"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

martes, 31 de julio de 2012

PARTE III, BIENVENIDOS A LA ANTIGUEDAD.


Viernes 27 y toca día de transición, que no descanso, es decir, dedicarte a pasear por las calles sin concertar ni planificar visitas “oficiales”. Son los días en los que sueles descubrir cosas que te llaman la atención por cotidianas y particulares de la ciudad que visitas, luego os contaré alguna de ellas.
Como nos pilla cerca de casa (que por cierto está a escasos 200 ms. Del Coliseo), nos acercamos a San Juan de Letrán, otra de las partes del estado Vaticano dispersadas por Roma, además aquí a principios del siglo XX fue precisamente donde se creó el país más pequeño del mundo. De nuevo las dimensiones se escapan de lo que consideramos normalmente grande, que fuese residencia de Papas durante siglos se nota igualmente, por cierto, para todos aquellos que continuamente usáis el argumento económico, la entrada es gratuita (al igual que Sta. Mª Maggiore y San Pablo extramuros, las otras grandes basílicas romanas vaticanas). Por cierto, y este consejo sí que viene en todas las guías, el decoro es importante en los templos de Roma, los shorts, minifaldas y camisetas de tirantes se deben cubrir con algún tipo de prenda (aconsejable para las mujeres llevar algo en la mochila/bolso, aunque también he visto hombres con la prenda que facilitan en la entrada a modo de falda).

Por la tarde ya ni con visitas, tan sólo pasear, y pian piano acabamos llegando a la plaza más bonita de las que he visto hasta ahora, Piazza Navona, con un ambiente bohemio, lleno de vendedores de cuadros, alargada y sin tráfico, rodeada de cafés que invitan a una cena o un capuchino, realmente es popular y bella. Rodeada de edificios que parecen sacados de La Dolce Vita, de paredes pastel y ventanas de madera, muy romanos… Por supuesto adornada con sus tres fuentes que te llevan a la central, una obra maestra.

Sábado 28 y lo que nos lleva al título. BIENVENIDOS A LA ANTIGÜEDAD.
Reconozco que hasta este año no había leído ni escuchado hablar de Ostia Antica. En una definición que no le hace mérito diría que es una “Pompeya para quien no quiere gastarse mucho ni perder 6 horas de viaje desde Roma”. Pero poco imaginaba yo lo que me iba a encontrar.
Decir que es absolutamente necesaria es poco. A media hora de tren de Roma, por 3 euros ida y vuelta, más 8 de entrada os encontráis con lo que fue la antigua ciudad de Ostia, o lo que es lo mismo el puerto marítimo de Roma que llegó a tener 100.000 habitantes. Su estado de conservación no es el mismo que Pompeya o Herculano, es obvio, pero es ¡una ciudad completa!, desde las necrópolis de entrada a lo largo de la calzada que la unía con la capital del imperio. Las excavaciones se sitúan básicamente a ambos lados del Decumanus Maximus, es decir, de la calle principal que la cruza de este a oeste, de una longitud superior a 1,5 kms. podemos encontrar murallas, termas, teatro, templos, el foro, la basílica, molinos de harina, viviendas de todo tipo, puerto, etc. etc. etc. En definitiva una ciudad que en una mañana de paseo no tuve tiempo de completar (tampoco podía machacar a mi familia, pero por mí seguiría allí alucinando un par de días). Como curiosidad os dejo una foto de una taberna, lástima que no estuviese en funcionamiento aún porque con el calor por una cervecita fría hubiese pagado unos buenos sestercios.


Por la tarde-noche fuimos al barrio mas popular de Roma, el Trastévere, atravesando el río por primera vez y aparte de perdernos por sus callejuelas encontramos uno de esos detalles de los que os hablé, tres pequeños adoquines del suelo que están dedicados en el barrio judío a tres muchachas jóvenes que deportaron los nazis a Auschwitz y que verdaderamente nos golpeó dentro, como dije, pequeños pero bonitos detalles especiales de cada ciudad.


Bueno, os dejo que mañana tenemos visita concertada en el Vaticano y no podemos perder la hora… ya os cuento.

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