ESFUERZOS VANOS

            Ya sabéis que en estos días se están celebrando una serie de ponencias en San Juan del Puerto acerca de los lugares donde se gestó la empresa colombina, así como la presentación de la candidatura de los citados lugares como Patrimonio Mundial (que no de la Humanidad) de la UNESCO.

            Hoy le ha correspondido el turno a Víctor Fernández Salinas, que, entre otras cosas es el Vicesecretario de ICOMOS, el órgano consultivo de la UNESCO a la hora de incluir las solicitudes en la lista de Patrimonio Mundial, además de ser el mayor especialista en este ámbito a nivel nacional.

            En fechas próximas hará un año de la famosa fotografía de Fátima Báñez firmando su apoyo a la solicitud de la candidatura de las murallas de Niebla como Patrimonio Mundial.

            No quiero entrar en cuestiones políticas locales o nacionales, sabéis de sobra mi opinión sobre las fotos de campaña (la actual ministra en aquel entonces era candidata y Niebla tenía un alcalde del PP). Lo que quiero exponer es la confirmación de mis peores augurios cuando yo también firmé la referida solicitud, mi formación como historiador me permite conocer un poquito de estas situaciones y en aquel momento no daba un duro por la candidatura de Niebla. Hoy, muy a mi pesar se han confirmado (ojalá no sea así y me encantaría estar equivocado).

            Tras más de dos horas de ponencia, el profesor Fernández expuso lo que él denomina “las reglas del juego” o lo que es lo mismo, las condiciones que UNESCO pone y cómo se pueden abordar. Evidentemente no pretendo soltaros todo el discurso, pero sí he sacado lo que más me ha llamado la atención:

            El bien tiene que ser representativo, es decir original, que simbolice su ámbito y que sea un ejemplo de gestión para todos los demás bienes parecidos. En este campo tenemos un hándicap, ya existe el conjunto de la Muralla romana de Lugo como Patrimonio Mundial, así que un punto en contra.

            El bien tiene que reflejar autenticidad, es decir tiene que estar lo menos alterado posible, referido sobre todo a reformas, restauraciones, etc. cierto es que nuestra muralla en esencia es la original, pero sus numerosas restauraciones podrían suponer una pega, aun así es un punto posible. De todas formas esto excluye tanto a Iglesias como al Castillo que han sido restaurados en profundidad y, en algunos casos, con criterios poco históricos.

            La UNESCO da gran importancia a la sociedad civil, de forma y manera que el bien debe servir para incrementar la sensibilidad pública a través de la comunicación. En definitiva la integración de la sociedad no política (a eso se refería con civil), del ciudadano de a pie, debe ser primordial, el compromiso con el Patrimonio suma más que “cualquier discurso de un alcalde”. Es una cuestión que planteé al final al profesor, si el hecho de que el bien esté privatizado es beneficioso o perjudicial, sus palabras lo dicen todo sin necesidad de más explicaciones “¿cómo puede ser el Patrimonio de carácter privado?”. Sin comentarios.

            La anterior premisa me lleva a otra necesidad básica para la UNESCO, un proyecto de gestión sostenible y de futuro que ayude a mantener y mejorar el bien, de forma y manera que sea representativo y modélico, como se indicaba al principio. Muchos dirán que soy repetitivo, pero ¿a quién sostiene la gestión del patrimonio iliplense?¿a la sociedad civil?

            Siento ser pájaro de mal agüero, pero veo muy negra la solicitud de las murallas de Niebla como Patrimonio Mundial, mi sentimiento “patriótico” me diría lo contrario, pero hay que ser realista, y eso sin hablar del entorno, de nuestras fachadas alicatadas, de la torre incineradora, del escaso interés popular por su patrimonio, etc. etc. etc.