Terminaremos
de caminar por la Ronda de Jerusalén, para llegar a otra de las
puertas del recinto amurallado. La Puerta del Socorro.
En
primer lugar, el nombre; ya vimos cómo la Puerta del Buey estaba
vinculada a una leyenda y que su nombre se encuentra tal que así en
los documentos más antiguos del Archivo Histórico, pero esta
situación no se da con la Puerta del Socorro.
Durante
los siglos XVI, XVII y gran parte del XVIII las puertas principales
de la ciudad eran las del Buey y Sevilla, sabemos que se cerraban y
guardaban en casos de necesidad extrema, como las epidemias de peste,
también nos consta que la de Sevilla se usaba a modo de “aduana”;
eran las que conducían a las localidades principales de Sevilla y
Huelva (con Trigueros, Moguer, Gibraleón, etc.). Pero la del Socorro
aunque también nos consta con tal nombre en 1602, parece que quedaba
un poco desplazada con respecto a otra que, hoy desaparecida, se la
llamaba “Puerta del Arrabal”. Ésta última si se tapiaba o
cerraba en epidemias de peste, se bloqueaba o artillaba en la Guerra
de Independencia, y unía la parte intramuros de la villa con otra
zona mucho más importante en el pasado que en los últimos siglos
XIX y XX, hablamos del propio Arrabal, donde se concentraba gran
número de vecinos, hasta tal punto que en los padrones del XVIII
encontramos un “Arrabal Viejo” y un “Arrabal Nuevo”,
probablemente la única parte de la villa que creció
poblacionalmente, mientras el interior se iba llenando de solares
derruidos y abandonados. También es lógico pensar que era el
arrabal una de las zonas con más vida de la villa (salvo el centro
con la iglesia y el cabildo), ya que las tabernas, posadas y lugares
de paso de los viajeros se localizaban en ella. Nos consta que el
propio arrabal era la zona de entrada de ganado vacuno de las dehesas
principales del cabildo.
Croquis de 1812, en el que se recoge el Arrabal y una prolongación fortificada de la puerta que podría ser la "Puerta del Arrabal"
Entonces
¿de dónde viene el nombre de Socorro? En este caso encontramos un
par de explicaciones, de la que hemos descartado una por poco
plausible, además de carecer de fuente documental o material
posible. En primer lugar y por descartar la menos veraz en nuestra
opinión es la que citan algunas publicaciones basadas en que es
precisamente por esta puerta por donde los pobladores de Niebla
pidieron ayuda o socorro cuando las tropas de Alfonso X sitiaron la
ciudad; como hemos dicho no sabemos si tiene un origen popular o si
directamente es un invento de cualquier escritor más o menos
romántico de alguna época pasada (aunque hoy nos los seguimos
encontrando en estos mundos digitales tan avanzados).
puerta exterior en 1909
La
segunda tiene al menos unos posibles restos materiales que podrían
justificar el nombre. Aunque
no hemos leído documentos originales al respecto, lo que tampoco es
un referente de importancia, ya que nos queda mucho más de lo que
podríamos cubrir en varias vidas, sí se menciona en alguna
publicación la existencia de una capilla a la Virgen del Socorro,
que se configuró cerrando con puertas los dos accesos de la
musulmana y colocando una
verja en al acceso a la plaza y tapiando la que daba al exterior.
Suponemos que la capilla se haría en nombre a alguna imagen de la
referida Virgen del Socorro que estaría en el interior de la misma,
ya que la transformación en capilla se realizó a raíz de la
apertura de un hueco en la muralla en los años 20 del siglo pasado
para permitir el acceso rodado al interior. Sea como fuere, hoy en
día tan sólo encontramos algunos restos de pinturas al fresco en
uno de los vanos interiores de la puerta.
puerta interior con la verja de hierro
Restos de pintura al fresco en el interior de la Puerta, tanto en el vano como en el arco que lo enmarca.
