Tras el parón veraniego, ahora
con el tiempo un poco más fresco espero que os apetezca seguir con nuestro
paseos iliplenses.
Esta será una publicación homenaje a Paco Gómez, de quien
sacamos las hipótesis que vamos a intentar explicar, el fallecido profesor de
la Universidad de Huelva que tanto vínculo tuvo con Niebla y al que ya le
hicimos nuestro particular homenaje en una antigua entrada.(ver aquí)
Vamos por una etapa cortita y de muchas suposiciones, la
que nos lleva desde la Puerta del Socorro al “Agujero”. Además las novedades
van a ser principalmente “romanas”.
De entrada podría parecer que falta un trozo de muralla,
porque veremos un trozo de talud de contención, de pocos años, cuya función es
la de evitar rodamientos y movimientos de materiales desde la parte más alta,
recordemos que por el interior la cota del suelo va subiendo, a la par que la
calle San Miguel. Igualmente veremos una serie de cipreses alineados que
tampoco tienen mucho sentido histórico, pero que en su día se plantaron junto a
varios tramos de muralla.
Si obviamos la parte inferior de piedras y ladrillos
alternos, que además no sigue un trazado recto, lo que sería más lógico en el
tipo de muralla que tenemos en Niebla, encontramos en la parte superior un
conglomerado de piedras, cascotes, cerámicas y barro, pero más gruesos que la
famosa tabiya de la que hablamos cuando explicamos la forma de construir
la muralla de tapial musulmana de Niebla.
Este relleno más grueso que podemos ver en la fotografía,
es lo que los romanos denominaban opus caementicium, suponía el núcleo y
parte estructural en obras de mayor envergadura, es el gran invento
constructivo romano, el equivalente a nuestro hormigón actual, con ello
conseguían resistencia y rapidez en las construcciones, que si hubiesen sido
exclusivamente de piedras habría requerido un mayor esfuerzo económico y de
trabajo. Este hormigón se acababa forrando de otros materiales, en el caso de
la muralla de piedras cortadas (opus cuadratum); en otros edificios religiosos, civiles,
lúdicos, administrativos, etc. Se cubrían de mármoles u otras piedras
ornamentales. En el caso de nuestra muralla podemos ver aún algunos de los
sillares que, formando dos muros paralelos, cubrieron el hormigón interior,
dando lugar a una muralla de gran potencia (2/3 metros de espesor) que
podríamos fechar en la época republicana de la dominación romana, esto es,
entre los siglos II y I a.C. para nuestra Ilipla.
Según Paco Gómez, esta teoría corroboraba la de una
ciudad romana en la parte alta de Niebla, amurallada y con sus puertas de
entradas, una de ellas El Agujero.
Ahora vamos a dar un salto temporal y nos vamos unos siglos más tarde, concretamente al XIII, cuando un geógrafo persa, llamado al-Quazwini recupera una descripción de Niebla que hizo al-Udri (s. XI) en la que refiere lo siquiente:
… Dijo al-Udri que las
murallas de la ciudad se construyeron sobre cuatro imágenes: una se llamaba
Dardaya, y sobre ella había otra imagen más, una segunda se llamaba Makija, e
igualmente sobre ella había otra estatua. La ciudad se construyó sobre estas
imágenes, y la parte más elevada de su construcción estaba colocada sobre los
hombros de dichas estatuas. Debido a esta particularidad arquitectónica, la
ciudad de Niebla no tiene igual entre el resto de las ciudades…
Evidentemente es una descripción un poco simbólica, pero
Paco veía en estas “imágenes” las estatuas que adornaban los edificios romanos
de importancia, entre ellos los arcos triunfales y las puertas de entrada a las
ciudades.
Otros elementos que podrían indicar que el Agujero es una
de las puertas romanas de Niebla es el peculiar diseño de los torreones que la
flanquean, del que sólo nos queda el más occidental, con su planta poligonal,
suponiendo que el que estaba en el lado oriental de la puerta desapareció con
las obras de construcción del vecino alcázar cristiano. De la misma forma,
cuando se asfaltó la carretera Nacional que circula junto a la muralla,
aparecieron junto al Agujero una serie de “losas grandes de piedra”, que
podrían corresponder a la calzada romana que iba de Huelva a Itálica y que
forzosamente pasaba por Ilipla y junto a sus puertas de acceso.
Por su situación norte podríamos pensar en uno de los
accesos del cardus maximus de la Ilipla romana, el eje urbano que
seguía la dirección N-S.
Tan sólo exhaustivas excavaciones y estudios más
profundos podrían aclararnos un poco esta situación de incertidumbre sobre esa
puerta ¿secundaria?
Tradicionalmente se la ha definido como un portillo
abierto en la Edad Moderna para facilitar un acceso más rápido a la fortaleza,
recordemos que la entrada más cercana sería la Puerta del Socorro, incluso en
una de los desaparecidos cursos de verano se mencionó una fuente del siglo XVII
donde le daba un uso distinto, ya que se utilizaba para que entrasen los presos
en el castillo sin mostrar sus vergüenzas por las puertas principales.
Portillo secundario o puerta romana, el tiempo y las
investigaciones futuras lo aclararán y esperamos seguir estando aquí para
contarlo.
Pelayo Castillo Palacios, Antonio Bonilla Giles y
Sebastián Breva Ramírez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario