"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

martes, 19 de marzo de 2013

SEMANASANTEANDO... EL RETRANQUEO


Tradicionalmente vinculamos los actos de Semana Santa a espectaculares puesta en escena, “públicas manifestaciones de Fe” como se diría en el lenguaje cofrade. De ahí los ensayos las noches de los viernes, el Vía Crucis o las procesiones de Miércoles y Viernes Santo, nuestros momentos grandes, hay que reconocerlo. Pero algo que se desconoce, sobre todo desde fuera de la vida semanasantera (ojo con el palabro inventado) son los momentos más recogidos, familiares, íntimos, personales, sencillos, etc. etc.

El RETRANQUEO, es el último que se vive con sólo aquellos hermanos más próximos a ti; en mi caso con mis costaleros, mi capataz y algunos incondicionales que, poco a poco van haciendo escuela.


El retranqueo consiste en la colocación de los pasos, una vez subidas las imágenes (incluida la fundición de la cera); con levantás similares a las del día de la salida, desplazamientos más o menos cortos en la iglesia y últimos ensayos de marchas especiales son, desde el punto de vista práctico, unas pruebas para ver si cualquier parte del paso se mueve excesivamente, si queda algún fleco por ultimar, si hay que apretar aquí o allá, si algún cirio tiene que ser vuelto a fundir, etc.




Pero también tiene mucho sentido personal, es el ensayo de los incondicionales de los que no se “escaquean” salvo por fuerzas muy mayores; es el ensayo por el que se pasan los lesionados que este año se quedarán muy a su pesar en la acera, viendo el trabajo de sus compañeros mientras se muerden el labio inferior de rabia y sana envidia. En realidad es el único ensayo de verdad, con la Señora y el Nazareno supervisando el trabajo de “sus valientes”. Es el preámbulo de lo que se avecina, son las últimas preguntas -¿entrada o salida?-.


En escasa compañía, el silencio del templo te permite levantar la mirada hacia Padre Jesús y pedirle que nos de fuerzas para una buena estación de penitencia.

Ya estamos a casi a punto…

2 comentarios:

  1. Me imagino lo hermoso que tiene que ser para los que lo vivís así, desde dentro. Lo es también para los que nos limitamos a ser simples espectadores, la Semana Santa tiene esa magia incomparable. Eso sí, también aquí, en Córdoba, tiene su parte rara, las procesiones a lo largo de las tardes soleadas, la gente llenando las calles, comiendo pipas, otros se llevan bocadillos, bebidas para ellos y para los niños... hay un gran colorido, voces, la antítesis de lo que debe ser -´para mí al menos- una auténtica Semana Santa. Muchos extranjeros, también, sobre todo por la Mezquita, haciendo fotos a diestro y siniestro, los niños pidiéndoles a los nazarenos que les echen cera de los cirios... bueno, es tan variopinto que sorprende mucho.
    Luego está la otra cara, la nocturna, en las callejas medio judías, medio moras, estrechas, con ese eco extraño que se pierde no sé bien dónde... Esa es la parte que me gusta, y los nazarenos con sus capiruchos altos, vestidos de negro, morado, marrón franciscano... los ves y muchos van descalzos, con cinturón de esparto o portando una pequeña cruz negra sobre el hombro... Ahí sí sientes el estremecimiento -supersticioso seguramente- y la emoción del visitante. Nada que ver, sin duda, con lo que sentís los que hacéis de verdad la Semana Santa.
    Nunca la vi en Niebla, fíjate, tantos años viviendo allí pero la Semana Santa para los míos era irnos a Sevilla a casa de mi abuela o a Córdoba, vacaciones de mi padre, que nunca las cogía en verano porque no les gustaba la playa -a mí sí, pero a ver-. Ni siquiera he sabido hasta ahora, con tu blog, que hubiera en Niebla procesiones en esta fecha. Increíble.
    Ando poco por los blogs ahora, Pelayo, estoy entretenida en otras cosas y de vez en cuando me coge esa pereza tonta que me hace mirar lo que sea menos el blog.
    Besos apretaos.

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  2. Amiga Jana.
    En tu época, que también fue la mía, por desgracia no tuvimos Semana Santa con procesiones como ahora, de hecho llevamos tan sólo 16 años, pero ¡como han evolucionado! Cierto es lo que dices sobre el comportamiento general, desde fuera, aunque año a año el Viernes Santo de Niebla lo va consiguiendo; de todas formas el Miércoles es totalmente festivo, una muestra de alegría explosiva que se refleja en las marchas, las chicotás de costaleros, las saetas, y un largo etcétera que ha calado hasta el fondo en nuestras gentes (tú incluida querida amiga)
    Si algún año tienes la oportunidad no lo dudes, date una vuelta por estos lares que puertas abiertas no os van a faltar y disfruta con nosotros de unos días llenos de sentimientos... son muy, muy recomendables.

    Besos cofrades muy apretaos

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