"STAT ROSA PRISTINA NOMINE, NOMINA NUDA TENEMUS"

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El blog de Pelayo Castillo Palacios

martes, 5 de marzo de 2013

MIRABILIA AQUARUM


Tradicionalmente se ha considerado a los romanos como grandes arquitectos y constructores y no es una afirmación nada equivocada. En este artículo tocaremos un aspecto fundamental en la edilicia y el urbanismo romano y que tienen reflejo en nuestra Ilipla.

El agua, como elemento fundamental para la vida, especialmente la urbana es una necesidad que condiciona la ubicación y en muchos casos el mismo trazado urbano de las ciudades romanas. Básicamente tendríamos tres procesos, el de captación, el transporte hasta la ciudad y por último su distribución por la misma.

Los romanos buscaban limpieza y pureza máxima en el agua, normalmente aprovechaban manantiales, fuentes y otros afloramientos naturales que podían ser incluso embalsados para abastecer el consumo urbano, es lo que se denomina genéricamente Caput aquae. En esta búsqueda de pureza incluso se establecían sistemas de decantación y filtrado inicial en unas piscinas. En el caso de Niebla esta captación podría situarse en la zona de la Bienvenida, hacia el norte, dirección Valverde (LUZÓN, 1975).

En cuanto a su transporte, se utilizan los aquae ductus. Hay que tener en cuenta que solemos identificar como acueductos las estructuras elevadas a base de arcos y que rompen el paisaje, pero para un romano se refería a cualquier tipo de conducción de agua desde su captación hasta la ciudad, de hecho, se pueden conducir por galerías subterráneas, canales cubiertos, tuberías grandes de piedra, etc. La premisa fundamental de estos acueductos es la de aprovechar la fuerza de la gravedad, se busca una diferencia de nivel entre el caput aquae y el depósito de almacenaje en la ciudad (castellum aquae), de forma que llegue con la suficiente presión como para ser redistribuida.

Nuestro acueducto iliplense es el denominado Boca del Lobo y que podemos ver aún en la carretera de Niebla a Lavapiés, aproximadamente en el km. 4, justo al bajar la cuesta. Realmente lo que podemos ver es el arranque de uno de los puentes sobre los que se montaba el rivus  o canal de conducción. Por la técnica constructiva, a base de opus incertum, sin ningún tipo de ladrillo, se lo ha fechado en la época de Augusto o Tiberio, en el siglo I d.C. a principios del Imperio (CAMPOS, GÓMEZ y PÉREZ, 2006).

Más al norte, en el paraje de Lavapiés existen restos romanos que podrían corresponder a un aljibe o depósito intermedio para regularización de presión, limpieza, distribución, etc. del agua.

(fotografía de Huelvapedia)

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