La
entrada musical de hoy la relaciono directamente con este mundo de los blogs.
Por dos versos principalmente:
“retales de mi vida” y ¿qué es si no este
blog?, entre artículos y artículos vamos desnudando nuestra vida en forma de
fotografías, anécdotas, sentimientos, opiniones, alegrías, penas, cabreos…
“me
siento hoy… llamado a las filas de la insurrección” Hay que rebelarse, contra
esta situación de la que no somos culpables pero si víctimas, estamos rodeados
de politicuchos, chupópteros, pseudoperiodistas, salvadores de los ciudadanos,
inquisidores y un largo etcétera de personajillos cuyas credenciales son las de
pasarnos la mano por el lomo desde su bien surtida cartera de fondos públicos.
Espero
que disfrutéis de esta versión.
¿Dónde
Estabas entonces, cuando tanto te necesité?
Nadie
es mejor que nadie, pero tú creíste vencer.
Si lloré
ante tu puerta de nada sirvió,
barras
de bar, vertederos de amor,
os enseñé
mi trocito peor.
Retales
de mi vida, fotos a contraluz.
Me siento
hoy como un halcón
herido
por las flechas de la incertidumbre.
Me
corto el pelo una y otra vez.
Me
quiero defender.
Dame
mi alma y déjame en paz
Quiero
intentar no volver a caer
Pequeñas
tretas para continuar en la brecha.
Me
siento hoy como un halcón,
llamado
a las filas de la insurrección.
Creo que ya no sabemos rebelarnos, Pelayo, no sé si por miedo a lo que pasó en una guerra que ya casi todos olvidaron, o porque, teniendo uno su propia comodidad, parece que la solidaridad se va a hacer gárgaras. Somos cobardes o acomodaticios.
ResponderEliminarMuy bien traído el vídeo, ojalá todos nos sintamos llamados a la insurrección y sepamos luchar por lo que es nuestro y dejar de apoyar ni con una sonrisa a tanto sinvergüenza ladrón como se pasea por ahí con un cargo público.
Besos apretaos.
Creo Jana que muchas personas, los españoles en especial, tenemos tan asociados culturalmente el conformismo que ya forma parte de nuestro ADN, situaciones similares en otros países son inconcebibles, en ese sentido Europa sí que comienza en los Pirineos.
EliminarEs el propio sistema el que se encarga, con su maquinaria bien engrasada, de mantener las borregas en el redil; no es que sea necesaria una revolución sangrienta y violenta (ya nos lo mostraron nuestros vecinos portugueses con claveles)pero al final acaba siendo el último y único recurso; por mi parte será la palabra la que esgrima como arma, a ti no tengo que explicarte el poder de la misma y las consecuencias de su uso.
Besos apretaos
Hola Jana y Pelayo: Las palabras nos hacen esclavos unas veces por decirlas, y otras por ese silencio que nos derrumba por dentro... callar o gritar a los cuatro vientos el cinismo de toda esa marabunta de acomodados y partidistas de sillones y poltronas con cojines de euros... no se puede hablar, esta todo de tal manera que en el momento que hablas, sino es para halagar, te convierten en diana ya que peligran sus intereses y fuego a discrección. Y mira que como decía un pseudoperiodista de los que nombras: valgo más por lo que callo que por lo que digo... Un abrazo para ambos
ResponderEliminarAmigo Juanma, la esclavitud de nuestras palabras es totalmente asumida y valorada por los que realmente nos leen, y digo nos leen en oposición a los rebuscadores de basura, ojo, que no se me malinterprete, somos como somos y así nos apreciamos, pero entre los que por la calle te abordan con el consabido "yo te leo" existen los que su lectura se dedica a intentar pillarnos. Me equivocaré, mil y una veces, pero soy consciente de mi imperfección e intento mejorarme día a día.
EliminarSaludos amigo, ¡no podrán con nosotros!