"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

miércoles, 11 de junio de 2014

PARA ATRÁS COMO LOS CANGREJOS... ROMANOS

Cuando no me siento a gusto me da por refugiarme en mis “vicios”, que a día de hoy son dos: leer por diversión (actualmente estoy con Juego de tronos) o continuar con mi particular investigación de la historia de Niebla.

Mis seguidores en el blog sabéis que iba por Roma y en ello estaba, pero coincidencias con tiempos actuales hacen que no pueda resistirme a realizar una retrospectiva histórica.

Todo empieza con un antepasado nuestro que ocupó un cargo público, el equivalente a una concejalía, pero en tiempos de la Ilipla romana. Manda hacer una inscripción que, según las descripciones posteriores dice lo siguiente:

            MINERVAE
            SACRVM
            M. CVR [iatius Q] VIR LONGINVS AL… LIENSIS DECVRIO
            ILLIPVL [ensis ob] HONO [rem decur (ionatus)]
            EDITIS [per] BIDV[um] CIRCIENSIBVS
            [.] CVR [iatus…] M […]
            D.S.P.D.D

Minervae / sacrum / M. Cur [iatus Q]uir. Longinus Al…..liensis decurio / Illipul[ensis ob] hono[rem decur (ionatus)] / editis [per] bidu [um] circiensibus / [.] Cur[iatus…..] M […] / d.s.p.d.d.

Rodrigo Caro la ubica y describe en “la puerta del Palacio” (de los Duques) muy maltratada. También hay dos referencias de Amador de los Ríos (1891) y Eduardo Díaz (1925), aunque su última ubicación conocida es el MAN, sin embargo, no existen datos en el mismo sobre dicha inscripción.

En definitiva, lo que nos cuenta es que M. (¿Marco?) Curiatus Longinus dedica dos días de juegos circenses consagrados a la diosa Minerva, en agradecimiento por su nombramiento como decurión de la ciudad.

Para entender un poco la situación os referiré que el gobierno local de las ciudades romanas, cuyo rango tenía Niebla en la época de la inscripción, se hacía mediante un consejo local denominado Senatus o Curia,  con un número variable de decuriones que tomaban las decisiones importantes… ¿nos va sonando? Los decuriones se elegían normalmente entre las clases altas de la ciudad, no por capricho, ya que en legislaciones municipales del mundo romano suponían que estas clases estaban más formadas y además tenían un patrimonio con el que respaldar su gestión; con lo cual los candidatos a decurión debían realizar una verdadera campaña electoral en su propia ciudad para acceder a la Curia ya que las comitia eran abiertas y podían acceder a ellas todos los que cumpliesen los requisitos. Ya empezamos a ver ciertas diferencias entre Ilipla y Niebla; cierto es que la democracia contemporánea permite a personas de cualquier condición social acceder a los cargos municipales; pero lo de la exigencia de un nivel cultural medianamente aceptable hoy en día ha desaparecido por completo. Pero la gran diferencia no está ya en el nivel intelectual de los gobernantes sino en ese “pequeño detalle” del patrimonio. En Roma/Ilipla era necesario que el propio candidato tuviese capacidad de responder económicamente a su gestión, compensando a la ciudad si no era buena, es más, durante la campaña se realizaban actos de evergetismo, que no es más que obras, construcciones, acciones por el bien de los ciudadanos con pecunio propio.

Dos decuriones romanos

Para no irnos muy lejos, la fórmula con la que termina la inscripción, D.S.P.D.D se transcribe como:

D(e) S(ua) P(ecunia) D(onot) D(edit)

O lo que es traducido del Latín: “lo donó y dedicó de su propio dinero”.

Para terminar hagamos una pequeña recapitulación: Marco Curiatus Longinus, organiza dos días de juegos de circo dedicados a Minerva en cumplimiento de una promesa electoral al ser elegido Decurión de Ilipla, por supuesto pagados de su propio bolsillo.

Ahora viene el famoso juego de “encuentre Vd. las diferencias”, cuando leo sobre un cargo municipal que debe tener una formación superior, dinero con el que responder su gestión, donaciones propias en bien de la ciudad (también había otras condiciones como la de Honestas, es decir no haber sufrido ningún tipo de condena judicial) y lo comparo con la situación actual de nuestro pueblo, en el que la intención generalizada es la de “conseguir un carguito remunerado” con currículums escasos cuando no inexistentes (eso en los electos, porque de los designados ya ni hablamos), todo lo que me viene a la cabeza es una pregunta:

“¿HEMOS ADELANTADO O ATRASADO EN POLÍTICA MUNICIPAL?”


Para finalizar, comentaros que el pedestal de la Ronda de Jerusalén es el que tradicionalmente se ha designado como el más probable para que sustentara la referida inscripción.


2 comentarios:

  1. Por supuesto que hemos atrasado y muchos muchos siglos atrás ante de los romanos. La evidencia esta en la casa consistorial desde la primera autoridad hasta la ultima. Pero lo penoso es que los que de verdad tiene las armas ( que no es otra cosa que el derecho a votar) hemos y me incluyo también por no menospreciar a nadie retrocedido aun mas.
    La cegera es la enfermedad común ya no solo de nuestro pueblo sino a nivel nacional. Solo se ve movimientos por beneficios propios como muy bien describes.

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  2. Tantas veces de acuerdo amigo Antonio.
    No tengo más que reconocer mi parte de culpa como votante, al menos eso creo que nos honra, aunque siempre habrá quien no sepa siquiera que tiene una venda delante de los ojos.

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