Yo
aprendí a tocar la guitarra con 10 años, durante dos, todas las tardes me
dirigía con la guitarra que me compró mi abuelo Mercedonio, a la calle
Escalera, a casa de Antonio “el Cojito”. Allí aprendí entre olores de cueros,
pegamentos, betunes, tintes y demás cosas propias de un zapatero de pueblo; al
ritmo de martillo y clavos de mediasuelas, tacones y punteras.
Hoy
me sorprende la noticia de que mi maestro Antonio, el que me facilitó horas y
horas de música en tantos sitios, ha cogido su guitarra y se ha ido a cantar
con los ángeles, seguro que estarán disfrutando como yo lo recuerdo.
Como
pequeño homenaje os cuelgo un video de una pieza que me marcó desde siempre y
que llegué a tocar junto a “el Cojito”.
¡Hasta
siempre maestro!
Descanse en paz, Persona grata, buena, servicial,querida por todos los iliplenses.
ResponderEliminarMi mas sentido pesame a su familia.