Cuando
hablamos de la Puerta del Buey y explicamos su diseño en forma de
“L” dijimos que la Puerta del Socorro era ideal para explicar en
qué consiste este dispositivo defensivo. Es de las primeras cosas de
las que hablo a los visitantes cuando he tenido que ejercer de
acompañante en numerosas ocasiones por múltiples motivos (eso sí,
nunca remunerados, Niebla es mi pasión, no mi negocio).
Vamos
a retrotraernos a un supuesto asedio de la ciudad como el de 1262 y a
la intención de entrar en ella por la fuerza (cuanto daño ha hecho
Hollywood, aunque cuando tu público es infantil te facilita mucho la
explicación), de entrada nos encontraríamos con una puerta que
derribar con lo típico de las películas, esto es, un ariete; pero
éstos necesitan de mucha fuerza para poder conseguir su objetivo, la
fuerza a su vez depende no sólo del número de hombres que lo
empujen sino de la velocidad y mayor trayecto que puedan recorrer, si
intentasen derribar la puerta del Socorro exterior los asaltantes
tienen una torre muy cercana a la misma que impide coger carrera
suficiente, problema número uno; pero es que a su vez la torre,
junto con el adarve de la muralla y la gran torre que forma la propia
puerta ocupan tres de los cuatro lados del asalto, es decir, desde
ellos se puede hostigar a cualquiera que se acerque a la puerta,
problema número dos. En un hipotético caso que se derribase la
puerta exterior hay que acceder al interior de la cámara, hacer un
giro de 90º (en forma de “L”) para volver a encontrarnos con
otra nueva puerta que derribar, en este caso la que da acceso al
interior de la villa, problema número tres. Incluso
estando en el interior de la puerta podríamos encontrarnos con más
problemas, hay investigadores que han querido ver en el techo de la
misma una buhedera,
que consiste en un agujero realizado en una fortaleza para
defenderla, lo podemos ilustrar cinematográficamente con el famoso
aceite hirviendo que se lanza desde los almenas a los atacantes,
aunque a efectos disuasorios el agua hirviendo es igual de fastidiosa
para los que se encontraban al pie de la muralla y además, más
barata.
parte superior de la torre defensiva
Posible buhedera
Ya
que hemos explicado los problemas del asedio, entremos en la Puerta,
lo primero que nos llama la atención es que, en caso de asalto, la
estrechez de las puertas dejarían pasar a un hombre a caballo o a
dos o tres a la vez, que a su vez deberían hacer el giro de 90º en
su interior (más problemas).
bóveda de cañón
Arquitectónicamente
si posee una diferencia con respecto a las demás puertas; coincide
en los arcos de herraduras enmarcados en un alfiz rehundido, la
planta con forma de “L”, la utilización de sillares y tapial y
otros menores, pero si observamos su techo es el único de las
puertas principales que no es una bóveda semihesférica, sino una de
cañón. Tampoco podemos observar restos de escalera de acceso a la
parte superior de la torre. Pensamos que la parte alta se
transformaría en algún momento posterior a la conquista, a la vez
que la escalera interior desapareció por no ser necesaria, de hecho
si cruzamos al interior de la villa y miramos haccia la calle de la
derecha (la calle Escalera) veremos los restos de la última
escalera de acceso al adarve de la muralla que se conserva en todo el
recinto. Para reforzar un poco nuestra teoría de la posterior
transformación también nos basamos en que es la única que conserva
merlones y almenas en su parte superior y en las proximidades, quizás
contemporáneos de la posterior obra de “restauración”.
Aquí
dejamos esta etapa, recién entrados en el interior de Niebla y
contemplando un edificio que explicaremos en la siguiente entrada.
Para
todas estas entradas estamos utilizando fotografías que ya teníamos
o tirando de fondo web, nos encantaría poder realizarlas lo más
actuales posibles, pero NOSOTROS NOS QUEDAMOS EN CASA.
Pelayo
Castillo Palacios y Antonio Bonilla Giles.
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