compartir esos sentimientos con distintas palabras y el lugares distantes es una experiencia especial cuando menos.

 La tumba de Miguel Angel

Tras nuestra jornada florentina, regresamos cansados y con pocas ganas de cocinar, así que volvimos a Pizzaforum, aquel lugar del que os hablé el primer día, mi hijo Pelayo tenía claro que pediría un plato de los spaghetti all’amatriciana y Gonzalo se desvivía por una pizza “con muchos quesos”. ¿Recordáis lo que os conté sobre los vecinos de bloque, de barrio? Pues lo mismo ocurre con este bonito (y relativamente económico) que nos recomendaron. De entrada nos atiende la misma persona, que además de simpático resultó ser el hijo del dueño, de ahora en adelante “il nostro amico Alessio”, se permite aconsejarnos en la comida y en la bebida, con el postre y los entrantes  nos trae lo que quiere (acertando de pleno debo decir). Cuando termina la cena estamos prácticamente solos ya que los italianos suelen comer antes y realmente comienza la velada familiar, solamente os diré que estuvimos más de una hora sentados a la mesa con Alessio y su padre, el propietario, hablando de Huelva, de sus jamones pata negra, sus fragolas (fresas), sus playas, de Niebla y sus murallas, que evidentemente buscamos en internet para que las contemplasen; a cambio supimos que eran sicilianos y por tanto del sur, como nosotros, igualmente vimos fotos de su isla, su ciudad, y lo que es más importante, sus postres, de hecho para el domingo hemos quedado a cenar de nuevo ya que nos han prometido un par de postres típicos sicilianos. Imaginad todo esta conversación con un vaso de limoncello que hace personalmente una amiga de la familia (si Stendhal lo hubiese probado no sale vivo de Italia). Amigo Carlos, después de esta cena y las que vendrán voy a tener que pedir hora para confesarme, porque aún estoy dudando que no sea un pecado.

El pecado la comida, la cerveza, para sobrevivir

Bueno, os dejo por lo pronto, ya que el ladrillo se me va de las manos, pero no os escapareis, que ya tengo preparadas dos hojas de libreta de apuntes de los respectivos últimos días.                                                                                       

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